Venimos recién de contemplar la asonada en Brasil. Se dice, y es muy probable que así sea, que eran militantes a favor del expresidente, el Sr. Bolsonaro, y también que hubo algunos infiltrados afines al presidente actual, el Sr. Lula. Para fijar de una vez mi postura, y que a la luz de ella se lea lo que sigue, aclaro lo que creo:
Las protestas ciudadanas pacíficas son parte integral de una democracia sana. Cuando la protesta deja de ser pacífica y violenta el derecho de circulación, el derecho de propiedad, el derecho al trabajo o cualquier otro derecho fundamental para la convivencia ciudadana, dejan de ser legítimas. Mucho más si atentan contra instituciones que son la columna vertebral del Estado, como los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo.
Es cierto que si estamos en un gobierno dictatorial (Cuba), o una democracia de origen pero no de ejercicio (Venezuela), una cleptocracia (Argentina), o un gobierno autogolpista (Perú), hay que matizar un poco dicha aseveración (obvio que no son democracias sanas). Cuando el Presidente o la Vicepresidente de un país son criminales convictos y detentan el poder gracias a triquiñuelas legales, también hay que entender que mucha gente puede estar desconforme y que no es disparatado pensar que puedan ejercer violencia. Pero entender no es justificar.
La situación de Brasil no es fácil. La votación electrónica con máquinas de dudosa operación, con ciertas sospechas estadísticas de fraude, que en lugar de ser auditadas como corresponde en una democracia sana, fueron desestimadas sin análisis, creó un malestar generalizado, al menos en los brasileños perdedores. Varios infiltrados en la asonada del 8 de enero que eventualmente podrían haber provocado un efecto manada, también parece ser un dato de la realidad. Y también que el propósito manifiesto de los revoltosos era provocar un levantamiento militar para derrocar a Lula. Pero, en último análisis, la situación debe ser reconducida de manera que la democracia sea restablecida y, sobre todo, que sea ejercida dentro de los parámetros legales y constitucionales, ahora, dentro de dos años y hasta el fin del mandato. Y parte de eso es finalizar con las prácticas fuertemente represivas y dignas de gulag soviéticos que se tomaron no contra los revoltosos que asaltaron las instituciones, sino contra quienes estaban acampando, equivocada pero pacíficamente. Espero que cuando este artículo vea la luz, esa situación indignante haya acabado. O hay pruebas y se los encausa, o se los libera. Y mientras tanto se los mantiene en condiciones dignas.
Si la situación de Brasil no es fácil, calificar lo que sucedió el 8E no es nada difícil. Aun los mandatarios de derecha o centro-derecha como la Sra. Meloni en Italia o el Sr. Lacalle-Pou en Uruguay fueron contestes en alejarse de cualquier atisbo de justificación. El Presidente Lacalle-Pou, reafirmando el comunicado de Cancillería, publicó en Twitter: “Lamentamos y condenamos las acciones llevadas a cabo en Brasil que atentan contra la democracia y las instituciones.” Simple, claro, conciso y concreto. La Presidenta del Consejo de Ministros de Italia, la Sra. Giorgia Meloni, publicó también en Twitter: “Quanto accade in Brasile non può lasciarci indifferenti. Le immagini dell’irruzione nelle sedi istituzionali sono inaccettabili e incompatibili con qualsiasi forma di dissenso democratico. È urgente un ritorno alla normalità ed esprimiamo solidarietà alle Istituzioni brasiliane.” El Presidente de Ecuador, el Sr. Guillermo Lasso, publicó: “Condeno las acciones de irrespeto y vandalismo perpetradas a las instituciones democráticas en Brasilia, pues atentan contra el orden democrático y la seguridad ciudadana. Expreso mi respaldo y el de mi Gobierno al régimen de @LulaOficial legalmente constituido”. Es decir, nadie medianamente de derecha se solidarizó con los revoltosos.
