Escribe Graziano Pascale
«Quien controla el presente controla el pasado, y quien controla el pasado controla el futuro» (George Orwell)
La calma veraniega del Uruguay ha sido sacudida por un imprevisto y sorpresivo debate sobre un hecho histórico pacíficamente aceptado durante dos siglos y medio, pero que la urgencia electoral de la Intendenta de Montevideo Carolina Cosse ha transformado en un nuevo motivo de división política en el país.
El uso del pasado es un tema clave del presente, porque, como escribió en su genial obra «1984», el control del pasado asegura el control del futuro, ya que «todo ocurre en la mente y sólo lo que allí sucede tiene una realidad».
Esto es lo central del debate de hoy. Se trata de instalar un nuevo «relato», esta vez referido a la fundación de Montevideo, que en los hechos termina siendo una «refundación» de la ciudad, al gusto y el paladar de la fuerza política que hoy gobierna el departamento, sin importar lo que pacíficamente aceptaron los montevideanos y el país entero sobre un hecho clave en la historia del país.
El motivo es obvio, y ni siquiera es necesario para establecerlo tejer ninguna teoría conspirativa o atribuir intenciones ajenas, que por lo demás son demasiado evidentes como para que ello signifique traspasar barreras que siempre deben respetarse en un debate público.
Cosse obliga al propio Frente Amplio a alinearse detrás de ella, y así obtiene su primera gran victoria en su competencia con su colega Yamandú Orsi por alcanzar la candidatura presidencial del Frente Amplio. De eso se trata. Y para asegurar ese resultado en el principal bastión electoral de la coalición de izquierda, organiza un festejo que implica movilizar todo el aparato artístico-musical del Frente Amplio y desplegarlo en la ciudad, como forma de ganar la delantera en una lucha que promete ser de altos decibeles, tan altos como los parlantes de los shows permitan en las próximas semanas y meses.
Smith, el personaje de «1984», asiste sin poder reaccionar al proceso de alteración del pasado que ejecutaba el «Gran Hermano». Escribe Orwell: «Este proceso de continua alteración no se aplicaba sólo a los periódicos, también a los libro, revistas, folletos, carteles, programas, películas, bandas sonoras, historietas para niños, fotografías… es decir, a toda clase de documentación o literatura que pudiera tener algún significado político o ideológico. Diariamente y casi minuto por minuto, el pasado era puesto al día. de Este modo, todas las predicciones hechos por el Partido resultaban acertadas según prueba documental».
La distopía de Orwell es también una previsión acertada sobre los mecanismos usados para modificar el pasado, usando las técnicas que él mismo describió. En efecto, en los días previos al lanzamiento de los festejos por los 300 años de Montevideo, un anónimo -pero que deja su huella en la trazabilidad que permite el propio sistema- irrumpe en ese compendio del saber que es Wikipedia, y altera la información relativa a la fundación de Montevideo. Escribe en su cuenta en la red social X Alain Mizrahi: «el 4 de enero de 2024 a las 21.18 un «usuario anónimo» de Wikipedia cambió el año 1726 por 1724 en el artículo «Historia de Montevideo». Transcribe luego el párrafo alterado, resaltando en rojo la fecha alterada (1726) y en verde la nueva (1724), tal como el Gran Hermano de Orwell hacía en «1984».
Era necesario modificar el pasado para controlar el presente, y por ende controlar el futuro. «El 20 de diciembre de 1726 (en rojo) 1724 (en verde) se confeccionó un padrón de habitantes y, finalmente el 24 de diciembre se trazó un plano delineatorio y se le designó cono «San Felipe y Santiago de Montevideo», nombre que posteriormente sería abreviado en Montevideo». Otros internautas, luego de este descubrimiento de Mizrahi, pudieron determinar que el cambio introducido en Wikipedia el jueves 4 de enero a las 21.18 se realizó usando el IP de una máquina localizada en una dependencia de Antel ubicada en la calle Mercedes 876.
Era necesario dar un blindaje al operativo histórico-propagandístico de la Intendencia de Montevideo. Y eso fue lo que ocurrió, varios días antes de que el previsible debate se instalara en las redes y en los medios.
Usar la historia para hacer política no es un recurso novedoso. Pero su manipulación requiere manos expertas. No parece ser el caso. Si esta visión es correcta, veremos su reflejo en las elecciones departamentales del año próximo, cuando se cumplan 299 años de la fundación de Montevideo.