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Contraviento

Libro «Wild experiment», ciencia, emociones y teorías conspirativas

26 julio, 2022

Ciencia, pseudociencia, teorías conspirativas… ¿qué tienen en común? Quizá en el fondo son expresiones distintas del profundo deseo emocional del ser humano. Tanto las ciencias como las teorías conspirativas están motivadas por emociones intelectuales y animales, dice el Prof. Donovan Schaefer de la Universidad de Pensylvannia.

El Prof. Asistente Donovan O. Schaefer se desempeña en el Department of Religious Studies, Core Faculty, Gender, Sexuality, and Women’s Studies de la Universidad de Pennsylvania en USA. Su tarea de investigación se centra en la llamada teoría de los afectos, desarrollada, entre otros, por el sicólogo Silvan Tomkins en Princeton. Desarrolló aplicaciones de esta teoría  en un par de libros (Religious Affects: Animality, Evolution, and Power, en 2015, y The Evolution of Affect Theory: The Humanities, the Sciences, and the Study of Power, en 2019). En el primero de ellos la aplicó para explicar la religión, no como un conjunto de creencias expresadas a través de un constructo lingüístico, sino como un conjunto de emociones de raíz animal. Más adelante extendió esta teoría de la religión al secularismo, y en este último libro (pueden leer la introducción acá) aborda la ciencia, las teorías conspirativas y la política, donde tiene una clara e importante aplicación.

Dice Schaefer que la teoría de los afectos nos ayuda a entender el poder como una performance teatral. Que lo más difícil de la actividad actoral no es «aprenderse las líneas» sino llenar las palabras y el interlineado con emociones. El principal instrumento de un actor (y, por extensión, un político, un activista, un creyente en conspiranoias, un científico) no es el guion, el script, sino su cuerpo. No es la racionalidad la que nos hace creer que una soprano excelente de Brooklyn, cuarentona y excedida de peso, es la núbil e italiana Julieta de 13 años. Es la emoción, el conjunto de la música, la actuación, la voz y los afectos transmitidos al espectador. De la misma forma, en política no hay que pensar en un conjunto de propuestas que son consideradas por electores racionales (i.e. «si quiere solidaridad social, hospitales y escuelas vote a x, si quiere exportaciones, aumento del PIB e inversiones vote a y) la teoría de los afectos ve el poder como una performance teatral. Nos incita a eludir la «falacia lingüística» de que el poder es conducido fundamentalmente por pensamientos y palabras. En su lugar, propone que el poder es una cosa de los sentidos, se siente antes de racionalizarlo y está vinculado a nuestra animalidad, no a nuestra racionalidad.

Este último libro de Scheafer aborda varios temas centrados en la aplicación de la teoría de los afectos a la ciencia (el placer y la excitación de la investigación y el descubrimiento). Por su persuasión religiosa, hay probablemente muchas cosas con las que un científico no concordará (por ejemplo, el capítulo sobre el nuevo ateísmo, donde le pega a Dawkins y Dennet) pero tiene un muy interesante epílogo que se titula «Desde el creacionismo al negacionismo climático» y donde hace consideraciones que vienen muy a cuento en estos momentos de terraplanismo, negacionismo vacunal y otros ismos. Describe, por ejemplo, el declive de la confianza en la ciencia entre los conservadores en USA y lo achaca no a los hechos, las ideas o las explicaciones, sino a los sentimientos hacia la ciencia en esas personas. Y aduce que lo que está fallando en estos tiempos es que la gente sienta la dimensión emocional de la ciencia.

https://emssolutionsint.blogspot.com/2020/09/el-negacionismo-del-coronavirus.htmlDos conceptos que vale la pena recalcar. Asumir que más conocimiento, más hechos, más explicaciones y más «fact checking» va a convencer a los negacionistas, es incorrecto. Tiene que ir acompañado de la correcta emocionalidad, la performance teatral adecuada, para persuadir a la gente a que sienta antes de entender la racionalidad de lo expresado. Y el segundo aspecto es la estructura emocional de la obstinación. El obstinado, el necio, el negacionista siente profundamente que no quiere que lo que le explica sea cierto, por lo que busca excusas racionales para algo que no lo es en absoluto. La pasión por la verdad, que expresa en la superficie, ha sido completamente eclipsada por su rechazo a equivocarse, su profundo deseo de sentirse bien con sí mismo (lo que lleva, naturalmente, a la disonancia cognitiva).

En estos momentos en que hay mucha gente que descree de los científicos, pero apelan a científicos que piensan lo mismo que ellos cuando quieren justificar sus creencias erróneas, es conveniente leer críticamente este libro. Les dejo, además, una presentación del propio autor, basada en los conceptos en su libro, «Buying into conspiracy theories can be exciting – that’s what makes them dangerous«.

Para seguir en Twitter: Duke University Press (@DukePress), Penn Religious Studies (@upennrels)

WILD EXPERIMENT,
Feeling science and secularism after Darwin,
Donovan O. Schaefer, Duke University Press, Durhan & London, GB, 2022
En Amazon.com: Kindle(U$S 15.37), Softcover (U$S 27.95), Hardcover (U$S 79.97)

ONV