
Especial para CONTRAVIENTO por Giuliano Giupponi
Pensar que los conflictos entre Kyiv y Moscú se limitan a los tiempos de la URSS es casi desconocer 1200 años de luchas, guerras, tratados violados y diferencias entre 2 pueblos muy distintos.
Ucrania siempre tuvo rasgos propios, europeos, occidentales, ilustrados, con particularidades, pero en búsqueda de un destino soberano, lo que le valió ser víctima de ataques desde Rusia por siglos. Los últimos fueron los tres genocidios sufridos entre 1921 y 1949, Gran Hambruna rusa 1921-22, Holodomor 1932-34 y las Grandes Deportaciones a Siberia 1946-49. Exterminaron de 12 a 15 millones de ucranianos, y en la desestalinización -como forma de compensación- Rusia le transfiere Crimea a la RSS de Ucrania en 1954. Para esa fecha la limpieza étnica instaló en Ucrania a 1/3 de rusos del total de 39 millones en el país. Al iniciar 1921 28 millones de ucranianos vivían en su país, 28 años después solo 26 millones lo hacían.
Rusia en cambio siempre tuvo características diferentes: brutal, feudal, autocrática, totalitaria, totalizadora y nacionalista; un tipo de sociedad heredera de una zona que por siglos fue asolada por todos los imperios, desde hunos, mongoles, bizantinos, tártaros, germanos, otomanos y un etcétera interminable. Pueblos sometidos al vasallaje por la fuerza, y mantenidos en unión bajo el puño de hierro de zares primero y de la nomenklatura del PCUS después, hasta la implosión de la URSS. En medio de la crisis llegó en 1999 Vladimir Vladimirovich Putin con la tríada rusa debajo del brazo “ORTODOXIA, AUTOCRACIA Y NACIONALISMO”, recuperando del ostracismo soviético a Sergei Uvárov y a todos los ultranacionalistas posteriores, aconsejado por Aleksandr Dugin con la misión de restaurar el antiguo esplendor imperial con las fronteras desde el Vístula hasta Alaska, formando una nueva Madre Rusia y estableciendo un nuevo protectorado sobre las poblaciones eslavas desde Finlandia hasta las Islas Jónicas en Grecia.
Así se inició la política de expansión rusa por cualquier medio, infiltración, compra de líderes políticos e invasiones con excusas racistas a sus vecinos. La similitud con la Sudetenkrise y el Anchluss de 1938 no es coincidencia, sino el modus operandi del nuevo imperialismo nacionalista ruso. Bielorrusia, Transnistria, Abjasia, Osetia del Sur fueron rusificados por la fuerza.
Ucrania con su política de acercamiento a Europa, y a pesar de haber tratados que determinaban la seguridad y las fronteras, intentó evitar el destino manifiesto ruso y las amenazas del nuevo Zar Putin, quien apostó por V. Yanúkovich en 2004, al frente de un partido rusohablante y pro ruso. El fraude electoral produjo la Revolución Naranja, provocando la ira de Putin y llevando a la presidencia a V. Yúshuchenko, pro europeo y anti ruso, quien fue envenenado con TCDD (DIOXINA) en 2004 por agentes FSB, el servcio secreto ruso.
En 2010, Yanúkovich gana las elecciones prometiendo alejarse de Rusia. Rápidamente se acerca a Putin, destruye su popularidad , lo cual desemboca en el Euromaidán en Marzo 2014. finalmente huye a Rusia y es destituido por abandonar su cargo.
Putin declara el golpe de Estado en Ucrania, y desde Sebastopol invade Crimea iniciando la guerra.
La histórica Flota del Mar Negro fundada por Catalina la Grande no dependería de una Ucrania hostil, inaceptable para Putin.
De eso nos ocuparemos en la próxima entrega.