Por Juan R. Rodríguez Puppo
El Uruguay todo es muy afecto al «curro». Esta es una expresión más. A nadie le sirve vivir solo del sueldo. Busca algo más. A veces por derecha y otras cosas ilegales. Garronear o sacar ventaja. El carnaval de una semana sola era muy poco tiempo para los que descubrieron que haciéndolo durar dos meses era un pingüe negocio personal. Se eluden muchos aportes e impuestos. Pocos pagan algo en esta actividad y hasta usan música ajena sin pagar derechos de autor (en cualquier otra disciplina agadu te mata..acá NO).
La intromisión del mundo del teatro o la música al Carnaval mejoró el nivel coral y coreográfico en un espectáculo totalmente tomado por el FA PITCNT y muy servil a sus propósitos. Un vehículo de trasmisión de valores más y van….
En fin: Vivir y dejar vivir.
(Pero nunca callarse).
Se podía haber aprovechado la inserción de gente del teatro para refinarlo pero lo grotesco sigue rindiendo.
Carnaval de 60 días plagado de contradicciones. Tenores frustrados que le cantan al laburo y de día se esconden de las 8 horas. Cantores semianeuronados que cantan contra el capitalismo desesperados por el mango que les van a pagar luego del espectáculo para así comprarse unos Nike y una remera Polo.
Pendeviejos (varios de ellos) de cara pintada que le cantan a la cultura de género tratándose de levantar alguna gurisita jovencita luego de la actuación de la murga. Obvio no todos. Solo los ya acallados «varones Carnaval».
Canciones de vanguardia en la retirada pero un cuplé que trata de «conchuda» a una candidata o se burla de una viuda solo porque pertenece al partido político incorrecto.
Me consta que hay una movida linda en otras manifestaciones que no integran «la murga». Y gente talentosa. Pero se pierden los aplausos de medio pueblo porque el panfleto a coro le ha ganado al carnaval.
Yo viví otro Carnaval cuando era gurí. No faltaba la picardia política pero no se trataba todo de llevar agua para un molino concreto. Desafinaban más aquellas voces pero íbamos todos. Nadie se sentía afuera del espectáculo. Hoy los he llegado a despreciar (no está bueno eso) y ahora por suerte he tomado otra postura frente a las murgas.
Son un alfajor de pollo para mi. NO EXISTEN.
No es lo mío el Carnaval así como no me copa la Opera ni el reggaeton.
Yo sigo esperando que la movida carnavalera -independiente de sus inclinaciones- se de cuenta que es una fiesta para todos. Sigo creyendo que se puede hacer carnaval pensando en todos los ciudadanos. También en esa otra mitad que podría sumarse a la fiesta de MOMO pero hoy no lo hace porque se siente insultada en sus ideas. Es solo bajar uno o dos cambios y convertir los panfletos en humoradas. Entender que gente buena y mala hay en todos los partidos. Matizar la critica siendo más parejo en el sermón. ¿Pido demasiado no?
Treeee…..