Por Oscar N. Ventura
Entre la oposición al gobierno nacional ha empezado a circular una gráfica, que reproducimos a continuación, que muestra a Uruguay como el país con mayor «infantilización» de la pobreza en Latinoamérica.
Dicen los que saben que las afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias. Luce como mínimo raro que pueda alegarse que Uruguay tiene más proporción de niños en la pobreza quee Bolivia o Paraguay, por lo cual este es uno de esos casos donde se aplicaría claramente ese precepto. Sobre todo, porque los datos presentados en la misma fuente, el mismo informe de la Cepal, se observan estos indicadores de pobreza en menores de 14 años.
Es decir, Uruguay es desde hace muchos años (2008) el país que tiene la menor tasa (porcentaje) de pobreza infantil en todo el continente y eso cubre a cuatro gobiernos distintos. Es muy difícil compatibilizar una cosa con otra, más allá de la espúrea intencionalidad política, por lo que conviene entender qué es el número que se da en la primer gráfica y por qué es lo que los americanos llaman «bullshit».
He leído varias explicaciones acerca de qué es el número de la primera gráfica, pero lo conveniente es ir a la original, de dónde se toman tendenciosamente esos datos para hacer política opositora. Reproduzco la gráfica aquí debajo.
Se ve entonces que los números de la primera de nuestras gráficas coinciden (menos para Uruguay, donde lo agrandaron un 5% para pegar más políticamente) con los de las barras horizontales en rojo. En otras palabras, es el cociente entre los porcentajes de niños y adolescentes en hogares pobres y del total de personas pobres. Veamos ahora un par de explicaciones
Para aquellos a los que les gustan las ecuaciones
Si definimos así:
- PT = población total
- P<18 = población de niños y adolescentes de 0 a 17 años
- QT = total de personas en hogares pobres
- Q<18 = total de niños y adolescentes de 0 a 17 años en hogares pobres
Las barras verticales en rojo dan la tasa (porcentaje) de pobreza total: µT = QT/PT, mientras que las barras en verde dan la pobreza en niños y adolescentes entre 0 y 17 años: µ<18 = Q<18/P<18. Consiguientemente, el indicador de la primera gráfica será
- τ = µ<18 / µT = (Q<18/P<18) / (QT/PT) = (Q<18 * PT) / (P<18 * QT)
Obsérves que en la fórmula de τ (lo graficado en la primera imagen) QT (el total de personas en hogares pobres) está en el denominador. Eso implica el contrasentido de que cuanto menos gente pobre haya en el país, con el resto de las variables constantes, τ crece. Similarmente, P<18 (el total de niños y adolescentes menores de 17 años) también está en el denominador. Así que, al igual que antes para los demás factores constantes, tener una menor población joven hace que aumente τ. O, dicho de otra manera, cuanto mayor población envejecida tenga un país (aka mejor estado de bienestar, más similar a los países desarrollados, mejor bienestar en la tercera edad, mayor protección social) mayor va a ser τ. Y esta es justamente la situación de Uruguay. En otras palabras, el coeficiente τ es pura bullshit que no sirve para nada.
Para aquellos a los que nos gusta la magia de los números
Sin ir a ecuaciones, podemos verlo con ejemplos, siempre recordando que lo que se mide es hogares pobres, lo demás son números derivados.
Pongamos un ejemplo con 10 personas:
- A) hogar pobre, monoparental, con tres hijos.
- B) hogar no pobre, dos jubilados sin hijos conviviendo
- C) hogar no pobre, dos adultos y dos hijos conviviendo.
Los indicadores derivados de esto son:
- Hay un hogar pobre en tres hogares, la pobreza de hogares es 33%.
- Hay 4 de las 10 personas viviendo en hogares pobres, así que la pobreza total es 40%.
- Hay tres de los cinco niños viviendo en un hogar pobre, así que la pobreza infantil es 60%.
- Dividiendo 60%/40% el número al que vos te referís es 1.5.
Este 1.5 es el número que se hace figurar en la primera gráfica,
Supongamos ahora que la pareja que vive en el hogar rico tiene otro hijo.
- Hay un hogar pobre en tres hogares, la pobreza de hogares es 33% (esto no varió)
- Hay 4 de las 11 personas viviendo en hogares pobres, así que la pobreza total es 4/11 = 36% (disminuyó 4 puntos)
- Hay tres de los ahora seis niños viviendo en un hogar pobre, así que la pobreza infantil es 50% (disminuyó 10 puntos).
- Dividiendo 50%/40% el número de la primera imagen es ahora 1.38, un 7% menor.
Ahora que son 6 niños, por el nacimiento de uno en el hogar no pobre, la pobreza infantil se redujo mágicamente al 50%, mientras que la pobreza total pasó a 4/11 = 36%. Al dividir uno por el otro se obtiene que el número que antes era 1.5 ahora es 1.38. Y nos quedamos todos contentos porque hay menos pobreza infantil.
Pero NO es cierto.
Los tres gurises pobres de antes siguen siendo igual de pobres. La pobreza infantil sigue afectando a los mismos de antes, el número de hogares pobres no varió, tan sólo aumentamos el número total de niños y como elegimos hacerlo nacer en el hogar rico, entonces «disminuímos» la pobreza infantil. Falso de toda falsedad.
Hagamos otro experimento. Supongamos que la pareja de jubilados adopta a uno de los niños del hogar pobre. Difícilmente este hogar deje de ser no pobre, así que, ahora tenemos 30% pobreza total (3/10) y 40% (2/5) de pobreza infantil y el número varió del original 1.5 a 1.33, lo mismo que en el ejemplo anterior.
Pero en este caso, de los 3 niños pobres ahora tenemos solo 2, con lo cual en realidad la pobreza infantil bajó en un 33% no sólo el 11% que va de 1.5 a 1.33. Es decir, en este caso bajamos muy importantemente la pobreza infantil y eso apenas se ver reflejado magramente en el famoso y dichos numerejo.
El problema central de todo este lío (aparte de su utilización política) es que se hacen cocientes entre dos porcentajes que no dan información suficiente sobre los guarismos involucrados.
Y eso sin entrar en el tema de que aún cuando fuera cierto que Uruguay estuviera en la peor situación de América en cuanto a pobreza infantil, que es justo lo contrario, las soluciones distan de ser únicas. Para mostrar una solución ridícula, una forma de disminuir la pobreza infantil de acuerdo a ese indicador, como ya te mostré, es hacer que las personas ricas tengan más hijos.
Otra, claramente la preferida por quienes piensan segmentadamente, es realizar asignaciones hacia la infancia en detrimento de la vejez. Otra, mucho mejor, es dinamizar el mercado de trabajo, para que las personas tengan cada vez mejores ingresos, y apuntalar todas las políticas educativas y sociales que apuntan a la disminución de la natalidad en hogares de los quintiles más bajos (no por imposición o por la fuerza, sino por la educación y el convencimiento).
Para terminar, déjenme citar a un prócer del Uruguay, el Cdr. Damiani.
¨Los números no mienten. Los que mienten son los que preparan los números.»