Por Juan R..Rodríguez Puppo
En nuestra historia reciente nuestra sociedad enfermó (como le puede pasar a cualquier ser humano).
Vox populi..Vox Dei ¡No siempre!
Ortega y Gasset nos definió el problema hace 100 años con su concepto del “Hombre Masa”. El ser humano-tal vez- fruto del capitalismo siglo XIX y “azuzado” luego en el XX por el marxismo y el fascismo a aventuras colectivistas o corporativistas. Explica un “Yo colectivo” que esputa frases, críticas y arregla el mundo sin razonar un instante. Luego se cae en una apología de la vulgarización y si hay alguien lo suficientemente astuto para captar adhesiones, aprovecha todo eso alimentándose del voto “por identificación”.
Ortega y Gasset se nos adelantó a los tiempos. Es el precursor filosófico del abordaje sicológico que hicieran Dunning y Kruger quienes más tarde nos enseñaron que los tipos mediocres de este universo son los primeros en cuestionar a los más sabios.
Algo de eso también sucedió en el Uruguay moderno con los Tupamaros. Tipos creyéndose iluminados quisieron conseguir el poder por las armas enfrentando a un gobierno democrático. Lo pagaron caro ellos y más caro aún la República. Dado que les dieron pie a otros iluminados y de otro signo que tomaron el poder de verás por la fuerza y nos sometieron a un tiempo de opacidad. Cuando pudimos rescatarnos de esos periodos oscuros hubo pactos y amnistías y muchos de esos iluminados redimieron algunas de sus culpas reconvirtiéndose en políticos. Devinieron en dirigentes MPP muchos de ellos. Buena parte de la sociedad los perdonó y muchos los apoyaron para reescribir su aventura por la conquista del poder. Ahora por las urnas. Así llego Pepe Mujica a ser Presidente. Y tras él hubo nombramientos. Y no tuvo mejor idea que erigir como Ministro del Interior a otro camarada de armas.
¡Fantástico! ¿Qué podía salir mal? Un ex tupamaro que había matado a un policía otrora -ahora-como Ministro del Interior y a cargo de toda la fuerza policial. Y no se puede decir que no haya trabajado fuerte. Pero cuanto más se invertía en su cartera más se multiplicaban los delitos.
Su esposa..la diputada Susana “barra” de un club de futbol le daba por pedir traslados de cárcel a título de favor para algunos exponentes del hampa y valiéndose de su cercanía con el Ministro. ¿Qué otra cosa podía salir mal? A ella no le importaba el art.124 de la Constitución y sus impedimentos.
El director General del Ministerio y también MPP otorgaba internaciones hospitalarias en “el Policial” de manera irregular a su esposa y a un rochense baleado en un confuso episodio. ¿Era para tapar las consecuencias de esa bala perdida que había sido disparada desde un predio de policías amigos y en ocasión de una “fiestonga” de dudosa reputación? Todo indicaría eso. Por algo concedió internaciones y tratamientos al damnificado y hasta a su hermano en condiciones totalmente ilegítimas.
¿Qué más podía salir mal siendo Carreras también del MPP?
Y por supuesto esas internaciones tenían que ser autorizadas por un Director de Sanidad Policial que venia de contratar a su propia hermana como Psicóloga institucional y la gentil muchacha no poseía título alguno que acreditara dicha profesión. Ambos terminaron procesados. ¿Qué otra cosa se podría esperar del submundo MPP que manejó la seguridad pública durante años y años? No sorprendió a nadie que un día se escapara un capo narco de una cárcel como “Perico por su casa”.
Hice estas reflexiones en televisión el otro día y alguien me preguntó:
¿no estarás generalizando? Créeme que NO.
No se trata de descalificar al MPP. Se trata de analizarlos. Son así. Tal vez no todos sus integrantes se comporten de esa forma, pero su esencia o su modus operandi es: Saltearse las normas y las formas al servicio de su propia visión del derecho natural. Lo ha dicho su líder histórico: “Lo político por encima de lo jurídico”.
Un día nuestra sociedad “se piró” y le entregamos el país y la seguridad pública a los Tupamaros.
¿Qué podía salir mal?