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Contraviento

La aristocracia política con el barro hasta las rodillas

17 abril, 2025

 

…Vivimos revolcaos en un merengue
Y en el mismo lodo todos manoseaos

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor
Ignorante, sabio, chorro, generoso, estafador
Todo es igual, nada es mejor
Lo mismo un burro que un gran profesor! …”
Fragmento de “Cambalache” de Enrique Santos Discépolo

Disparen contra el sistema

«La rosca roba, el pueblo paga» (Consigna popularizada por el MLN-T durante los años 60) Clara Aldrighi – 2016

La década de los 60 fue, para Uruguay, una larga sucesión de hechos, de tal significado, que mirada en perspectiva la transforman en un verdadero parteaguas del Siglo XX, iniciado con la Paz de 1904, teñida por constantes paradojas.

Una de ellas la constituye que, hasta el triunfo de la “Revolución cubana” y su alineamiento con el régimen soviético, había transcurrido cuatro décadas donde la izquierda -que hasta 1920 se expresaba básicamente por el Partido Socialista- desde el quiebre de 1925 que dio origen al Partido Comunista integrado al Komintern, funcionaba básicamente dentro del orden político de la democracia uruguaya, participando en elecciones aún cuando su principal expresión fue siempre, la de la calle y los círculos intelectuales.

Tras los magros resultados electorales de 1962, para una izquierda que, con el Partido Socialista de eje, había ensayado una alianza con pequeños sectores de los partidos fundacionales, se produjo una escisión de algunos dirigentes que, a partir de entonces, influenciados por el Castro-Guevarismo, optarían por la vía armada.

A por las armas

Con el asalto al arsenal del Tiro Suizo de Nueva Helvecia en 1963, el todavía incipiente y no formalizado MLN, iniciaría una campaña que tendría 2 ejes principales: por un lado, la propagandística, que apuntaría repetida y machaconamente a denunciar la corrupción de “la rosca” -integrada por políticos tradicionales, jueces y fiscales, empresarios y terratenientes- que se repartían la torta de los negociados y prebendas obtenidos del corrupto poder político. Y por el otro, un raid delictivo que apuntaba a amplificar la propaganda, a provocar una creciente desestabilización de un sistema político que se percibía esclerosado y falto de respuestas y, fundamentalmente, hacer finanzas para la campaña militar que, al final del camino, pretendería “tomar el cielo por asalto”, al decir de Hebert Gatto.

Ese aspecto de vulgares asaltantes de bancos, que pretendieron (y, al cabo de los años, con éxito) vestir de una especie de “robinhoodismo” que ponía a tupamaros expropiando plusvalía en manos de la oligarquía para su reparto entre los pobres, sus futuros soldados.

Que no fue así, este columnista lo ha demostrado en un Hilo en la Red Social “X” de mayo de 2022 (https://x.com/jmartinezjorge/status/1526604886112075776) de donde surge que en una década se robaron unos 65 millones de dólares a grandes industriales sí, pero también a remesas para pagos de sueldos.

Como fuere, tras la fulminante derrota militar en 1972, desde los Casinos de Oficiales los capitostes, la cárcel o el exilio, comenzaron un largo camino de romantización de la lucha popular y la denuncia de la rosca oligárquica como el verdadero enemigo. Fue esa prédica la que terminó fraguando en alianzas que pavimentaron el camino hacia el golpe de estado, que creyeron de su signo, pero terminó siendo lo contrario.

El camino hacia el poder y la perdida inocencia

Restaurada la democracia, al Frente Amplio le bastó un período de 5 años para llegar a su primera posición de poder importante: bajo el liderazgo de Tabaré Vázquez se hizo de la Intendencia de Montevideo, mandato que luego renovaría por dos veces con el Arquitecto Mariano Arana.

En esas cuatro décadas, que van de 1985 al presente, ya con el MLN dentro de sus filas -y con ellos, el discurso pre-golpe que resurgía- la izquierda gobernó siete períodos consecutivos la Intendencia de Montevideo y 3 períodos consecutivos el Gobierno nacional, iniciando ahora el cuarto mandato.

 

La izquierda impoluta, 4 décadas cuesta abajo en la rodada

 

El escándalo que sacude al Gobierno frenteamplista, apenas mes y medio luego de asumido, con la Ministro de Vivienda Ana Cecilia Cairo Modernel es el último de un largo rosario que se inició con el ejercicio del poder mismo, en la lejana administración Arana de Montevideo.

Para cuando esta columna se haya publicado, tal vez el presidente electo haya asumido que ya asumió y, en consecuencia, le hubiera correspondido renunciarla en media hora, una o dos a lo sumo, sin esperar llamadas de nadie, pero no haberlo hecho no lo inhabilita a desactivar la bomba eyectándola del Ministerio sin más trámite.

