Por Silvio Moreira
(a metros del palco del Primero de Mayo)
-¡Están calentitos los Frankiburgers! ¡A los Frankiburgers!
(se acerca un grupo de cuatro energúmenos musculados)
–Somos de Seguridad Proletaria, los encargados de la seguridad, ¿ustedes qué están vendiendo?
-Ya los ven aquí doraditos en la parrilla… ¡Frankiburgers! Un delicioso bocadillo que viene a renovar el bastante empobrecido panorama gastronómico en los actos políticos.
-¿Cómo va a vender una cosa con ese nombre? ¡Eso es basura pro yanqui de la peor calaña! ¡Nosotros solo damos autorizaciones para choripanes, arepas y mojitos…! ¡Y ahora también hummus, shawarma y té!
-Me temo que ustedes no comprendieron bien el nombre desde la perspectiva fonética. Vamos a analizarlo. Comienza con “Franki”. ¿De dónde creen ustedes que surge…?
– Ni idea.
-Me imaginaba. Franki remite inexcusablemente a Frank Pais (Santiago de Cuba, 1934-1957), dirigente estudiantil y uno de los primeros mártires de la Revolución Cubana. He ahí nuestro perenne homenaje.
–La verdad que ni nos imaginábamos… ¿Pero el “Burger”? ¡Ese es bien facho!
-Amigo, no es otra cosa que una fortísima ironía a la burguesía. Burger-burguesía ¿entiende? ¿Y esa burguesía dónde está aquí y ahora, en este puesto gastronómico? ¡Encima de las brasas, cocinándose vuelta y vuelta! ¿Y esas brasas que representan? ¡No otra cosa que la energía del pueblo, aunada, sumada y conjunta para cocinar, de la mano de los martires juveniles de Cuba, a la burguesía oligarca de este país! ¡Los Frankiburgers son un grito en el cielo a través de sancochar un poco de carne adobada a las brasas! Para los profanos, una simple comida, pero para el intelecto fino de nuestros militantes, toda una revelación política gramsciana en cuatro bocados sabrosos!
–La verdad es que nos hemos quedado de boca abierta, compañero. Y ya mismo le vamos a pedir cuatro Frankiburgers para aunar nuestra energía revolucionaria a esta gesta de divulgación política tan original.
-Cómo no, compañeros. Son dos mil pesos.
-¿Dos mil pesos? ¡Es una locura!
-Cada peso será como una bala. Cada Frankiburger una barricada para detener a la oligarquía. Esperen que les arrimo la maquinita si no tienen efectivo.