
La redacción de Contraviento se vio convulsionada por la discusión entre nuestro picante Director y el futuro Licenciado de los Santos. Así que yo, un liberal libertario desde chiquito, me vi obligado a explicarle a nuestro guía espiritual por qué no la vio, no la ve y muchos de Uruguay no tienen ni idea.

El argumento disparador es que mucha gente opina que Milei está loco. Yo podría afirmar que cualquier persona que se mete en política, no tiene todos los patitos en fila. Pero Milei, es un estratega. Todo lo que es el personaje Milei está armado. Diseñado. Sin duda que tiene que ser una persona muy extrovertida y tiene que ser una persona muy inteligente quien logre hacer lo que hizo. Podemos ver que las grandes figuras de renombre mundial son personas muy inteligentes, con coeficientes de inteligencia muy alto. El caso clásico es Madonna, una miembro de la sociedad MENSA.
La forma de ver esto es escuchar las disertaciones de Milei en modo «profesor». Recuerden que fue profesor universitario. El último caso es la conferencia en una Universidad del estado de la Florida, EEUU. Su exposición comenzó con romper el hielo, su «Hola a todoooos!», para luego meterse de lleno en hacer un diagnóstico y explicar las causas, consecuencias y qué se hizo y cómo se resuelven los problemas. Es tan académico en estos caso, que hasta incluso cita y referencia todo lo que dice. Quien quiera puede ir a los libros que cita y entender. O simplemente buscar en Internet y encontrar mucho más.
Milei era desconocido en Uruguay hasta hace poco. Pero eso no quiere decir que fuera un extraño en los medios argentinos. Milei lleva varios años siendo entrevistado en todos los programas de noticias de Argentina, de los que hay muchos y no estamos en Uruguay acostumbrados a que sean tantos. Y como dijo Bill Clinton: «es la economía, estúpido». Así que Milei, tenía todo para el camino que siguió: extrovertido, inteligente, estratega, metido en la economía, en un país donde la economía estaba siendo mal manejada.
Pero el estratega no es él. Él mismo da las claves. Su hermana, a quien apodan «El jefe», no le llaman así por nada. Es realmente la mente maestra, la estratega, la agente. Milei, los Milei, realmente, son un equipo muy bien coordinado de alto desempeño. Crearon un producto, que es el Milei conferencista y el Milei entrevistado, que era su fuente de ingresos continua.
Recuerden lo que dice el dicho: detrás de todo gran hombre, hay una gran mujer. Nunca más cierto un dicho tan trillado.
En el diseño de la estrategia de Milei, hizo lo que se hace en toda la música, en todo el arte audiovisual también. Creó algunos comodines (el Estado violento), creó un enemigo terrible (la Casta), creó estructuras de discurso iterativo y creó un modo de comunicación diferente. Paréntesis: ¿se acuerdan cuando Obama ganó usando Twitter y todos los políticos de acá intentaron repetir esa receta? A nadie le funcionó. Solo a Obama. Barack (otro tipo super inteligente y con una estrategia increíble, disruptiva) logró tomar elementos modernos, de fuera de la política que fueron adoptados (no adaptados) para que la comunicación fuera no solo efectiva, sino que decisiva. Milei, por su lado, llamaba a sus actos políticos de «recitales», y eran como si fueran un recital de rock. Tomó lo que a él le gustaba, que no sea hacía y lo transformó en una experiencia evangelizadora. ¡Y las iglesias evangélicas ya lo venían haciendo desde hace años! En los recitales, cuenta Milei, porque yo no fui a ninguno, él daba clases de economía, alega que los jóvenes que lo escuchaban podían ir y comprar merchandising y comprar libros de economía, de los que él mencionaba en sus charlas. ¿Acaso viste a un político que citara fuentes y argumentos? Tímidamente los uruguayos vimos un candidato así; ese fue Talvi. No llegó ni al 10% de lo que hizo Milei, pero fue un economista, estratega, que diseñó una campaña basada en la economía y alguna cosa más para enganchar a quienes no tenían problemas económicos.
Lo interesante de Milei, es que apuntaba a la juventud. Los votantes de Milei, mayormente jóvenes, habían nacido durante la crisis del 2001, y vivieron la decadencia argentina desde que nacieron hasta que encontraron a alguien que les dijo: toda esa miseria que viviste toda tu vida y que fue cada vez peor, yo puedo cambiarla, porque pienso distinto. Porque todos esos que gobernaron hasta ahora, lo único que hicieron fue robarte. Según Milei, esos jóvenes, volvían a sus casa y contagiaban ese espíritu. Porque si hay algo que hacemos los padres, mayormente, es escuchar a nuestros hijos, aún cuando ellos nos escuchan poco y nos desafían mucho. Quienes somos padres nos damos cuenta que ellos no tienen la contaminación que acarreamos nosotros y que eso nos abre a entender sus ideas y hasta aceptarlas.
Porque si hay algo que nos enseñó la historia, es que las revoluciones las llevan adelante los jóvenes que logran imponerse al status quo, los viejos. La vieja y el espíritu del tuerto, en este caso.
Cuando Milei dice que «no la ven», se refiere a varias cosas: los partidos y candidatos clásicos argentinos, lo prejuzgaron como «un loquito, esos ojitos, esas miradas…» y no entendieron que estaban adelante de un estratega, adelante de un equipo de alto desempeño y que los iba a arrollar, sin piedad. Massa no lo vio venir. Nadie del ex oficialismo lo vio venir. Para ellos era un personaje divertido. No se dieron cuenta que el tipo presentaba argumentos, datos, referencias, que hizo lo que nadie hizo y eso lo hizo diferente, aceptable, deseable. Macri la vio. Patricia la vio. Algún Gobernador la está viendo.
Un dicho clásico de los dibujos animados yankees: cuando no puedes con tu enemigo, únete a él.
Macri y Bulrich podrían estar en contra de Milei, pero se dieron cuenta, y Macri es un tipo muy pragmático que le gusta delegar, como cualquier buen empresario, que la única forma de seguir siendo políticos y que su «negocio» no se volviera obsoleto, era cambiar su estrategia de juego y meterse a jugar «el juego de la libertad». Milei todavía tiene la gente a favor, y aunque hay gente que no la ve, el ser humano nació para ser libre. Es biología básica. Psicología de tapa de libro. Una mente sana busca ser libre.
Milei se paró frente a la Argentina, con un estilo de confrontación del todo o nada, con el histrionismo clásico de los tanos, exacervado por la tinelización de los medios y con un análisis de causa impecable por lo sencillo y con una solución explicada en base a elementos palpables. Le dieron todos los espacios, porque no la veían venir, le dejaron todos los elementos servidos, porque lo menospreciaron y él, ellos, y no solo aprovecharon cada uno de esos espacios, sino que se prepararon desde mucho antes con un trabajo metodológico de construcción de un producto.
Ahora Milei es Presidente, y es muy dificil ver lo que está pasando cuando todavía no viste que pasó, que se siguen ocupando de las migajas: los perros, la novia, el peinado y un montón de distractores que él creó para desviar la atención de la competencia. No hay que menospreciar al adversario político sino que hay que entender cuál es su estrategia. Cayeron. Muchos cayeron y no lograron salir.
La otra que no ven, es que Milei no es de derecha. La derecha es el conservadurismo. En un mundo zurdopateado, ser liberal libertario es ser revolucionario. Si seguís viendo al mundo en izquierda y derecha, no la estás viendo. Te estás perdiendo la mitad del mundo.
Milei no es ningún fenómeno. Es arte. Es el estado del arte del marketing político, sumado a una ideología novedosa, audaz, pura.
VLLC