
Dado que ahora, según el gobierno, prácticamente ningún homeless se muere en la calle, los 12 muertos de frío hasta ahora fueron una aberración estadística, el uno o los dos asesinatos diarios son datos anecdóticos según el ministerio y sus actuales académicos, y gracias a los $2.500 del bono educativo ya no hay pobreza infantil, unidos a la prístina pureza y transparencia de ministros y otros jerarcas, la sociedad uruguaya se ha embarcado en la discusión del IVA del 22% a los productos comprados con franquicia (en principio a Temu pero, aparentemente, a todo lo que no venga de USA) [1]
Ya ha sido ampliamente discutido el por qué este nuevo impuesto no ayuda prácticamente en nada a la «industria nacional» ni a los importadores prebendarios. Distingo a estos dos grupos, porque se supone que los primeros fabrican y venden un producto similar al que ofrece Temu, mientras que los segundos lo que hacen es importar el mismo producto en cantidades desde Temu o similares y venderlo con gran sobreprecio en el país. Obviamente hubo mucho descontento en las redes (reflejo de la sociedad [2 y un usuario (@freefranx) publicó la foto de la derecha donde compara el precio en Temu de un reloj digital, que es lo que pagaría un usuario que lo compre, antes del 22% nuevo, y el mismo reloj vendido en plaza. Un 272% del precio original. Todo esto sin considerar el 22% de IVA que, para mí, no es un impuesto justo porque si bien se trata de un bien importado y legalmente se le puede poner IVA, al comprarse por la propia persona fuera del país no hay ningún porcentaje de valor agregado, no es un IVA sino un arancel. Pero bueno, vamos a lo nuestro.
La defensa de los importadores locales es que tienen muchos gastos (impuestos, local, personal, agua, luz, etc.) y todos sabemos que eso es cierto. Lo que no sabemos es cuál es el margen real de ganancia que tienen los importadores. Así que me propuse, con la ayuda de Grok, hacer una simulación razonable (aunque, obviamente, no exacta). Debajo les cuento los pasos que he dado para llegar al resultado final.
- El objetivo de la simulación es ser un importador que compra en Temu un número muy grande de cosas pequeñas. Para ello, le pido a Grok que seleccione al azar 30 productos típicos de Temu (basados en búsquedas y conocimiento de su catálogo: ropa, accesorios, electrónicos, hogar, etc.). Los precios son los de retail de Temu. Pido que el importador compre 1.000 unidades de cada uno de los 30 productos y los meta en un contenedor de 40 pies hacia Uruguay.
- Los 30.000 productos seleccionados de esta forma (obviamente no pude incluir un análisis de cuáles son los más vendidos en Uruguay, cosa que le dejo a un economista que tenga paciencia) tienen un costo Temu de $5.380.000 (Cost of Goods, COGS). Un contenedor desde China sale unos US$ 5.000 (unos $ 200.000 al cambio promedio de $40 por dólar). Y a eso hay que agregarle un seguro de los COGS que usualmente es un 0.5% (unos $27.000).
- Los impuestos de importación incluyen el arancel promedio para bienes de consumo provenientes de China (15%), la tasa consular del 5%, otros impuestos portuarios menores (unos US$500) y ahora el IVA del 22% (que, en realidad, paga el consumidor final). Y a eso hay que agregar un 25% de IRAE más los costos operativos que pongo aparte.
- Para calcular los costos operativos, asumo que el importador alquila un local de unos 100 m2 en el Barrio de los Judíos ($80.000 por mes) y que tiene en total 10 empleados con un costo de $30.000 por mes por empleado, más una contribución del 12,625% para el BPS. Y a todo eso lo incremento por un 20% para tener en cuenta luz, agua e impuestos al local. Asumo, además que esos 1.000 gadgets de cada tipo se mueven completamente en un período de 3 meses (lo que, obviamente, es otra aproximación del cálculo). El total de los costos operativos en este caso me da $1.504.350 para los tres meses. Observen que asumo que el importador solamente vende estos productos. Probablemente haya exageraciones para uno y otro lado (p.ej. demasiados empleados y demasiado poco tiempo para la venta total, pero más vale una aproximación que ninguna).
- Usando todos estos números, llego a que los $5.380.000 de los COGS significaron un gasto total de $8.252.630, que es el capital invertido en el proceso.
