En un inesperado giro de acontecimientos, el Presidente Putin reveló al pueblo ruso lo que era el secreto peor guardado de su gobierno, el duro revés que ha tomado la invasión a Ucrania. Oculto a medias durante meses por la censura y una maquinaria propagandística mucho más eficaz que la militar, la sucesión de derrotas en Ucrania forzaron a Putin a tomar una serie de medidas que hicieron caer en la verdad a sus compatriotas, de forma abrupta y con resultados en otras épocas impensados.
Desde Rusia Con Dolor
En lo que constituye su primer mensaje al pueblo tras la invasión de febrero, el Presidente Vladimir Putin anunció un decreto por el que se ordena la movilización general, habilitando el llamado a filas de cientos de miles de efectivos. Según afirmó el mismo estará limitado en primera instancia a reservistas con experiencia, algo que no está limitado en el texto del Decreto, y afectaría inicialmente aproximadamente a 300.000 combatientes, según manifestó el Ministro de Defensa ruso Serguéi Shoigú.
“Solo los ciudadanos que se encuentran en la reserva y sobre todo aquellos que sirvieron en las fuerzas armadas y poseen alguna especialidad militar, estarán sujetos al servicio militar obligatorio”, indicaron las autoridades. Eso, sin embargo, no figura en el decreto, según el cual cualquier persona puede ser llamada a filas, con la única excepción de quienes trabajen en la industria militar.
También de acuerdo a ese decreto los contratos que estaban por expirar de los combatientes que ya están en Ucrania serán prolongados indefinidamente “hasta el final del periodo de movilización parcial”.
Con el Otoño, Llega a Rusia la Primavera
Las señales ante estos anuncios probablemente no han sido las esperadas por el mandatario ruso. Las primeras reacciones de los ciudadanos fueron las de agolparse masivamente, pero muy lejos de hacerlo en la plaza con jubilosas demostraciones de galvanizado patriotismo optaron por hacerlo en manifestaciones de protesta, o en aeropuertos y fronteras procurando de toda forma posible dejar lejos ese llamamiento bélico.
Así, al cierre de esta edición ya son casi 1.400 los detenidos en casi 40 ciudades, que respondieron a la convocatoria del movimiento opositor Vesná, (Primavera), una de las más activas fuerzas opositoras a Putin desde su fundación, en 2019, y que ha mantenido una postura crítica con la invasión a Ucrania desde su inicio, lo que le ha costado miles de detenciones, persecución y hasta el exilio de sus principales figuras.
Debe recordarse que justamente a raíz de estas acciones se endurecieron las medidas penales contra la disidencia, protesta y manifestación y quien participe de acciones de este tipo se expone a penas de años de cárcel, o hasta a ser enviado al frente de guerra.
Pese a ello, apenas conocidas las medidas oficiales Vesná convocó a protestas en todo el país y miles de ciudadanos desafiaron ese riesgo, haciendo suya la Declaración de Vesná:
“Vladimir Putin acaba de anunciar una movilización parcial en Rusia. Esto significa que miles de hombres rusos, nuestros padres, hermanos y esposos, serán arrojados a los carniceros. ¿Por qué morirán? ¿Por qué las madres y los niños derramarán lágrimas? ¿Para el palacio de Putin?”
“Ahora la guerra llegará de verdad a todos los hogares y a todas las familias. Las autoridades decían que solo los “profesionales” estaban peleando y que ellos ganarían. Resultó que no estaban ganando, y los prisioneros comenzaron a ser reclutados para el frente. Y ahora se ha anunciado la movilización”
“La situación es extremadamente difícil. La guerra ya no está “allá afuera”, ha llegado a nuestro país”
“La protesta es sólo el comienzo. Estamos seguros que la decisión sobre las fosas puede ser el fin de este gobierno. Ahora el país necesita salir. ¡Todo en nuestras manos!”, rezaba la convocatoria que la Organización Vesná difundió en su canal de Telegram.
Difícil Frente Interno
Estas movilizaciones han generado hasta el cierre de esta 1362 detenidos, según el prolijo detalle de OVD-Info, un proyecto independiente de medios abocado a la lucha por el resto de los Derechos Humanos en Rusia.
En tanto, todo aquel que ha tenido la posibilidad de hallar un medio para escapar de Rusia ya lo ha hecho, o está en camino de ello. Así, se anunció que más de 30.000 rusos cruzaron a Georgia en la pasada jornada, mientras otros 50.000 esperaban hacerlo en sus dos principales puntos de entrada, se han agotado todos los pasajes aéreos a los destinos que no exigen visa a los ciudadanos rusos, y el tránsito aéreo en la zona registrado en Flight Radar y subido a la cuenta de Twitter de la aplicación ha sido replicado en todo el mundo, como mejor demostración del éxodo masivo provocado por los anuncios.
Flights departing Moscow and St. Petersburg today. The @AP is reporting international flights departing Russia have either sold out or skyrocketed in price after Putin announced a mobilization of reservists.
Search SVO, VKO, DME for Moscow airports and LED for St. Petersburg. pic.twitter.com/LV2PrkwPD9
— Flightradar24 (@flightradar24) September 21, 2022
Putin, Errores Nuevos, Errores Viejos.
Naturalmente, la inestabilidad social no es el único precio que deberá enfrentar el gobierno ruso por sus anuncios, y probablemente sea el que menos le moleste, acostumbrado a ejercer todas las formas de control represivo posibles.
El planteo de Putin en su mensaje, donde presenta como enemigo a la OTAN, no le deja demasiado margen de maniobra a Turquía, miembro de ésta y que era hasta hace poco uno de los pocos aliados con que podía contar Rusia en su aventura expansionista.
En efecto, el gobierno de Erogan ya venía moderando su apoyo a la vista de los reveses militares rusos, planteando la necesidad de diálogo y contención, y esta última acción de Moscú lo pone en la difícil encrucijada de optar entre la incierta aventura de Putin o su permanencia en la OTAN, a la que pertenece desde hace 70 años.
En una situación similar quedaría China, quien también había tomado distancia del conflicto y difícilmente opte hoy por enfrentarse a todo Occidente, en apoyo a una invasión fallida.
Así, esta acción dejaría a Rusia en compañía de Irán, que en este momento tiene sus propios problemas internos de los que ocuparse, y de Venezuela, Cuba y Nicaragua como elementos más resaltables en el ámbito internacional.
Todo ello para sumar, en el mejor de los casos en unos meses, 300.000 efectivos a una lucha perdida, lo que sería un aporte muy relativo. En efecto, más allá de la tradicional táctica militar rusa de saturar de carne de cañón, todos los analistas militares serios coinciden en que para tener un combatiente en el frente se requiere al menos de una línea logística y de abastecimiento de al menos otros seis detrás de él, lo que reduciría esos 300.000 a una cifra muy inferior, dependiendo además de suministros que a la fecha se ignora de donde puedan surgir.
No son estos, claro, los primeros errores en esta campaña, que ha sido en sí un gigantesco error desde el comienzo. Por ello es importante recordar que en Rusia los perdedores no duran mucho, como lo enseñó el propio Putin al suceder vertiginosamente a Yeltsin tras su fracaso en Chechenia, por lo que es altamente probable que esta invasión no se detenga por lo que pase en tierras ucranianas, sino por sucesos que puedan tener lugar donde comenzó todo, en el Kremlin.