No sabemos, porque todavía -al momento- no se ha resuelto y en el plano mediático es un incendio descontrolado, pero bien podría pasar que, entrados en razones, con una elección municipal donde razonablemente el Frente Amplio esperaría retener sus actuales gobiernos y aspirar a capturar alguno más -producto de trasnochados caudillismos locales- arriesga no solo no ganar nada de ello, sino perder plazas que hasta ayer consideraba propias.

El riesgo de refugiarse en el reiterado “es un caso aislado”

La izquierda ha demostrado sobradamente contar con los medios y el know how para hacer de una derrota victoria, y fabricar relatos que apelan a épicas perdidas y éticas olvidadas. Reforzados con su propio ejército comunicacional, convertido en replicadores a sueldo, podrían intentar hacer que el impresentable cúmulo de actos de corrupción, con evidente apariencia delictiva, de la (todavía) Ministro Cairo, se trató de un mero error de la compañera, producto de una vida complicada, de indecibles sacrificios para criar 3 hijos, que apenas advertidos, se propone rectificarlos de inmediato.

Un relato que lleve, principalmente a su propia tropa -ahora mismo desorientada y estupefacta, desnuda de argumentos- a olvidar el pasado para concentrarse en un presente que rápidamente debe ser modificado, aunque fuere a base de bombas de humo de colores.

El error como modus operandi

Cada vez que nos proponemos abordar la relación de la izquierda con el poder, habida cuenta que esta, desde su visión marxista identifica a aquél con el enemigo de clase, se nos presenta una imagen literaria proveniente de un poema hecho canción donde un niño, con la ñata contra el vidrio, las miraba como aquellas cosas que nunca se alcanzan.

Demasiado tiempo la izquierda vio desde fuera el espectáculo del poder burgués y sus liturgias de cristales y luces, delicatessen y mesas rebosantes, como para que, un día se encontrara con que las llaves las tenían en sus manos, y les correspondía a ellos, y solo a ellos, hacerle señas al mozo.

Desde entonces, aquel énfasis tan seregnista de los principios antes que nada, de una fuerza política que decía venir a purificar la política, en especial desde el ingreso pleno del MLN -convertido en el MPP, electoralmente expresado como Espacio 609- fue dejando una larga lista de casos de escándalos, corrupciones, sospechas y desprolijidades, cuando no lisa y llanamente delitos, que demostraban -como sucede hoy mismo con la (¿todavía?) Ministro Cairo- que los hombres y mujeres, somos todos iguales frente a las tentaciones que provoca la fascinación del poder.

Para quienes, entonces, quieran refugiarse en la comodidad del caso aislado al que tantas veces han recurrido, la columna deja este listado (seguramente incompleto y limitado), a modo de recordatorio de cuán humanos somos los humanos, sean estos de derecha como de izquierda.

Anote:

Mario Areán (2003)

  • Mario Areán, secretario privado del intendente de Montevideo Mariano Arana (Vertiente Artiguista), fue señalado por el Tribunal de Conducta Política del FA como “operador político” por posibles intercambios de favores con empresarios en la adjudicación de una cafetería en el Palacio Municipal y una licitación en el Parque Rodó; Areán renunció, la Justicia archivó el caso por falta de méritos, y el FA protegió a Arana, minimizando el escándalo.

Leonardo Nicolini (2003)

  • El senador Leonardo Nicolini (MPP, Espacio 609) se operó en el Hospital Pasteur usando un carné de asistencia gratuita obtenido fraudulentamente; tras la denuncia de Búsqueda, renunció al Senado en febrero 2007, fue sobreseído por la Justicia por falta de pruebas de dolo, y el FA aceptó la renuncia sin expulsarlo, conteniendo el daño político. El entonces legislador Nicolini había cobrado notoriedad gracias a sus denuncias respecto de compras presuntamente irregulares, basado en unos faxes que, años después, se demostraron falsos.

Juan Carlos Bengoa (2000-2005)

  • Juan Carlos Bengoa, exdirector de Casinos Municipales bajo la intendencia de Mariano Arana (Vertiente Artiguista), fue procesado con prisión en 2007 por fraude, concusión y conjunción de interés público y privado, causando pérdidas de ~15 millones de dólares. Arana, María Julia Muñoz y Alberto Rosselli fueron absueltos en 2011, y el FA respaldó su inocencia sin autocrítica.

Alfredo Silva (2007-2014)

  • Alfredo Silva, director de ASSE y sindicalista, fue procesado sin prisión en julio 2014 por conjunción de interés público y privado, acusado de tercerizar servicios a una empresa que controlaba y cobrar coimas para manipular conflictos laborales en el Hospital Maciel. El FA lo desvinculó, el PIT-CNT lo condenó, pero su federación de funcionarios públicos lo apoyó, y el caso dañó la imagen del FA antes de las elecciones de 2014.

