
por Manuel Flores Silva
La Dra Ache será Embajadora en contra la voluntad de su Partido. Por disposición de un Parlamento al que no le dijo la verdad. Con venia votada por los que la acusaron de mentir.
La designación de Carolina Ache como Embajadora contra la opinión de su Partido ha puesto otra vez el tema en el tapete. Mis amigos saben que siempre he dicho que Carolina Ache es buena persona. Esa es mi opinión en lo personal. En lo político, sin embargo, se hace necesario señalar, lamentablemente, que los errores han sido muchos. Sin menoscabo de mantener la positiva opinión personal.
1. La Subsecretaría Dra. Ache no debió recibir al abogado del narco Marset inmediatamente previo al episodio del pasaporte. En las reuniones oficiales siempre se sabe previamente el tema que se va a tratar. Justamente para evitar eventuales situaciones incómodas.
2. La Subsecretaría Dra. Ache debió atender la advertencia del Subsecretario del Interior, Dr. Maciel, respecto que no le diera el pasaporte a Marset. Esto es muy obvio y grave también.
3. La Subsecretaría Dra. Ache no debió pues tener vinculación de ningún tipo con el otorgamiento del pasaporte a Marset.
4. La Subsecretaría Dra Ache no debió decirle al Parlamento que no sabía nada de Marset. Institucionalmente gravísimo. Por ello fue descalificada durante meses por el Frente Amplio … su actual benefactor.
5. La Subsecretaría Dra. Ache no debió tomar como abogado al principal operador político del Frente Amplio, Jorge Díaz. Desde ese momento en adelante Díaz determinó que todo lo que hiciera Ache fuera contra los partidos históricos y contra la idea republicana misma cuyo enemigo central es Jorge Díaz. No Se podría decir incluso que ese ataque a los partidos de la coalición contribuyó grandemente a su derrota.
6. La Subsecretaría Dra. Ache no debió recorrer jerarcas pidiendo ayuda a su situación y grabar sus consejos de ayuda para luego difundir los contenidos de las grabaciones privadas fuera de contexto justamente en época preelectoral. No podía ignorar la operación política de enchastre en la que participaba.
7. La Subsecretaría Dra. Ache no debió hacer público que no votaba a la coalición. Claramente buscaba perjudicarla. Ya estaba la embajada sobre la mesa según se ha conocido sobre los preparativos personales previos.
8. La Subsecretaría Dra. Ache no debió finalmente aceptar un cargo político diplomático del Gobierno del FA a espaldas del Partido Colorado. Todo el mundo pasó a pensar que se trataba del pago de un favor en contra, incluso, del propio partido de la ex subsecretaria. Los colorados no votaron su venia en el Senado de acuerdo a la resolución del Comité Ejecutivo Nacional. Los blancos sí se fumaron a Argimón. Allí, al parecer, la traición paga.
La Dra Ache será Embajadora en contra la voluntad de su Partido. Por disposición de un Parlamento al que no le dijo la verdad. Con venia votada por los que la acusaron de mentir. Así de ásperas serán, luego, las relaciones entre el Gobierno y el Partido Colorado. No deberá olvidarse el papel del Dr. Jorge Díaz también en este asunto. Increíblemente la investigación administrativa sobre Ache que debiera hacer el Ministerio de Relaciones Exteriores la hizo Presidencia en la órbita de Jorge Díaz, justamente el abogado de Ache.
Obviamente Ache fue declarada inocente horas antes que se tratara su venia en la Comisión del Senado. Jorge Díaz era a la vez el juez administrativo y el defensor de parte. Inmoral. Jorge Díaz es la fuente principal de confrontación entre el gobierno y la oposición. La Subsecretaria Ache se beneficia de girar en torno a ese enemigo de la República, cuyo poder no deja de crecer. Y al crecer va convenciendo al sistema que Jorge Díaz -que ahora reparte cargos de embajador- no es bueno que tenga más poder. Y menos que sea Ministro de Justicia.
Son muchos errores y muy graves. Lamentablemente.