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Contraviento

La Coalición hacia el lema único

26 julio, 2022

Un lema común, que diluye los perfiles partidarios de los candidatos, los pondría a todos en el mismo lugar en la grilla de partida, y haría una competencia más atractiva y de incierto resultado

A instancias de un grupo de personalidades procedentes de los dos partidos fundacionales, allá por mayo del año 2010 surgió la iniciativa de formar una “Concertación Ciudadana”, como forma de aglutinar a las fuerzas liberales y democráticas, que desde el balotaje del año 1999 se unían en torno del candidato que terminaba siendo el abanderado en la segunda vuelta frente al candidato del Frente Amplio. Entre aquellos ciudadanos vale recordar a Carlos Maggi, Rodolfo Sienra, Gonzalo Aguirre y Guillermo Stirling, para citar los más activos y notorios.

La idea fructificó en parte en las elecciones departamentales del año 2015, cuando debajo del lema “Partido de la Concertación”, se presentaron tres candidatos para competir con los candidatos del Frente Amplio, que para entonces llevaba cinco victorias consecutivas en Montevideo. Aquel intento fracasó, y el Frente Amplio obtuvo su sexta victoria. La séptima la conquistó cinco años después, cuando la idea de un lema común unió a los partidos que habían ganado la elección nacional detrás del lema “Partido Independiente”, apoyando la candidatura de la economista Laura Raffo.

Esa errática experiencia, a la cual adhirieron sin convicción ni esperanza en su momento los líderes de los principales partidos, empieza a ser reflotada en voz baja en distintos ámbitos políticos, con una intensidad que aumenta a medida que se acerca el inexorable calendario electoral que culminará en octubre y noviembre del año 2024.

Y es lógico que así ocurra. La última campaña electoral mostró con toda claridad que el camino de la cooperación y el acuerdo es el único camino que pueden recorrer los partidos de la actual coalición de gobierno, si desean retener el Poder Ejecutivo y la mayoría legislativa en la próxima elección. Repetir la experiencia del año 2019 sería suicida. La sociedad no entendería que los partidos que actualmente gobiernan dejen de lado su compromiso para enfrascarse en una campaña electoral, que necesariamente los mostrará divididos y enfrentados, ante un adversario que desde hace medio siglo comparece unido a las elecciones.

Pero, además, debe agregarse a lo anterior – por si faltara algo para terminar de convencer a quienes todavía tienen dudas al respecto – que desde la campaña del 2019 en adelante, bajo el impulso de la victoria electoral y de la gestión del gobierno sobre todo en el manejo de la pandemia, se ha ido consolidando en la sociedad un “sentimiento de coalición”, que está por encima de las simpatías y las preferencias partidarias de cada uno. Y ese sentimiento, que en algunos casos ya es una especie de identidad, no puede convivir pacíficamente con la división de una campaña electoral, que, quiérase o no, va a dejar secuelas en el ánimo de los votantes y también de los candidatos.

El otro factor que debe alentar la creación de un lema común para ser usado en el 2024 es la diferencia notoria en el caudal electoral de los actuales partidos de la coalición. No es realista suponer que esas proporciones se van a alterar, y eso lo saben tanto los dirigentes como los votantes. Desde este enfoque, la elección interna tendría un “resultado cantado” de antemano, ya que la única incógnita, y hasta por ahí nomás, sería la del candidato vencedor en la contienda del Partido Nacional.

Un lema común, que diluye los perfiles partidarios de los candidatos, los pondría a todos en el mismo lugar en la grilla de partida, y haría una competencia más atractiva y de incierto resultado, generando un mayor compromiso entre los partidos.