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Contraviento

Los Dolores de la Guerra Flamenca

13 marzo, 2025

Nuestros quizá escasos pero fieles lectores, saben que este columnista no suele incursionar en temas bélicos, porque es consciente que para ello carece del expertise necesario.

Sin embargo, la vorágine de los hechos, nos obliga a abordar, aunque sea breve y tangencialmente, los graves hechos bélicos que se vienen suscitando en la otrora «Tacita del Plata», la Montevideo de todos.

Como sabrán los mayores en esta sala, tiempo hubo en que, yendo desde el centro hacia el Cementerio del Buceo (pero sin llegar a él, a Dios gracias), circulando por la calle Rivera (sí, supongo que el genocida salsipuediano) a mano izquierda (cuál, si no) hubo un gran parque cerrado, lleno de animales.

Eran otros animales, no los que somos nosotros ahora, que, en su variedad, mostraban la riqueza de la fauna de buena parte del mundo. Allí concurrían de paseo familias enteras, así como diversos grupos escolares en salidas didácticas aprendiendo sobre esas exóticas especies, in situ.

Para los que nunca vivieron tal experiencia y sus abuelos no se lo hayan relatado, era un zoológico (*), de Villa Dolores para más inri, quizás en alusión a los que sufrirían esos pobres seres condenados al eterno encierro.

Eran tiempos bárbaros, los humanos montevideanos aún no habían desarrollado esa exquisita sensibilidad intra-especie, inclusiva, transversal e interseccional, y toleraban espectáculos tan bárbaros como padres comprando maníes para darle a los simpáticos monitos para reírse de ellos. Bestias insensibles -los niños- en pleno proceso de embrutecimiento, víctima de una cultura de violencia y opresión.

Por suerte, aquellos tiempos de barbarie fueron pasando. La creciente conciencia animalista de los animales humanos montevideanos, llevó a que se organizaran en «colectivos» que canalizaron sus más nobles impulsos en la defensa de causas tan nobles como el veganismo (que algún día, todavía lejano porque el asado, tira). Así, la adopción de perrhijos tomo el lugar de la bárbara costumbre heteropatriarcal de aparearse con el objetivo de parir crías humanas.

Por suerte, acompañando la época, llegó al Gobierno municipal la fuerza política popular por excelencia, madre protectora de todas las nobles causas y con ella el cierre del campo de torturas y opresión que era el oprobioso zoológico de Villa Dolores.

Aquél centro de reclusión, propio de oscuras épocas de oscurantismo y represión, dio lugar a un luminoso Parque, lleno de exuberante naturaleza, vibrante, limpia como el cielo limpio, y festiva como la vida misma, donde todos los animalitos -antes condenados al horroroso encierro mortificante- ahora disfrutaban de su libertad. Vamos, que una recreación en pequeño del mágico Edén, ahí, en plena ciudad, al alcance de la mano, del bolsillo de la dama y la cartera del caballero, para disfrute de sus mascotas.

Una inesperada guerra

Sin embargo, los esfuerzos de los preclaros gobernantes montevideanos, siempre comprometidos con las preocupaciones, inquietudes y deseos de sus fieles acólitos, llegando a asignarle un funcionario para cada animal viviente -que se solventaría con el inagotable Tesoro Municipal- pareció insuficiente. Tanto así que, la porfiada realidad hizo razón al aserto que «de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno».

El pasaje por el Purgatorio estuvo marcado por la creciente división en los batallones de funcionarios que, lenta pero progresivamente, se fueron alineando en dos bandos aparentemente irreconciliables: los de los puristas opuestos a la reproducción de las especies y, por el otro, el de los conservacionistas partidarios de la reproducción, controlada, pero reproducción al fin.

Cuando el Diablo Dinero mete la cola.

Lo que parecía una guerra de posiciones, sin enfrentamientos abiertos, fue escalando posiciones, pasando por diferentes escaramuzas, cada vez más radicales y amenazando violencia directa, con la acusaciones cruzadas que no podían faltar. Y las consabidas sospechas que, detrás de las hostilidades, había otros intereses, tal como si traficantes de armas se tratara.

El funcionario de los 3 huevos

Confieso que, cuando estaba asistiendo al reporte televisivo del periodista Leonardo Haberkorn -que al pie, dejamos a disposición del amable público link mediante- escuché la frase del «funcionario que tenía tres huevos…» me asusté un poco. Por suerte, la frase no acababa allí, y lo que el war-report estaba diciendo es que se trataba de tres huevos de flamenco que el arrojado y perspicaz soldado, había escondido para evitar que fueran empollados y, con ello, se repitiera una vez más la maldita ley natural.

Según se consignaba en la nota, el propósito del mencionado no era otro que evitar que luego, sus enemigos del bando conservacionista los usara para oscuros negocios de reventa. El maldito mercado, negro, pero mercado al fin.

A esta altura de las hostilidades, este medio desconoce el curso que seguirá esta guerra. No obstante la virulencia de las medidas tomadas por una y otra parte, hacen aconsejable a la población civil abstenerse de ingresar a la zona de conflicto.

Por suerte para esa población civil, ajena a los salvajes conflictos funcionariales, tienen la seguridad que cualquiera sea el elegido en Mayo, siempre que sea uno de los candidatos de la fuerza política que con tanto éxito ha gestionado esta y tantas otras situaciones conflictivas de la otrora pacífica Montevideo, contarán con la solución inmediata e infalible, aunque ello signifique un nuevo esfuerzo fiscal con la incorporación de personal de refuerzo.

Nuestro Portal, seguirá estando allí donde la noticia lo requiera, aún cuando deba asumir los riesgos que toda guerra conlleva. A ustedes no debemos, queridos lectores.

(*) Zoológico: predio cerrado, donde antiguamente, los hombres mantenían animales encerrados, en condiciones miserables, para solaz del más variado público, indiferente al sufrimiento de las indefensas bestias.

Aquí el informe televisivo que amablemente los colegas de Teledoce dejaran en «X»:

https://x.com/TelemundoUY/status/1899855921183858888?t=UjNM1HZv7JGgoQuwmfJDvg&s=08