La guinda sobre el postre la puso el propio Sr. Bolsonaro que publicó: “- Manifestações pacíficas, na forma da lei, fazem parte da democracia. Contudo, depredações e invasões de prédios públicos como ocorridos no dia de hoje, assim como os praticados pela esquerda em 2013 e 2017, fogem à regra.” Contundente y autodefensivo, pero claramente en contra. Si fuera cierto que, como sus opositores acusan, fue él quien alentó estas ocupaciones, muy decepcionados deben sentirse sus partidarios y no creo que ninguno de ellos vuelva a apostar su piel en una intentona de este estilo. Recordemos que frente a una situación parecida, el ex presidente de USA, el Sr. Donald Trump, aún hoy se solidariza con los atacantes del Capitolio. Tampoco en aquel entonces los gobernantes del mundo apoyaron los desmanes. Sin dejar de señalar que la actitud del Sr. Bolsonaro, no reconociendo la derrota y no refiriéndose a Lula como Presidente, alienta sin duda a los elementos más radicales.
Muy distintas a estas actitudes han sido la de dirigentes o notorias personalidades de izquierda cuando los desmanes fueron perpetrados por sus propias huestes contra la democracia y sus instituciones. Dejen que cite en primer lugar al inefable publicista local, el Sr. Esteban Valenti quien, frente a las asonadas chilenas, el 26 de octubre de 2019 (a las 1:10 p.m. para ser más exactos) decía “Chile. Q maravilloso un pueblo en las calles, contra una dictadura, 30 años de modelo en democracia y el pais mas injusto de a. latina. y mas prospero para pocos.” (sic). No es en realidad un destacado dirigente o militante, pero su falta de lógica, ortografía y gramática le dan el primer premio. El 8E hablaba contra los “fascistas bolsonaristas”. Puede ser la edad, que no perdona. Aunque también es cierto que la Sra. Goyeneche es notablemente más joven y no le va en zaga al publicista.
Un ejemplo mucho más interesante lo da el presidente de Chile, el Sr. Gabriel Boric. ¿Qué es lo que termina de suceder? Que “renunciaron” la ministra de Justicia y el jefe de gabinete en el escándalo provocado por el indulto concedido por el Sr. Boric a 12 personas condenadas por hechos vinculados al “estallido social” de 2019. Nótese la estética de la frase, cuando es de derecha es un golpe o intento de golpe, cuando es de izquierda es un estallido social. El propio Sr. Boric, en aquel entonces uno de los dirigentes de las asonadas violentas (20 estaciones de Metro incendiadas, 600 comercios destruidos, 34 muertes) admiradas más arriba, goza hoy de un 70% de desaprobación.
El así llamado “eje progresista latinoamericano” va desde el Sr. Boric en Chile al Sr. Gustavo Petro, presidente de Colombia. El Sr. Petro, el 4 de setiembre de 2022, frente al rechazo sumamente mayoritario al proyecto de Constitución liderado por el Sr. Boric, se permitió tuitear, con muy poca diplomacia, “Revivió Pinochet”. El respeto al pueblo de otro país no es su fuerte cuando lo que deciden no condice con su ideología. Sobre el patético autogolpista, el ex presidente de Perú, el Sr. Pedro Castillo, el Sr. Petro mantuvo que “Yo lo que vi fue un presidente acorralado, eso fue hace un mes, un mes y medio, y seguí el caso. ¿Cómo un Parlamento (…) muy poco popular, por muchas razones, empieza a hacer una ofensiva para acorralar a un presidente, para tumbarlo? Eso se llama un golpe parlamentario«. El presidente Petro aseguró que el exmandatario de Perú fue víctima de una persecución política y aseveró que, entre otras cosas, su origen humilde fue un factor que influyó para que lo quitaran del mando. Que haya querido disolver el Parlamento parece que no tuvo nada que ver.
Curiosamente, lo de Perú tiene a las izquierdas un tanto esquizofrénicas. 17 muertos en un día, 45 por ahora, en el régimen, legal y constitucional, de la izquierdista Dina Boluarte, del mismo partido que el depuesto Sr. Castillo. Reciencito nomás, terminan de negarle el ingreso a Evo Morales, quien acusa a la “derecha” de tal desmán. Pero resulta que la Sra. Boluarte no sólo era del mismo partido que el Sr. Castillo (Perú Libre) aunque en 2022 fue echada del mismo, sino que el politólogo Gonzalo Banda dijo que “tenemos un Parlamento con mayoría opositora al partido Perú Libre”.
