
La estrategia a seguir por la conducción del cristinismo va a depender del cariz del discurso de hoy de la vicepresidenta. De todas formas, anoche a última hora recibieron números de una encuesta entre votantes propios y el 80% de los menores de 35 años se muestran dispuestos «ganar la calle».
Si bien en el universo del kirchnerismo se veían venir el alegado del fiscal Diego Luciani y las penas que iba a pedir contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, estuvieron gran parte de la jornada analizando los pasos a seguir en base un sondeo telefónico que recibieron anoche a última ahora donde aparecen datos preocupantes respecto a lo que pueda ocurrir en los próximos días.
La conducción de La Cámpora con Máximo Kirchner a la cabeza, sus aliados en el Gran Buenos Aires, sobre todo el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde, y varios Barones del PJ, comenzaron primero a impulsar al resto del oficialismo para lograr adhesiones y solidaridad con “la jefa”.
“Necesitan recrear la épica con un enemigo que quiere proscribir a Cristina”, comenta un dirigente peronista poco entusiasmado con la idea de haber una pueblada. “El ala dura del cristinismo quiere sangre y aseguran que tienen presión en las bases”, precisa un intendente del Gran Buenos Aires.
Concretamente, los números que recibieron respecto a la postura de la base electoral propia expresan cierta preocupación. Si bien no hay una absoluta coincidencia en torno a sale a la calle a romper todo, lo cierto es que un 53% está de acuerdo con movilizarse en favor de la vicepresidenta, un 43% descarta esa alternativa y apenas un 5% se inclina por el no sabe/no contesta.
Además se consultó si puede ser un riesgo que haya enfrentamientos en las calles. Un 35% opta por la prudencia, mientras que un 30% se muestra indiferente y altísimo 35% se inclina por el no sabe/no contesta. Resulta sumamente inquietante que un 65% de los kirchneristas consultados no rechacen rotundamente la violencia, más allá del malestar que tengan por la situación procesal de su líder política.
Pero el dato más alarmante es que el 80% de los menores de 35 años manifiesten “qué hay que tomar la calle”. Sobre todo porque ese rango etario es el que realmente se moviliza y tiene comportamiento militante. Algunos referentes K no pudieron ocultar su preocupación ante esos números.
“Una cosa es recrear la épica de la 125 y otra muy distinta es no poder conducir a una masa de gente que haga destrozos”, revela con temor una fuente cercana al camporismo. “Todo está en manos de Cristina, si hoy se manda un discurso muy agresivo podemos tener un dolor de cabeza, esperemos que mida cada una de sus palabras”, confiesa el vocero.