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Contraviento

«Por sus frutos los conoceréis»

29 julio, 2024

Silvio Moreira 

Un muchacho barbudo, de profesión carpintero, pero que había abandonado el negocio familiar para emprender como pionero del coaching allá en Galilea hace más o menos dos mil años, utilizaba para comunicar sus ideas un sistema de metáforas y ejemplificaciones sencillas pero enormemente efectivas, por lo cual también fue un adelantado del storytelling.

En una de sus más lúcidas y técnicamente perfectas lecciones de branding, instituyó para la posteridad en el Podcast Mateo 7:15-20 un trending topic muy valioso que dice así:

“Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis”.

Esto es un Manual de Marca de primera magnitud. Veinte siglos anterior a David Ogilvy, explica cómo conocer rápidamente la buena marca de la imitación china, el contenido original de las fake news.

Es un texto tan bueno, tan lógico, tan moderno y permanente que no necesita casi tener un respaldo teológico. Es un simple razonamiento para que personas sencillas puedan, con total certeza, diferenciar la paja del trigo y conocer íntimamente a alguien tan sólo observando lo que hace o produce. Es el sueño de los alquimistas hecho realidad.

Entonces, cuando usted ve que los primeros que hacen una apología babeándose por el furibundo fraude electoral que vuelve a cometer la banda asesina de Maduro y compañía, considerándolo un legítimo triunfo del pueblo, son los muchachos del MLN Tupamaros en un comunicado público, y que los portales de izquierda muestran opiniones de ignotos (verdaderamente ignotos) militantes comunistas (ya que los de primera línea evitan carbonizarse por esto), diciendo que presenciaron elecciones impolutas, usted tiene que entender que estamos ante árboles que producen, directamente, fruta podrida.

Ahora llegarán los micrófonos a la boca de Orsi, (no los de los medios de izquierda) para acorralar al tipo que es patrocinado por tupamaros, hijo espiritual de su líder, cachorro criado a la sombra de la toma de Pando, de los 4 militares que dormían en el jeep, de Pascasio Báez, y de toda la sangre que derramaron en pos de otras frutas podridas desde la raíz.

Doña, señor: ahí los tiene en todo su esplendor. Medran con la democracia pero está bien cerca de su piel su corazón ennegrecido por el odio y el deseo totalitario. No hay que raspar mucho, hay que darles un poco de carne para que igual que los perros de Pavlov, babeen y muestren los dientes. No tienen un pelo, un átomo de demócratas, pero tienen engañados a muchos surfeando la tabla de la tolerancia posmoderna.

Los dirigentes frenteamplistas que aún tienen un poco de conciencia histórica estarán tragando saliva para buscar las palabras adecuadas a la hora de calificar esta catástrofe totalitaria en Venezuela, y los publicistas van a construir una campaña de rebranding para envolver de regalo a su dúo maravilla y aislarlo de lo que en realidad son: la sumatoria de lo más ideológicamente totalitario que hay disponible en el mercado, aunque a partir de ahora se cosan los labios y no polemicen con nadie. La fórmula para reconocerlos es bien, bien clara: por sus frutos los conoceréis.