Por qué el transporte aéreo de pasajeros no avanza

Por Federico de los Santos 

La arquitecta Gabriela Pallares reflexionó hoy en X sobre por qué el resto de la tecnología avanzaba a un ritmo vertiginoso pero sin embargo el transporte aéreo de pasajeros seguía siendo igual. A mi también me ha tocado viajar bastante en avión y comparto su preocupación.

Juntemos todas la ideas que andan en la vuelta al respecto, en este artículo que analiza el estado y por qué no, o cómo debería de avanzar el transporte aéreo de pasajeros.

¿Qué esperaríamos de nuestros vuelos en el futuro?

  1. Pasar menos tiempos en los aeropuertos.
  2. Transbordar lo menos posible.
  3. Llegar más rápido a destino.
  4. Que los costos sean menores y más predecibles.

Combustible y contaminación

El vuelo consume mucho combustible y volar más rápido consume mucho más. La razón física para que el vuelo funcione es hacer pasar aire más rápido por arriba del ala que por debajo. Debido a que a mayor velocidad del mismo aire que llega al ala, eso produce una diferencia de presión arriba y abajo del ala, logrando un efecto de sustentación. De esa forma, cuando la fuerza de sustentación es mayor que la fuerza ejercida por el peso del avión, el avión vuela.

Si quiero volar más rápido, tengo que cargar más combustible o quemarlo más eficientemente. También puedo disminuir la resistencia subiendo más alto, donde hay menos densidad atmosférica. Pero para eso mi avión tiene que ser más resistente a la presurización de la cabina, o mis pasajeros a ambientes menos presurizados. Es toda una delicada ecuación en la cual se involucran muchos factores.

Los combustibles de aviación actuales, como el Jet A1 son similares al kerosene. Huelen feo, pero son livianos y entregan mucha potencia. Pero también contaminan mucho y se gastan en enormes cantidades. En el momento que escribo el artículo el vuelo UX 046 de AirEuropa, un Airbus A330-200 está volando desde Carrasco a Barajas. Su capacidad máxima de combustible son 109 toneladas, que le permitirían viajar hasta 13450 km. Su máxima carga útil son 49 toneladas. O sea que, haciendo números en una servilleta de papel, para poder transportar 1000 kilos de carga se necesita partir con más del doble en combustible. De ahí que para tener pasajes más baratos hay que meter más gente adentro del avión.

Y es combustible que contamina, produciendo grandes cantidades de CO2. Toda la aviación comercial mundial es responsable de 2,4% del CO2 emitido a la atmósfera. Así que los ecologistas que no viajan en avión ponen el grito en el cielo cada vez que pasan por Laguna del Sauce y ven todos esos jet privados estacionaditos uno al lado del otro en el verano.

Cambiar de combustible tiene el problema de que se pueda conseguir una fuente renovable o que produzca un ciclo. Los biocombustibles para aviación tiene bastante éxito hoy en día. Son igual de contaminantes al quemarse, pero como se producen tomando CO2 de la atmósfera y no en base a combustibles fósiles, se produce un ciclo en el que prácticamente lo mismo que se emite se vuelve a capturar.

Aviones a batería, sólo de juguete. Por ahora. Las baterías son muy pesadas, tardan en cargarse, se van degradando de forma paulatina y su producción y desecho son tremendamente contaminantes en formas que ni sabemos. Hay algunas experiencias y competenmcias por hacer un avión elécrico o al menos híbrido, pero todavía nada de uso comercial.

Este concepto artístico del avión X-57 Maxwell de la NASA muestra el ala especialmente diseñada del avión y sus 14 motores eléctricos. Los investigadores de Aeronáutica de la NASA utilizarán el Maxwell para demostrar que la propulsión eléctrica puede hacer que los aviones sean más silenciosos, más eficientes y más respetuosos con el medio ambiente. Créditos: Gráfico de la NASA / NASA Langley/Advanced Concepts Lab, AMA, Inc.

La otra opción que empieza a aparecer es usar hidrógeno molecular como combustible. Incluso ANCAP y el MIEM están invirtiendo en eso. La ventaja del H2 es que explota, igual que los combustibles habituales. Eso hace poder mover pistones como en los motores a explosión habituales,  y por eso el H2 parece un buen combustible para camiones. Los aviones modernos no utilizan pistones, sino que utilizan motores a reacción. Los motores a reacción queman combustible para calentar el aire que ingresa y producir un chorro de aire caliente que genera el empuje. Ahí no nos sirve la explosión, asi que hay que adaptar los motores de reacción para quemar el hidrógeno de forma de aprovechar el calor y no tanto su explosión Lo bueno del H2 es que se quema con oxígeno y el resultado será agua. Airbus espera tener un avión comercial impulsado por hidrógeno para 2035.

El segundo poblema del hidrógeno es el almacenamiento. El hidrógeno ocupa muho espacio y hay que almacenarlo en estado líquido, muy frío, para poder transportarlo de forma eficiente. Pero el H2 también es la molécula más chica que existe, así que es difícil confinarla fácilmente y sin escapes a un recipiente de cualquier otro material.

