Escribe Rafael Bachiller *
(Reproducido de El Mundo de España)
Salen a la luz fragmentos del famoso catálogo estelar elaborado, hace 22 siglos, por Hiparco, el mayor astrónomo de la Antigüedad. Estaba oculto bajo un manuscrito del Nuevo Testamento
Se acaban de descubrir fragmentos del famoso catálogo estelar elaborado, hace veintidós siglos, por Hiparco, el mayor astrónomo de la Antigüedad. El catálogo, que se encontraba perdido, ha aparecido parcialmente borrado, en un manuscrito que había sido sobreescrito en el siglo XI.
850 ESTRELLAS
El griego Hiparco de Nicea (ca. 190- 120 a.C.) es considerado el mayor astrónomo de la Antigüedad. Entre muchos otros logros, se le atribuye el descubrimiento de la precesión de los equinoccios, la distinción entre año sidéreo y año trópico, y una medida precisa de la distancia Tierra-Luna.
Realizó numerosas observaciones astronómicas desde Rodas, clasificó las estrellas según la intensidad de su brillo y, sobre todo, se le considera autor del primer catálogo de estrellas de estilo moderno, cada estrella reflejada con sus coordenadas celestes. Se sabe de este catálogo porque se reprodujo en la magna obra de Ptolomeo, el Almagesto, y desde ahí pasó a la historia.
Hiparco compiló 850 estrellas agrupadas en 48 constelaciones. Pero el catálogo original, el que debió haber elaborado el gran astrónomo griego, se había perdido en los vericuetos de los veintidós siglos transcurridos desde su elaboración y, a pesar de las intensas búsquedas en manuscritos griegos, no aparecía. No es de extrañar que algunos estudiosos de la historia de la astronomía hubiesen llegado a dudar sobre la existencia de tal catálogo y de los créditos dados por Ptolomeo al astrónomo de Nicea.
CODEX CLIMACI RESCRIPTUS
Pero ahora parte del catálogo de Hiparco ha salido a la luz. Ello ha sido gracias a los estudios de un equipo franco-británico coordinado por Víctor Gysembergh (Centro Leon Robin del CNRS). Los investigadores estaban estudiando los folios de un manuscrito del Nuevo Testamento denominado Codex Climaci Rescriptus, que fue encontrado en el Monasterio de Santa Catalina, en la Península de Sinaí (Egipto).
Este manuscrito es un palimpsesto colectivo, es decir, conserva huellas de otras escrituras anteriores realizadas en la misma superficie. Esas escrituras más antiguas habían sido borradas a propósito para poder reutilizar el pergamino escribiendo nuevamente sobre él. El texto superpuesto fue escrito en siríaco hacia el siglo XI, pero debajo se adivinan textos mucho más antiguos escritos en arameo y en griego.
MULTIESPECTRAL
Los investigadores utilizaron la técnica denominada de análisis multiespectral para estudiar el manuscrito. Este método consiste en el examen de los folios mediante su iluminación en una serie de bandas estrechas de diferentes longitudes de onda, desde el infrarrojo hasta el ultravioleta pasando por el visible. Es una técnica muy similar a la que utilizamos los astrónomos para obtener una imagen pancromática de un astro, por ejemplo el Sol, que emite en todo el rango del espectro electromagnético.
Los fragmentos del catálogo de estrellas que han encontrado Gysembergh y sus colegas, bajo la escritura siríaca, son los más antiguos que se conocen y aportan una información sumamente valiosa para la reconstrucción directa del catálogo de Hiparco. Aparece la descripción de cuatro constelaciones y, sorprendentemente, el estudio de estos fragmentos revela diferencias significativas con el catálogo de Ptolomeo en el Almagesto, lo que refuta la idea generalizada hasta la fecha de que este podía ser una copia directa del catálogo original de Hiparco y, en cambio, respalda la idea de que Ptolomeo utilizó varias fuentes.
Este estudio también muestra que, compuesto en coordenadas ecuatoriales y con una precisión del orden del grado para las posiciones, el catálogo de Hiparco, a pesar de haber sido confeccionado mucho antes, es más preciso que el de su sucesor Ptolomeo.
Para los astrónomos, y para los interesados por la historia de la ciencia en general, se trata de un descubrimiento de primera línea, ya que arroja nueva luz sobre los orígenes de la astronomía científica. Este estudio ilustra, además, el potencial de las técnicas basadas en imágenes multiespectrales para desentrañar los misterios ocultos en palimpsestos ilegibles. Aplicado a los numerosos manuscritos medievales existentes, este método podría rescatar del olvido de siglos textos antiguos de otras disciplinas: matemáticas, medicina o filosofía, entre otras.
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- Rafael Bachiller es director del (Instituto Geográfico Nacional) y académico de la.