Daniel Placeres (2008-2011)

  • Daniel Placeres, diputado del MPP, fue procesado en 2013 por conjunción de interés público y privado por su rol en la cooperativa Envidrio, donde influía desde el Parlamento para favorecerla mientras participaba en su directiva; trabajadores denunciaron irregularidades como trabajo durante el seguro de paro; el FA, liderado por José Mujica, lo defendió, y no enfrentó sanciones internas.

Fernando Lorenzo y Fernando Calloia (2012)

  • Fernando Lorenzo (ministro de Economía, Frente Liber Seregni) y Fernando Calloia (presidente del Banco República) fueron procesados sin prisión en abril 2014 por abuso de funciones en el otorgamiento irregular de un aval de 13.8 millones de dólares a la empresa Cosmo para el remate de aviones de Pluna.
  • Lorenzo renunció en diciembre 2013, Calloia tras el procesamiento, y el FA organizó una caravana de apoyo, aunque la Justicia confirmó el fallo en 2015.

Danilo Astori-Asamblea Uruguay-Orrico (1996-2016)

  • Asamblea Uruguay, liderada por Danilo Astori, omitió aportes al BPS de Graciela Valdivieso, secretaria de Jorge Orrico, durante 20 años, y de Mercedes De Toro (1995-1998); el BPS responsabilizó al sector en 2016, Orrico fue destituido del Sodre, y el FA respaldó a Astori, minimizando el caso sin sanciones internas.

Raúl Sendic (2010-2013)

  • Raúl Sendic, exvicepresidente y expresidente de ANCAP (MPP, Lista 711), fue procesado en 2018 por peculado y abuso de funciones por usar tarjetas corporativas de ANCAP para gastos personales (~60,000 dólares) y por irregularidades que generaron un déficit de 800 millones de dólares. Renunció a la vicepresidencia en septiembre 2017 tras un dictamen del Tribunal de Conducta Política del FA, que calificó su conducta como “inaceptable”. El FA lo respaldó inicialmente, pero la presión pública forzó su salida.

Laura Remersaro (2015-2016)

  • Laura Remersaro, directora de Contaduría General de la Nación, fue denunciada en 2019 por presuntamente subalquilar su apartamento para actividades de prostitución de menores durante el segundo gobierno de Vázquez; no hay registros de procesamiento ni sanciones, y el FA no adoptó medidas públicas, aunque el caso generó críticas en la oposición.

Charles Carrera (2015-2016)

  • Charles Carrera, senador del MPP, fue señalado por el uso irregular del Hospital Policial para atención médica, un beneficio no correspondiente a su cargo; a pesar de evidencias, el FA lo respaldó, y no enfrentó sanciones judiciales ni internas, aunque el caso fue usado por la oposición para cuestionar la ética del FA

Los zurdos chorros, los blancos pillos, y nosotros…

No crea el lector, ni por asomo, que la corrupción es patrimonio exclusivo de la izquierda.  Incluye a todos los Partidos, pero no solamente a ellos, porque política partidaria hacen muchos, por caso los sindicatos, y ya ve al SUNCA, por segunda vez, de fiesta con los fondos de sus afiliados para viviendas. Novecientos mil dólares que se fueron a cuentas particulares y si te he visto no me acuerdo. Ahí siguen, tan campantes.

Hay sin embargo, un aspecto que solemos dejar de lado y es, a no dudarlo, el huevo de la serpiente: es cómo se financia la política.  

El «caso Cairo» vino a recordarnos un esquema de corrupción que involucra a todo el sistema político y del que participa todo el establishment. La cuestión es muy básica. Es el propio sistema el que se vota a sí mismo remuneraciones que son las más altas de Latinoamérica. Si bien no hay razón para pagar como país rico, siendo como somos, jugadores de media tabla y siempre en peligro de descenso. Se explica por otra cosa: los sueldos y compensaciones de legisladores y cargos de confianza, son una parte sustancial del financiamiento de los partidos y sus sectores. 

En una de las tantísimas defensas que en las últimos días la Ministra (o ex) Cairo, ha dicho que de los más de 400 mil pesos que percibe, más de 2/3 se los queda su sector, el MPP. Unos 250.000 pesos por 36 legisladores, 9 millones mensuales, 108 millones al año, o sea dos millones y medio de dólares anuales solamente del Legislativo. Agregue Ministros, Sub-Secretarios, Directores, y un largo etcétera, y se podrá hacer una idea de lo que se recauda y no se rinde cuenta alguna.

De este esquema, fácilmente corruptible, fácilmente corruptor, participan todos. De allí que, medio siglo después, lo tupamaros vinieron a tener razón: la «rosca» está, existe, se protege a sí misma y, ahora, también la integran ellos, sus detractores. 

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