Pero nada de eso cambiaría la experiencia general del pasajero. Quizás un poco menos de ruido en el habitáculo del avión. Incluso puede que hasta el pasajero pierda y los viajes se hagan más lentos e inseguros.

Regulaciones post 11-S

El mayor problema del vuelo internacional para los pasajeros son las regulaciones de seguridad, en especial las aparecidas después del 11-S. El resultado actual es que se pasa más tiempo adentro del aeropuerto haciendo el check-in, migraciones, etc., que adentro del avión. Eso es más notorio cuando se viaja dentro de un mismo país, que el tiempo de check-in es mucho menor. Lo que no ayuda es que los aeropuertos están en las afueras de las ciudades, son espacios muy grandes, hay que hacerlos caminando, y requieren que tomemos un montón de precauciones y cumplamos un montón de requisitos que se hacen solo cuando se vuela.

El pasaporte en fecha, las vacunas, la visa, que si puedo o no puedo llevar agua, que me va a salir muy caro comer, que la valija ¿cuánto mide?, que si pesa mucho, que si no me olvidé de nada, que tengo un clavo en la pierna y la hebilla del cinturón, que me tengo que sacar el calzado y no puedo agacharme por la hernia, que el guardia de seguridad me miró feo.

Todo eso fue peor después del 11-S. Mi primer viaje en avión fue en el año 2003, así que estoy bastante acostumbrado a todo eso. Pero sé que hubo un tiempo mejor del que no fui testigo.

Seguridad del aparato

Y como último las regulaciones de seguridad del aparato. En el mundo desarrollado, donde se fabrican y utilizan mucho estos tipos de transportes, existen regulaciones muy claras y duras sobre cómo deben funcionar. Modelos de aviones existen relativamente pocos comparados con los modelos de autos. Y mientras los modelos de autos se modifican cada 2 años, los modelos de avión pueden durar 30 años produciéndose prácticamente iguales. Porque nadie compra un avión por cómo se ve de lindo, sino que por cuánto rinde y cuán predecible es en las rutas que tiene que seguir.

Podemos recordar al Boeing 737-MAX, que cuando comenzó a volar en 2016 era la revolución de la aviación. El 737 es el avión más producido y utilizado en la historia de la aviación. Pero en su generación MAX, tuvo 2 accidentes fatales con apenas 2 años de existencia que mataron a 346 personas. Claro, cuando la gente impresionable ve eso, tanta muerte junta, se cuestiona todo y salen como ludistas a despotricar contra los aviones asesinos. Pocos se preocupan por los vehículos automotores que andan en las calles y gota a gota matan a muchos más que pasan desapercibidos. Así que los reguladores se toman muy en serio y el 737-MAX estuvo sin volar durante casi 2 años hasta que fue habilitado nuevamente para el vuelo.

Al final lo del Boeing 737-MAX fue tremendo: negligencia de Boeing, colusión con la Administración Federal de Aviación y acciones administrativas incorrectas llevadas a cabo por la fiscalía del Departamento de Justicia. Resultado: la aviación, gracias a lo espectacular de sus accidentes y a las regulaciones que impulsó adelante el interés popular, es el medio de transporte más seguro. Obviamente, con un costo que se paga en el pasaje.

El Futuro de la aviación

No sabemos si el futuro de la aviación será eléctrico o a hidrógeno, o se inventará alguna forma de transporte que la suplante (¡Teletranspórtame, Scotty!). Pero cualquiera de las tecnologías viables solo nos asegura viajar igual de rápido o más lento.

Existen sí proyectos de vuelo supersónico, como el viejo y querido Concorde. Por ahora no se sabe cuánto éxito tendrán y es poco probable que se conviertan en el futuro de la aviación, sino en una forma cara de volar para los millonarios. Lamento informarte, no podrás ir a tus vacaciones all-inclusive en Punta Cana en un avión de esos.

El otro proyecto ya un poco revolucionario fue planteado por Elon Musk y su compañía espacial SpaceX, de volar en cohete adentro del planeta. Los astronautas viajan en cohete al espacio y en apenas unos minutos llegan a órbita. ¿Por qué en vez de seguir hacia la órbita nos desviamos y así aterrizamos nuevamente en otro lugar del planeta? En menos de una hora de vuelo podríamos cruzar el globo. Obviamente, también es caro. Lo bueno es que los comnustibles de los cohetes no son de origen fósil, sino que mucho de lo que se quema mayormente produce agua. De todas formas, en principio no deja de ser para ricos.

Si realmente queremos revolucionar la aviación, tenemos que atacar los otros puntos que hacen el vuelo incómodo: los aeropuertos. Las migraciones, el despacho de equipaje y su retiro, las pérdidas de equipaje y de vuelos, las largas caminatas por aeropuertos enormes como el de Miami o feos como el de San Pablo.