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Contraviento

El Frente de Todos, jaqueado por la inflación y las causas penales de Cristina

18 octubre, 2022

El Frente de Todos va ingresando a su último año de gestión con una gran debilidad política, caprichos incomprensibles y una agenda de problemas inmanejables, esencialmente la inflación. Nunca un Gobierno peronista se desempeñó con tanta ineficiencia. Solo Isabel Perón.

Beto Valdez

Escribe Beto Valdez

El oficialismo ha ingresado en una etapa donde más allá de las internas inmanejables, solo piensan en durar con una inflación desbocada que nadie sabe a ciencia cierta hasta dónde va a llegar y cómo va a impactar en la calle. Los encuestadores propios les aseguran que la fotografía actual indica que la derrota nacional es inexorable.

La cuestión más inquietante es cómo van a llegar hasta el 10 de diciembre del año próximo con tanta incertidumbre y una sola certeza: el proceso inflacionario estará presente a lo largo de un año electoral decisivo. ¿Estará garantizada la paz social en la etapa que se viene? Se supone que sí porque gobierna el peronismo. Una gestión no PJ ya hubiera volado por los aires. Pero nunca se vio una administración justicialista tan débil y desordenada. Probablemente la de Isabel Perón en un contexto muy particular.

Mientras tanto, el presidente Alberto Fernández juega a hacerse el distraído sobre la gravedad del momento e intenta convencer a propios y ajenos que nombrando a tres ministras nuevas sin consultar a Cristina Fernández de Kirchner muestra autoridad, como si a esta altura a los K les interesara poner gente propia en el Gabinete. Ahora dicen que quiere hacer lo que al principio no se animaba. Que vuelva Santiago Cafiero a la jefatura de Gabinete y Jorge Argüello a la Cancillería, de ser así se trataría de la mejor designación desde el inicio de la actual administración. Está realizando una gran gestión como embajador en Washington.

MÁXIMO KIRCHNER SIGUE EN LA VEREDA OPUESTA DE LAS MEDIDAS ANUNCIADAS POR SERGIO MASSA.

Voceros gubernamentales sostienen que Alberto está cada vez más desconectado de la realidad pero le molesta el protagonismo del ministro de Economía, Sergio Massa, quien consulta más a la vicepresidenta y a él lo informa con la política de los hechos consumados. Por eso tampoco lo consultó a Massa a la hora de elegir sucesoras en dos cargos estratégicos como Trabajo y Desarrollo Social. “A Sergio le interesan los dos ministerios, uno para monitorear las paritarias y el otro para pisar los planes sociales”, revelan en el Palacio de Hacienda.

Pero el jefe de Estado se viene manejando como si el tigrense fuera funcionario de otro Gobierno. Mejor dicho, parece que hubiera varios gobiernos paralelos. El de Alberto, el de Massa y Cristina con sus contradicciones, Juan Manzur coqueteando con los gobernadores del PJ y amagando con volver a Tucumán. Wado de Pedro que casi no se habla con el presidente y compite con en el jefe de Gabinete a la hora de conversar con los mandatarios provinciales.

Precisamente, la relación entre la vice y el ministro de Economía es muy particular. Concretamente, Massa le consulta todo, ella le da el visto bueno y le anticipa que Máximo Kirchner y Pablo Moyano van a marchar contra su política económica. “Los muchachos tienen que protestar para descomprimir un poco”, suele repetirle Cristina.

Un juego extraño que no ayuda precisamente a la gestión del jefe de Hacienda. Encima el propio jefe de La Cámpora recorre el conurbano repitiendo que hay que “bancar a Sergio”. Una foto kafkiana del manejo del poder. Encima siguen apostando a la candidatura presidencial de Massa. Todo muy difícil de comprender y digerir para los Barones del Gran Buenos Aires que se empiezan a poner nerviosos.