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Contraviento

Controladores Aéreos, un conflicto que escapó del radar

31 marzo, 2023
Controladores aéreos

Los hemos visto en películas, pero fuera de eso es una tarea que suele pasar desapercibida, pese que a diario miles de personas les confían sus vidas y forman parte indispensable de las principales cadenas logísticas mundiales. Hoy  plantean un conflicto que nadie quiere, por problemas burocráticos de forma sobre cuestiones de fondo ya resueltas.

En Uruguay manejan tres dimensiones de espacio aéreo. Uno inmediato y de sobrevuelo, despegue y aterrizaje en aeropuerto y cercanías. Otro de aproximación con un alcance un poco más lejano y por último todo lo que este a su alcance en el vuelo se las aeronaves que vienen o van a Carrasco y también los vuelos internacionales que no pisan Carrasco pero sobrevuelan territorio nacional.

Para lograr eso tienen una formación específica que lleva meses completar y están sometidos a exámenes psicofisicos habilitantes. Además deben tener buen dominio del idioma inglés para la conversación con pilotos extranjeros que les plantean inquietudes o amenazas y se someten a las instrucciones que deben darles mientras pilotean sus naves.

En días normales en Uruguay hay 70 operaciones de distinto calibre que deben monitorear, a lo que hay que sumarle el tránsito internacional sobre cielos uruguayos. No es poca cosa. Eso si,  trabajan 12 horas (no de corrido) y luego descansan 2 días. Tienen un régimen especial de jubilación con cómputos potenciados y pueden jubilarse a los 50 y pocos años. Ganan bien y la responsabilidad es mucha.

Dependen del Ministerio de Defensa y han firmado convenio laboral que en líneas generales se viene cumpliendo. Solo resta un punto que esta trancazo por razones burocráticas. Expediente aún sin firmar por ministerio de Economía. No es otra cosa que presupuestar a 18 controladores que aún revistan con contratos precarios y con una retribución sensiblemente más baja. El dinero para cubrir esto está. Las dinámicas burocráticas del Estado a veces no se corresponden con lo que se acuerda en convenios. Ese desajuste hoy es el motivo del paro de los controladores.

Las medidas previstas son paros parciales en los despegues durante la semana de turismo. Se estima afecte a 900 pasajeros. Las demoras si bien no son demasiado importantes genera mucha ansiedad por eventuales retrasos o pérdidas de vuelos en otros aeropuertos. Las aerolíneas fueron avisados con tiempo pero también eso fue recogido por cierta prensa extranjera y esto supone otro daño colateral de imagen del país a considerar.

Parecen medidas menores pero toda medida gremial importa un daño. Ningún gremio plantea medidas de paro parcial sin un daño previsto que puede ser grande o no pero daño al fin. Esa es la esencia de la huelga y cada parte maneja con responsabilidad o no esos daños según el grado de buena fe o no que tenga cada sindicato.
El gobierno uruguayo evalúa en estas horas la dimensión de ese daño y también la justicia del reclamo para buscar una solución.

Estamos ante interlocutores todos inteligentes y es de esperar que lleguen a un muy rápido acuerdo, por la imagen del país y el apoyo a la actividad turística, sector golpeado como pocos durante la pandemia y que apenas empieza a recuperarse.

Juan R. Rodríguez Puppo