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Contraviento

Montevideo 35 – Rivera 30 (Gana Rivera)

14 octubre, 2025
Rivera montevideo

La política uruguaya es un laboratorio donde los discursos progresistas chocan con la realidad del pavimento. Comparar Montevideo con Rivera es comparar  la retórica con la gestión. La capital del país, bastión histórico del Frente Amplio, lleva tres décadas en un eterno bucle: prometer cambios, justificar fracasos y culpar al “ahogamiento financiero” de turno. Rivera, en cambio, con gobiernos colorados consecutivos, hizo lo que en la izquierda montevideana parece ciencia ficción: resolver lo básico.

La “fórmula Rivera”: eficiencia visible donde otros inventan excusas

El Partido colorado en Rivera, que completará 30 años ininterrumpidos desde 1995 hasta el  final de la presente gestión, no se pierde en debates ideológicos ni en diagnósticos eternos. Hace, muestra, y sigue.

  • Caminería y vialidad rural: cuadrillas activas, caminos transitables y mantenimiento constante.
  • Alumbrado y energía: la red LED ilumina sin discursos ni promesas.
  • Saneamiento y efluentes: obras, conexiones y barométricas que funcionan.
  • Servicios sociales: transporte y hogares estudiantiles que efectivamente existen.
  • Vivienda y barrios: expansión ordenada, sin épica, pero con resultados.

Es la simple receta de la gestión: menos relato, más pala.

El “cuplé para Rivera”: crítica capitalina en tono de complejo

Desde la comodidad del asfalto roto, muchos votantes frenteamplistas miran a Rivera con ironía, convencidos de que el interior es “atrasado”, “clientelista” o “carente de conciencia política”. Esa mirada condescendiente, convertida en murga y meme,  quedó inmortalizada en el famoso “cuplé para Rivera”, donde el montevideano caricaturiza a la frontera como folclórica, ingenua y menos “ilustrada”. Sin embargo, la sátira se les vuelve bumerang: mientras los riverenses asfaltan, iluminan y limpian, los críticos de la capital se tropiezan con sus propios baches… y con la basura acumulada frente a casa.

Montevideo: la leyenda urbana de la basura

Treinta años  (completa 35 al final de la presente gestión) de gobiernos frenteamplistas, y el contenedor sigue siendo el protagonista indiscutido del paisaje urbano.

  • Residuos: basurales crónicos, contenedores desbordados, y un servicio que promete “transformación” cada cinco años.
  • Tránsito: calles rotas, embotellamientos perpetuos, y obras que avanzan a paso de funcionario cansado.
  • Infraestructura: pavimento en ruinas y un alumbrado que a veces ilumina, pero casi nunca inspira.

Montevideo es la única ciudad donde la “resiliencia ciudadana” consiste en esquivar bolsas de basura.

Bergara vs. Cosse: el cambio de máscaras en la misma obra

Cuando Mario Bergara asumió la Intendencia, se encontró con un guion repetido: déficit, deudas y excusas.
Cosse culpó al gobierno nacional de “ahogarla financieramente”. Bergara revisó las cuentas y descubrió que ese “ahogamiento” explicaba apenas el 2,6 % del déficit. Es decir, el resto era simple y pura mala gestión del gasto.
Su receta: recortar sueldos de confianza y frenar contrataciones. Una cirugía leve para una enfermedad crónica.
En el fondo, es la pelea de siempre: la izquierda discutiendo quién hundió el barco, no cómo reflotarlo.

Conclusión: En Rivera hacen, en Montevideo debaten

Montevideo, capital de las causas nobles y los contenedores llenos, demuestra que se puede hablar mucho de justicia social mientras se tropieza con la mugre de la esquina. Rivera, sin eslóganes ni murgas militantes, muestra que gestionar es más útil que proclamar.
La izquierda montevideana construyó un mito y lo habitó durante tres décadas: el de la superioridad moral sin eficiencia práctica. Rivera lo derrumba con algo tan simple como una calle iluminada y un barrio limpio.

En el marcador simbólico del juego político, Montevideo 0 – Rivera 1, y la diferencia no está en las urnas, sino en la vereda.

 


 

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