- Asumo ahora otra aproximación, que el importador desea tener una renta neta después del pago del IRAE del 50% del costo. Tomado el 50% del costo ($4.126,315) y añadiendo a la ganancia el neteo del 25% del IRAE me queda que la renta bruta que tiene que obtener el importador es $5.501.753. Es decir que, sin contar el IVA, que lo paga el consumidor final, el ingreso por ventas debe ser $14.754.383 (unos US$ 123.000 por mes, lo que no parece irrazonable).
- Ahora bien, los costos fijos los incluyo como un número global, los costos operativos los incluyo por unidad vendida (que asumo que fueron todas). Y agrego un multiplicador de 5/3 sobre el costo unitario para atender a la rentabilidad total querida (recuerden, 50% del costo de venta de los artículos). Y finalmente calculo la diferencia entre el precio de venta (sin IVA) y el precio inicial y le pido a Grok que busque en las ofertas del Barrio de los Judíos y de Mercado Libre productos similares para comparar los precios.
Todo ese farragoso proceso culmina en una tabla bastante representativa de los artículos que la gente compra en Temu. La tabla es la siguiente:
- Lo primero que salta a la vista es que, independientemente de que usemos el promedio o la mediana, para pagar todos los impuestos de la simulación que hice y conseguir además una renta neta del 50% por sobre el capital invertido, el precio final debe estar en aproximadamente 270% del precio en Temu, lo que explica claramente los precios que vemos en Uruguay (por lo menos en Montevideo).
- Lo segundo que se ve es que cuanto más barato es el producto inicialmente, mayor sobreprecio incluye. Esto es porque la renta se repartió uniformemente con una fórmula del tipo Precio venta = (1,2543 × inicial + 50,145) × (5/3). Otras estrategias de venta (p.ej. porcentajes fijos por producto) conducirían a resultados unitarios diferentes.
- Lo tercero que se ve es que los precios obtenidos de la simulación son concordantes con los del Barrio de los Judíos y Mercado Libre, con los primeros siempre por debajo de los segundos, lo que implica que ML no es necesariamente una buena referencia para ver precios.
Resumen y conclusiones
Para ver las conclusiones es útil hacer una tablita que incluya el costo inicial, que llamaremos el 100%, el costo operativo que incluye al socio Estado que cobra su tajada mediante los impuestos y, finalmente, la ganancia, expresada tanto sobre el costo inicial como sobre la inversión total de capital. Esta es la tabla:
Observen entonces el «negocio» (que es ciertamente una simulación que aproxima a un posible emprendimiento real, pero con probablemente algunos errores). Lo que se ve es que para una inversión real de unos US$ 134.500, el importador recibe un retorno de US$ 103.158, es decir una ganancia del 77% (porque le pedí una rentabilidad neta después de costos operativos e impuestos del 50%). Si, por el contrario, tengo en cuenta los impuestos (incluyendo el IRAE que no consideré para la rentabilidad) el importador tiene un margen de ganancia del 57% (invirtió US$ 240.702 y en 3 meses recuperó US$ 137.544).
Es obvio entonces por qué los importadores protestan (nótese que la mayoría de los productos de la tabla no se producen en Uruguay). Por cada pedido de US$ 600 que haga un uruguayo en el exterior directamente, los importadores dejan de ganar (de acuerdo a la simulación) US$ 342. En 100.000 pedidos anuales eso es la friolera de 34 millones de dólares que dejan de entrar en los bolsillos de la gente más rica del país.
Por supuesto que esta conclusión es aproximada y al estudio se le pueden hacer un número considerable de objeciones. Pero lo que queda meridianamente claro es que la mayor libertad que proporciona la importación personal directa mediante franquicias beneficia al pobre por sobre el rico. Es claro que inmediatamente se dirá que eso provocará que echen a la gente que trabaja para esos importadores y que eso redundará en desempleo. Sí y no. No solo porque los importadores pueden hacer un esfuercito (ganar menos, ser más originales, esforzarse más en que el negocio realmente beneficie a la población), sino porque la economía es dinámica y perfectamente mucha gente puede pasar de vender a emprender o, en caso de que se aliente la competencia, puedan entrar a trabajar en otras empresas. No es más que un cuco de esos que hacen que este país sea demasiado caro.
Mi ejemplo no es perfecto, pero capaz que podemos de esta forma empezar a discutir por qué hay gente que se hace millonaria teniendo vacas atadas y lucrando con la gente que gana menores salarios (¿o Uds. creen que la mayoría de los que compran en Temu son gente que tiene la facilidad de hacerse dos o tres viajecitos por año pasando por múltiples free-shops?).
¡Feliz día de la independencia!

