Carta Abierta a familiares y amigos de los presos políticos, de los que estuvieron detenidos, de los que están y de los muchos que vendrán.
Se acerca otro 14 de abril y es buen momento para evaluar que ha pasado desde el último acto en la plaza de la bandera. Hace un año nos encontrábamos a semanas del referéndum por la LUC y dentro del grupo de familiares y amigos teníamos al menos dos visiones diferentes sobre como debíamos como movimiento o colectividad pararnos en frente a ese momento político. Algunos proponíamos marcar nuestra posición, votando en blanco. Así, apoyábamos la permanencia de la ley pero pretendíamos dar un toque de atención. Otros prefirieron confiar en el gobierno sin que fuera necesario ese llamado. Veamos que ha pasado desde entonces.
Luego del referéndum, voceros de la colectividad visitaron varias veces el Palacio Legislativo tratando de sensibilizar a algunos legisladores; también estuvieron en TV pero su eco fue rápidamente apagado en los grandes medios. La tibia iniciativa de Cabildo Abierto de por lo menos lograr la prisión domiciliaria duerme en el parlamento, y el resto de los partidos se desmarcan de ella como si fuera la peste. Durante este periodo y cada pocas semanas, corrieron rumores asegurando que estaba en camino algún tipo de solución política, pero nada. No solo todo sigue igual, ¡está peor!
Es dolorosamente evidente que no fue con ese discurso que el Partido Nacional llegó a la torre Ejecutiva y luego, no solo no detuvo la maquinaria nefasta de venganza, sino pareciera que la aceleró. El Sr. ministro de Defensa no ha visitado una sola vez Domingo Arena y cuando un valiente periodista le preguntó al respecto, le respondió que estaba todo bien, que la maquina judicial estaba aceitada y al parecer no era su problema. Contrariando flagrantemente la postura de su partido y la suya propia cuando fue derogada la Ley de caducidad. Increíble, si no fuera cierto. Vergonzosamente cierto.
El resultado de confiar en los partidos en el poder ha sido que nos han traicionado, ninguneado y cancelado en todos los medios masivos de difusión. Sin embargo, hay que destacarlo con énfasis, un grupo de Quijotes lleva a cabo una lucha desigual en las redes, portales y radios, tratando de hacer ver la gravedad del problema, pero sin resultados tangibles al día de hoy.
¿Cuanta más evidencia hace falta para que decidamos dar un discurso de confrontación política? ¿Cuanta más evidencia hace falta para comprender que nos enfrentamos a intereses poderosos?, ¿Qué no es casualidad que el Sr Almagro, el que no nos defendió en el Caso Gelman y el inventor de la Ley Interpretativa está sentado en Washington DC como secretario general de la OEA?
La política es la arena del poder, sin dinero, sin grandes medios masivos de difusión, la única alternativa es llegarle a la gente con un discurso claro. Recordando que se burla cada día la voluntad del pueblo y que, por lo tanto, en las próximas elecciones que ya se acercan, estamos dispuestos a no votar a la coalición en segunda ronda a menos que den solución a nuestras demandas. Al final, son lo mismo, o peor. Para lograr soluciones políticas se requieren medidas políticas, la agenda de buenos oficios ha fracasado.
Cada día que pasa le queda menos a este gobierno, cada día que pasa un nieto no ve a su abuelo y cada día que pasa un abuelo más va preso.
¿Cuanta más evidencia hace falta para que comprendamos que llegó la hora de dejar de rogar y comenzar a exigir soluciones políticas?
Cnel. (R) Roque García