Escribe Silvana Giachero*
A raíz del reciente suicidio de un funcionario del Poder Judicial , víctima de Mobbing, se desencadenó la movilización de sus colegas y del sindicato, resultando en el surgimiento de 30 denuncias adicionales. La prensa uruguaya, por primera vez, aborda un caso de suicidio atribuido al Mobbing.
Este fenómeno, caracterizado por una violencia sistemática y repetitiva en el entorno laboral, adopta diversas formas, ya sea ascendente, descendente, horizontal o mixta. Su propósito es la aniquilación de un trabajador señalado como amenaza por un depredador organizacional. A través del efecto mimético, este depredador consigue que otros empleados se sumen al hostigamiento, persuadiéndolos de la supuesta merecida victimización para que no se sientan culpables , o brindándoles ventajas laborales. Después están quienes miran y no hacen nada , porque temen que vayan por ellos y perder su trabajo.
Esta dinámica de abuso emocional crea un desequilibrio de poder, ya que varios individuos se unen contra uno solo, fortaleciendo así al depredador. La víctima experimenta un deterioro gradual en su salud y desempeño laboral, siendo estas debilidades utilizadas en su contra para perpetuar el hostigamiento.
Factores como llegar tarde debido a crisis de ansiedad, bajas médicas o psiquiátricas, y la revelación de patologías mentales, se convierten en herramientas lapidarias para alcanzar los objetivos del depredador.
En Uruguay, en el año 2006 comencé a darle visibilidad a este flagelo divulgando en medios de prensa en la ciudad de Canelones donde vivía, luego comenzaron a llamarme de medios de prensa de Montevideo siendo un tema que llamaba mucho la atención, por ser novedoso su nombre.
En el año 2008 tuvimos el primer proyecto de ley que se presentó en el Parlamento y del que fui consultante. En el año 2012 decidí
realizar el Primer Congreso Internacional de Mobbing y Bullying , con el fin de sensibilizar y de formarnos más en la materia , traje a los referentes mundiales en ambos flagelos también buscando su respaldo académico . Allí publique el Manual de Mobbing , acoso psicológico laboral por la editorial Psicolibros , en el que participaron referentes como Merie-France Hirigoyen y el perito forense más reconocido en materia de Mobbing el español David Gonzalez Trijueque, con quien luego me formé y presentamos algunos trabajos de investigación juntos .
Es así que Uruguay fue sede del primer Congreso Internacional siendo noticia en varios diarios . Cinco años mas tarde hago la V edición nuevamente en Uruguay pero ya el apoyo no fue el mismo, y comenzaba a ver un silencio respecto al tema Mobbing.
Hoy el congreso va en su VIII edición, el cual realice por Zoom en pandemia.
En 2016, formulé dos propuestas legislativas respecto al Mobbing y al Bullying, presentadas por la Diputada Rapalin, coexistiendo con otras iniciativas similares. En 2021, se reintrodujeron dichos proyectos nuevamente, con el cambio de gobierno.
Uruguay, en 2019, se destacó al ratificar el Convenio 190 de la OIT sobre violencia laboral, considerando al Mobbing como una forma de violencia que afecta la salud y la vida de los trabajadores globalmente. A pesar de esto, la legislación resultante abarcó diversas formas de violencia laboral, sin abordar específicamente el Mobbing, una oportunidad perdida para establecer regulaciones necesarias. El decreto mezcla la violencia de género, con la discriminación, el acoso sexual y el Mobbing.
Tenemos leyes de todo, menos de Mobbing
La carencia de legislación específica deja a los trabajadores uruguayos desprovistos de garantías al denunciar, exponiéndolos al riesgo de despido y/ o más torturas y persecución Este vacío legal también afecta a los testigos, quienes temen represalias y despidos. A pesar de la creación de comisiones de acoso que inicialmente incluían casos de Mobbing dentro del Estado que surgen con la reglamentación de la ley de Acoso sexual -en donde se mezclan muchos temas de violencia- la mayoría de las denuncias se catalogaron como conflictos laborales, socavando la credibilidad del sistema.
Trabas burocráticas
Por otro lado, el proceso burocrático en el MTSS para los funcionarios públicos (se solicita a la entidad estatal que investigue y presenta un informe en 180 días) deja al denunciante atrapado en el calvario del Mobbing durante meses, sin respuestas ni soluciones. Si el ente determina conflicto, el MTSS lo toma como tal, no hace su propia investigación.
Incluso si el funcionario persevera y cuenta con recursos para acudir al Tribunal de lo Contencioso Adminstrativo, sigue siendo víctima, con un promedio de 8 años de procedimiento, considerando que solo el 10% de las denuncias llegan a una sentencia de Mobbing en Uruguay, según una investigación que realicé en 2019.
Los empleados de empresas privadas, en su mayoría, optan por cambiar de trabajo o emprender cuando pueden. Aquellos que no pueden soportar la situación suelen esperar a ser despedidos. En ese punto, si cuentan con pruebas, pueden recurrir por un despido abusivo o indirecto antes de conseguir otro empleo para evitar estigmatizarse.
La falta de una ley que proteja a las víctimas en Uruguay hace que denunciar no sea una opción viable.
Después de más de 10 años trabajando con víctimas de Mobbing, he observado cientos de casos que comparten similitudes, independientemente de género, nivel económico, cultura, ideología o edad. Lamentablemente, estas dinámicas culminan con trabajadores enfermos, dañados, en licencia médica, aislados o, en los casos más graves, enfermos, fallecidos o suicidas. Como señalaba Leymman, el trabajo se convierte en el único lugar donde una persona puede dañar y asesinar a otra sin repercusiones, denominándolo «el crimen perfecto» debido al psicoterror y la falta de legislación y pruebas.
Es imperativo que en Uruguay se promulgue legislación específica que permita a los trabajadores víctimas denunciar directamente fuera de su entorno laboral. Si bien las comisiones deben centrarse en la prevención, no deberían fungir como «mini juzgados» para resolver casos complejos que a menudo involucran poder. Se necesita una clara separación de funciones para garantizar un proceso justo y evitar posibles conflictos de interés, y donde a la vez actúen peritos que acrediten expertise en la materia.
* Lic. en psicología
Perito Forense
Especialista en Mobbing , Bullying y trastorno por estrés pos traumático