Cerradas las urnas tras el balotage que lo enfrentara a Sergio Massa, el triunfo del candidato de La Libertad Avanza ya es un hecho, con lo que el economista libertario de 53 años de edad se constituirá a partir del 10 de diciembre en el titular de la Presidencia de la República Argentina.
Massa reconoce derrota
El candidato presidencial oficialista Sergio Massa reconoció su derrota en el balotage que lo enfrentara a La Libertad Avanza, anunciando que llamó a felicitar a Javier Milei por su victoria.
Se produce de esta forma un giro drástico en el pronunciamiento electoral argentino, tras una sucesión de casi dos décadas de gobiernos populistas de raíz peronista, encabezados por el matrimonio Néstor Kirchner- Cristina Fernández, solo interrumpida por el lapso en que accediera al poder Mauricio Macri, quien no pudo evitar el retorno de esa fórmula, en la última oportunidad con Alberto Fernández como Presidente y la viuda de Kirchner fungiendo como Vicepresidenta.
Crónica de una muerte anunciada
Los escándalos judiciales, el muy cuestionado manejo de la pandemia, pero sobre todo el calamitoso estado de la economía llevó a una crisis sin precedentes, en un país donde las crisis son parte de la historia.
Así, el candidato oficialista Sergio Massa, último Super Ministro de Economía del gobierno saliente y otrora enfrentado fuertemente con los Kirchner y Fernández, si bien logró marcar la mayor minoría en las Elecciones Generales de octubre pasado no pudo torcer la realidad, enfrentado a la nueva fuerza opositora, que sumó tras de sí importantes apoyos, a saber el de la candidata presidencial que resultara tercera, Patricia Bullrich, el del ex Presidente Mauricio Macri y de amplios sectores del Radicalismo que hicieran oídos sordos a los llamados de las principales figuras de la UCR, alineadas con el candidato peronista.
Era lo previsible, desde un punto de vista ascético y despojado de tensiones partidarias. Con una de las peores variantes macroeconómicas del mundo, al nivel de Estados fallidos como Somalia, inflación de casi 150% con precios reprimidos, que equivale a 300 % real, déficit fiscal disparatado, más de dos docenas de cotizaciones diferentes para un dólar mentiroso y un sistema que en su totalidad castiga a la producción, parecía imposible que el Ministro responsable de esa gestión pudiera hacerse con la victoria en las urnas.