Festejo en el Quincho

Por Pablo Vierci

Se festeja un nuevo aniversario de la Toma de Pando, en el Quincho. Viejos combatientes con olor a pólvora y naftalina y nuevos con olor a burocracia forman corros intergeneracionales, pero siempre revolucionarios, disfrutando de la picada antes del plato fuerte: el asado y la presencia del anfitrión, el Viejo.

-Cerrate ahí que se te asoma la 45.

-¿La bragueta?

-No, el saco.

-Es un 32 caño corto

En otra rueda circula la nostalgia.

-… y después de Pando nos fuimos a festejar con cerveza, con mucha guita, tres bancos limpitos, casi 400 lucas verdes de aquella época, 1969.

-¿Ahí no cayeron tres compañeros y otros dos, un civil y un policía represor?- pregunta un botija del Parlamento.

-Eso es una faic niu, pibe- le responde el “Tony Soprano”, aplastándole el hombro con una manaza amenazadora, tanto por el tamaño como por el filo de las uñas.

-Año 69, qué lujo, y a los perejiles los convencimos de que era dictadura.

-A mí los que más me gustan son los inteletuales, esos se comen todos los versos.

-¡Un brindis por los inteletuales, carajo!

-¿Yamandú viene?- pregunta alguien.

-Creo que es un sorpresa- le susurran al oído.

En otro apartado el tema es la cuestión de género.

-… en la Cárcel del Pueblo a Pereira Reverbel le poníamos una pelela con patitos, el veterano oligarca estaba hecho una muñeca…

-Eso lo leí en las Actas Tupamaras. En fija lo escribiste vos.

-¿La inclusión, la igualdad de género no corría?- pregunta otra botija del Parlamento.

La sonora carcajada hacer huir hasta a las arañas que se escabullen entre las pajas del quincho.

En otro sector se pondera sobre la conciencia de clase.

-Hay que llenar la “patria grande” de planeros y piqueteros, como hace el Clase A Alberto, y darles fierros de a poco, entrenamiento, clases…

-¿Clases?- se sobresalta un interlocutor.

-¡Clases de tiro, nabo!

Otro botija del Parlamento toma nota, aplicado.

Los dos veteranos bajan la voz.

-Estos pibes prometen. Que entren con el verso de Yamandú y después nosotros nos ocupamos. Ya está todo arreglado con el Viejo.

-Los que no me convencen mucho son los dirigentes del PIT-CNT… Les gusta más la ropa de marca que el dulce de leche.

-¿Si incendiamos la fabrica de la ropa Tommy Goldfinger, como quemamos a Sudamtex en 1970?- masculla el “Pechuga”.

-Creo que la fábrica no está en Uruguay.

-Flor de patrinqueros.

-Mirá que si rodeamos la Torre Ejecutiva, se suben al sulky en 5 minutos.

Otros calientan el garguero junto a la parrilla.

-Vi un cajero solaina. ¿Choreo una garrafa y le prendo cartucho? Te lo saco con fritas antes de los postres- musita el “Pileta”, con mirada extraviada.

-Vos tranqui, “Pileta”, que ahora tenemos otros procedimientos.

-(El otro le murmura al que picotea la parrilla con el caronero) Anda con síndrome de abstinencia, sin cajeros, sin bancos… y además está medicado.

El alcohol hace lo suyo y alguno exclama:

-¡Viva Putin, carajo!

-¡Hay que tomar la refinería!- grita otro.

-¡El BROU!

-¡El Palacio Legislativo!- se envalentonan.

De pronto se escucha un vehículo que aparca junto a la puerta. Todos salen a recibir al invitado. Varios “campanas” merodean por el lugar, con las manos en las sobaqueras.

El conductor se dirige al baúl y lo abre.

-¿Traen un “fiambre”?- pregunta un distraído.

Del baúl sale una vistosa mujer, con melena rubia.

-Ta güena la canaria…- masculla el “Pechuga”.

-¿No te das cuenta que es Yamandú disfrazado de mujer? El Viejo quiere dishimular, que no lo vean mucho entreverao con noshotro.

Comienzan a repartir los trozos de asado jugoso.

-¿A esa vaquillona la afanaron en la ruta?- pregunta el “Baldosa”.

Con el olor a carne, se asoma, entre las sombras, el más esperado: el Viejo.

Emoción. Euforia. Distracción.

-¡La billetera, me afanaron la billetera!- exclama uno.

-¡A mí también!- lo secunda otro.

-¡Y a mí!- un tercero.

-Estamos haciendo finanzas, compañeros- los tranquiliza el “Tony Soprano”…