Desde que se implementaron los cambios en el Gabinete con la llegada de Sergio Massa se agravó el conflicto interno en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Cafiero versus Tettamanti. La influencia de Manzur y los interrogantes sobre quién va a ser el nuevo embajador en Israel.
“En los últimos meses Santiago estuvo más pendiente de las desventuras de Alberto Fernández que de controlar el Ministerio de Relación Exteriores, así le deja el camino al vicecanciller Pablo Tettamanti que está muy ideologizado y obviamente alineado al Instituto Patria”, comenta con preocupación un diplomático de carrera. También sostienen que Santiago Cafiero se equivocó al dejar a Tettamanti en el cargo luego de tantos cortocircuitos entre ambos.
“No se puede creer que quienes manejan la política exterior no acepten adaptarla a las nueva realidad de esa etapa del Gobierno con Sergio Massa y Juan Manzur que son prooccidentales”, agrega un funcionario de la Casa Rosada. Esta situación obliga al jefe de Gabinete y al nuevo ministro de Economía ha generar diplomacias paralelas con sus contactos con el poder real de los Estados Unidos.
Actualmente son más importantes José Luis Manzano y el lobbista Gustavo Cinosi a la hora de armar agendas en Washington y Wall Street. Además también está activo el diplomático y asesor de Massa, Gustavo Martínez Pandiani, quien actualmente ocupa la subsecretaría para América Latina y el Caribe de la Cancillería. Pero se desmarcó mal tras defender los regímenes de Venezuela, Cuba y Nicaragua, países donde se acumulan graves denuncias por violaciones de los derechos humanos. Fue casual o es un gesto de Massa para la vice.
De todas formas, el ministro de Economía empezó a recibir en su despacho a varios embajadores como si fuera el jefe del Palacio San Martín. El contacto más destacado fue con el embajador de la República Popular de China, Zhou Xiaoli. Se sabe que esa relación bilateral es una obsesión de Cristina Fernández de Kirchner. Al titular del Palacio de Hacienda le interesa más la posibilidad de ampliar el porcentaje que se puede usar del Swap Chino.
“Acá esto todo desprolijo, se superponen las agendas y actividad de los embajadores y funcionarios de la Cancillería, los Manzano, Cinosi y compañía”, se queja otro vocero diplomático. Entre los profesionales de esa carrera se percibe un profundo malestar con la cantidad de embajadores políticos de poco nivel y además tan radicalizados, siguiendo en sus respectivas gestiones la agenda del ala dura del cristinismo. El caso más emblemático es Sabino Vaca Narvaja que ya parece más un representante del régimen chino.
«Bajo el liderazgo del PCCh (Partido Comunista Chino), el desarrollo económico y social de China en la última década ha sido admirable”, dijo el hijo del exmontonero. Tanto le piden en Beijing o sobreactúa por su cuenta.
En medio de este desorden político sobre el manejo del Ministerio de Relaciones Exteriores conviene seguir con atención el proceso de designación del sucesor de Sergio Uribarri en la Embajada de Israel. Tal como lo adelantamos en MDZ, la fiscal Cristina Caamaño finamente quedó afuera de ese destino diplomático que le había ofrecido el presidente Alberto Fernández como “premio consuelo” al dejar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) donde desembarcó Agustín Rossi. Ahora aparecen dos candidatos para ocupar ese cargo estratégico.
Persisten dos “anotados” autopostulados en la short list para ser embajador en Israel. Uno es Juan Domingo Mangel, hijo de quien fuera primer embajador argentino en Tel Aviv, nombrado por el general Juan Domingo Perón. El otro es el exgobernador de Chubut Néstor Perl. La tradición del Estado Israel es que los propuestos para la delegación diplomática no sean miembros de la colectividad judía.
Quien surja como elegido va a pasar un test con varios controles, además de la conducción del Palacio San Martín. Cristina será consultada, quizás Massa, y Manzur aparece como el más interesado por sus fuertes vínculos con los israelíes y la colectividad de Nueva York.