Saltar al contenido
Contraviento

Brasil: ex ministro compromete ahora al propio Lula, al afirmar que las imágenes que muestran su connivencia con «golpistas» de enero le fueron entregadas en su momento

23 abril, 2023

Tras conocerse las imágenes que muestran la cordial connivencia del ahora ex ministro de Seguridad Institucional, general Gonçalves Dias, con los manifestantes «golpistas» del 8 de enero en Brasilia, la Policía Federal (PF) interrogó el pasado viernes al militar para conocer más detalles de aquel episodio que conmovió al país, en la primera semana de gobierno de Lula. En el curso de sus declaraciones admitió un «apagón de inteligencia aquel día», y sostuvo que todas las imágenes de aquel día estaban en poder de Lula y otras autoridades del Estado.

Gonçalves Días era un general del Ejército de la mayor confianza de Lula, habiendo desempeñado tareas similares entre los años 2002 y 2010. En sus declaraciones a la PF trató de deslindar responsabilidades por la invasión al edificio del Planalto, donde funciona la Presidencia del Brasil, y señaló que las tareas de prevención de este tipo de incidentes corresponde al Ministerio de Justicia, la Secretaría de Seguridad Pública y el Ministerio de Defensa.

El texto del interrogatorio fue publicado por el sitio de @CNNBrasil, que anteriormente había divulgado las imágenes inéditas hasta la presente semana sobre la connivencia del General Gonçalvez Dias y sus subordinandos con los violentos manifestantes. Consultado específicamente sobre los movimientos de simpatizantes de Bolsonaro en Brasilia en las 48 horas previas al asalto al Planalto, dijo que «no tenía conocimiento de que ocurrirían acciones radicales en las manifestaciones de Brasilia entre el 6 y el 8 de enero». Trató de responsabilizar a la Secretaría de Seguridad Pública por no haberlo invitado a participar de las reuniones de coordinación en los días previos a las violentas manifestaciones, decisión que calificó como «absurda».

Consultado sobre si había monitoreado lo que sucedía en los campamentos de manifestantes, para eventualmente tomar acciones de prevención, negó que lo hubiera hecho, y responsabilizó por esa omisión a otras reparticiones del gobierno de Lula. Tampoco recibió información sobre el flujo de autobuses con manifestantes que estaban llegando a Brasilia en los días previos a los incidentes del 8 de enero.

Gonçalves Dias admitió que en los grupos  de Whatsapp y otras aplicaciones en los que participaba en esos días había registros de discursos exaltados amenazando con invadir los edificios gubernamentales de Brasilia, aunque negó que esas informaciones puedan ser consideradas «informes de inteligencia». Dijo que no recibió orientaciones u órdenes de superiores militares o actores políticos para tolerar esos grupos de manifestantes.

En las horas previas a los gravísimos incidentes, que no fueron reprimidos en el interior de la Presidencia,  había apostados 45 agentes de Coordinación General de Seguridad, 46 militares del Primer Regimiento de Caballería y un Pelotón de Choque de refuerzo con 38 militares del Batallón de la Guardia Presidencial.

Un informe conocido en estas horas reveló que el Coordinador de Evaluación de Riesgos de la Secretaría bajo su mando, coronel Alexandre Santos de Amorim, había emitido un alerto de «riesgo naranja» , pero Goncalvez Dias dijo no estar en conocimiento de esa advertencia. También deslindó responsabilidad en este punto, indicando que el encargado era otro militar de su repartición.

El ex ministro llegó al Palacio de Planalto a las 14.50 horas de aquel 8 de enero, y vio cómo la multitud consiguió superar el bloqueo impuesto por la Policía Militar, y pudo ver cómo otro parte de la multitud consiguió entrar al edificio, rompiendo los vidrios. Goncalves Dias consiguió entrar al edificio a la hora 16, sin ver la presencia de tropas de refuerzo del Ejército. El recuento final de personal de seguridad era de 487 militares y de 520 policías militares.

Al llegar al 4o piso verificó que había invasores que estaban siendo retirados por agentes de su Secretaría de Seguridad Institucional. Consultado sobre la razón por la cual no arrestó a los vándalos, dijo que estaba haciendo un «gerenciamiento de la crisis», y que la prisión de los manifestantes se haría en el segundo piso, según marcaba el protocolo, y agregó que no dio la orden e evacuar a los invasores de la sede gubernamental. Admitió que la orden era la de apresar a los asaltantes, y, de hecho, se practicaron 200 detenciones. También fue consultado sobre la entrega de botellas de agua a los manifestantes por un subordinado, dijo que «eso debe ser analizado según las circunstancias del momento», pero subrayó que si hubiese estado presente hubiera arrestado al vándalo. Sin embargo, las imágenes lo muestran cerca del militar que tuvo ese gesto amistoso con los violentos, lo que atribuyó a una edición posterior de las mismas.

Indagado sobre si entendía que se produjo un «apagón de inteligencia», Goncalves Dias admitió esa circunstancia, y lo atribuyó a «la falta de informaciones para tomar decisiones».