Mucha confusión para este pobre escriba. Mientras Puno se incendia y los aymarás piden la destitución de la Sra. Boluarte, por acá parece que el presidente del principal partido de la oposición está empeñado en evaluar negativamente la temporada turística. Se espera pronunciamiento cuando decidan si la Sra. Boluarte es de izquierda y apoyable, o de derecha y repudiable. Una queja genérica del Sr. Grille (sin mencionar a la mandataria sino a las fuerzas represivas) da cuenta de este hecho, muy bien contestado por el Sr. Lorenzo. Habrá más novedades para este boletín.
¿Qué podemos decir acerca de la represión en Cuba, en especial en el período 11-17 de julio de 2021? Las 187 desapariciones forzadas que el régimen cubano perpetró no fueron demasiado importantes para el partido de izquierda Frente Amplio que aprobó una declaración cuestionando “los dichos injerencistas” del presidente Luis Lacalle Pou, quien aseguró esa semana que en Cuba hay una “dictadura que no respeta los derechos humanos«. Para orgullo de Asamblea Uruguay y su dirigente el Sr. Danilo Astori, este sector dentro del Frente amplio se negó a votar la declaración porque los sectores mayoritarios se negaron a incluir una mención sobre la falta de respeto a los derechos humanos en Cuba. Mientras ahí morían y desaparecían cubanos por la acción del régimen, unos cientos de manifestantes apoyaban al mismo frente a la Embajada (según el tuit de otro Grille).
Y último, pero no menos importante, no olvidemos las lultitudinarias manifestaciones en Bolivia para la liberación del gobernador Luis Fernando Camacho y otros presos políticos. Las movilizaciones fueron multitudinarias y cuestionaron el actuar del Gobierno y el proceder del Órgano Judicial con los procesos de los excívicos y líderes de protestas y opositores. Hace casi dos semanas, el gobernador cruceño fue aprehendido en un operativo policial violento y trasladado hasta la ciudad de La Paz, donde fue sometido a una audiencia virtual, en la que se determinó detención preventiva de cuatro meses por el denominado caso golpe I. En Potosí, la movilización también exigió la liberación del excívico Marco Pumari, quien se encuentra más de un año con detención preventiva por el caso de la quema del TED potosino en 2019.
“Nos obligan a salir a las calles para defender nuestra libertad, nuestra justicia, para pedir paz y vivir en un estado democrático cuando sabemos que todo este régimen, impuesto desde otros países, lo único que ha hecho es volver al Órgano Judicial como un ente de ‘sicariato’ que persigue a cada uno de los bolivianos que piensa distinto a este régimen”, señaló el presidente del Comité de Movilización de Comcipo, Ricardo Ramos. Bolivia está conmocionada.
Pero ya para no abundar demasiado, dejemos acá el registro del acto de apoyo del Grupo de Puebla (Evo Morales, Lula da Silva, Gabriel Boric, Gustavo Petro, etc.) a la vicepresidenta de Argentina, delincuente convicta ya por actos de corrupción e investigada por múltiples otras causas. Serán criminales, pero son míos, parece ser el mensaje.
Latinoamérica es un vecindario político poco saludable. En un buen porcentaje de los países la sociedad está prácticamente partida a la mitad y entre los partidarios de uno y otro segmento se miran con afán de aniquilación en lugar de conciliación. Golpes militares, cuasi-militares, parlamentarios, y de cualquier otro tipo son la tónica, no la excepción. Quizá la mayor diferencia que existe entre los “intentos de golpe” de derecha y los “estallidos sociales” de izquierda, es que a los primeros todos los condenamos. A los segundos, hay siempre personajes que le encuentran una explicación, una justificación y un elogio. Para peor, desde un podrido trono de superioridad moral autoproclamada.
Como decía el escritor, pensador y senador español Ramón de Campoamor y Campoosorio “En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color del cristal con que se mira”.
Es decir, “asigún”…