Por Juan R. Rodríguez Puppo
Casi con 12 horas de diferencia en el Río de la Plata asistimos a los discursos de sus dos presidentes.
Se dieron en medio de distintos desafíos y escenarios. Ambos enfrentaron la mirada atenta y crítica de la oposición porque en ambos casos los mandatarios hablaron en y para el Parlamento.
Ambos presidentes se suponen representan las ideas de la Libertad.
Uno dice ser liberal.
El otro libertario.
Uno inaugura su último año de gobierno.
El otro recién arranca.
Lacalle asume y tuvo que enfrentar todas las crisis.
Las que ya venia arrastrando el gobierno anterior, y las que le cayeron sobre su cabeza a los 14 días de haber asumido el cargo.
Milei en cambio enfrenta un país que ya venía en llamas y que había caído en la peor de las desgracias que te pueden llevar el combo de peronismo irresponsable, corrupción generalizada y progresismo populista.
Lacalle habló de lo que ha hecho y ha logrado.
«Discutamos de lo que quieran pero con los números y las realidades no se puede discutir» dijo el presidente uruguayo.
Milei apenas puede mostrar sus primeros actos que -en general- son bien recibidos por la gente y no tan bienvenidos por lo que el León llama «la Casta».
El presidente uruguayo que se confiesa liberal y que aplicó la «libertad responsable» como lema para la superación exitosa de la pandemia, esta orgulloso de la altísima composición social que tiene su gasto público. No se ufana de la ortodoxia liberal. Es pragmático y tal vez para algunos -a veces- «tibio».
Milei insiste con sus recetas libertarias buscando desregular y quitar prebendas, y, a través de la desmesura, generar cultura libertaria que sustituya el viejo asistencialismo y estatismo «peroncho».
Son dos ejemplos bien distintos de modelos de gobierno. Tal vez porque son genuinos representantes de dos países hermanos tan iguales a veces pero MUY DISTINTOS.
No sé cuál es la receta para gobernar eficazmente un país. Los dos seguramente con sus estilos cometerán o ya han cometido errores.
Pero yo al menos- los considero genuinos. Son algo muy cercano a lo que ves…sin poses.
Un radical te dirá siempre que su ideología contiene todo lo necesario para encauzar cualquier barco.
Tampoco sé si Lacalle, al frente de un país hundido y en crisis total como Argentina, se jugaría él también a una aventura libertaria ortodoxa, porque todo lo demás ya se ha probado y fallado en ese país.
Lo que sí puedo afirmar es que mi país funciona. Mi Uruguay tiene rumbo y tiene una conducción sólida y con muy buenos indicadores de gestión.
¿Qué hay mucha gente que no lo ve así?
Ahhh si. No tengo dudas. Pero en líneas generales son personas que piensan votar a Presidente a los admiradores de Massa y Alberto Fernández. Esos mismos que hicieron el milagro que todo un pueblo un día cante a coro con orgullo:
NO HAY PLATA..NO HAY PLATA!!!!
Ni Spielberg hubiera imaginado algo así en sus films de ficción.
YOOOO?…URUGUAYO.
(y de la Coalición).