
Una encrucijada en la que el gobierno de La Libertad avanza se enredó solo
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Hoy tendrá lugar en la Ciudad de Buenos Aires el segundo round del ataque callejero planificado contra el gobierno. Se repetirá la marcha de protesta de los jubilados de hace una semana, esta vez, con el apoyo de uno de los gremios docentes, con el nombre engañoso de guardapolvazo, y otros sindicatos y organizaciones sociales, varias de ellas conocidas por su combatividad.
La marcha parece defender una causa inobjetable, porque los jubilados constituyen el sector más castigado por el ajuste de Milei, que no fue pagado precisamente por “la casta” a quien él jura odiar. Sin embargo, importa destacar que los reclamos anteriores y actuales hacen hincapié en las pensiones mínimas, que son en un altísimo porcentaje percibidas por los 4 millones de jubilaciones sin aportes previos plenos, concedidas graciosamente por Cristina Kirchner, que más que duplican en número a los jubilados legítimos con aportes plenos. Un detalle que se prefiere ignorar. Las mejoras concedidas a esas pensiones mínimas, que finalmente pagan los jubilados con aportes en regla, tienden a “igualar para abajo”, a los jubilados. Lo mismo ocurrirá con cualquier ajuste.
El sistema de oposición “ganando la calle”, casi siempre con violencia o agresividad, ha sido usado siempre por el peronismo, y este tipo de marchas nunca se han efectuado durante sus mandatos, ni aún en los peores momentos de Massa, sino siempre contra gobiernos de los demás partidos. Un mecanismo que poco tiene que ver con la democracia, pero que es la herramienta preferida del “movimiento”.
La técnica de todo terrorismo
Como ha ocurrido muchas veces, que para evitar la repetitividad no se enumerarán aquí, estas marchas van unidas a la deliberada provocación a las fuerzas de seguridad, buscando siempre algún tipo de reacción que se etiquetará inexorablemente como una represión, palabra que la dialéctica socialistoide se ha encargado de resignificar como sinónimo de totalitarismo o dictadura.
Como también enseña la historia, estas manifestaciones buscan siempre mostrar -real o trucadamente – acciones violentas e injustas de las fuerzas del orden, heridos, golpeados, apuntados o, si fuera mejor, muertos. Los jubilados, los trabajadores, o los desocupados, que tienen el obvio derecho a marchar y protestar, son vilmente usados como excusa por el mecanismo, desvirtuando casi siempre la justicia de sus reclamos.
El peronismo considera un triunfo cuando algún policía es denunciado, investigado o procesado por algún exceso, intentando confundir deliberadamente las reacciones individuales de algún agente del orden en medio de la refriega, con una elaborada y sistematizada decisión del estado de disparar contra los manifestantes. También la historia muestra una y otra vez esta práctica, desde 1945 en adelante.
No es poco común que se “mande al frente” a ancianos o niños, para aumentar la efectividad de cualquier contingencia dramática y transformarla en escandalosa para la sociedad, con la debida ayuda de la prensa amiga o amigable.
Por eso no sería de extrañar que ello ocurriera nuevamente hoy, donde más que nunca ese accionar será potenciado y magnificado. Tal vez el gobierno exagera cuando califica la marcha del miércoles anterior como destituyente, pero no hay ninguna duda de que se tratan de acciones políticas desestabilizantes coordinadas, planificadas y bien pensadas.
Puede sonar demasiado duro, pero no es muy distinto que los mecanismos del Viet Cong, o de tantos otros terrorismos, de poner a los niños o ancianos por delante, o guardar armamentos o misiles en hospitales y escuelas. (Cualquier parecido con Hamas es pura coincidencia)
En busca de los titulares de mañana
Un escenario como la pedrea de 2017, cuando las fuerzas de seguridad renunciaron al derecho al uso de la fuerza ante la provocación verbal y la agresión de 14 toneladas de piedras y permitieron impávidamente el vandalismo y la reacción simultánea y planificada de los legisladores peronistas que sesionaban en ese momento, no luce posible hoy. De modo que mañana se podrán ver los titulares que recorrerán el mundo reportando la “salvaje agresión bukeliana contra los ancianos y trabajadores”, para escándalo de quienes eligen no comprender.
Y como tantas veces en la historia, este accionar no es una acción aislada. Se complementa con otras acciones legislativas, judiciales, sindicales y empresarias que confluyen en el mismo sentido.
El ser un año electoral, la necesidad de impunidad de Cristina Kirchner y su intención de recuperar un poder interno que se diluye, la rara política de La Libertad Avanza de humillar y desmembrar al PRO y pactar con un sector peronista, kirchnerista y camporista, la coptación de Karina Milei por los peores sectores políticos y su temor a perder un protagonismo que no merece pero del que goza, son factores importantes para la reimplantación de la toma de la calle.
La intención de aumentar su caudal de legisladores en la elección de este año hizo quel el gobierno demorara algunos cambios económicos, lo que también lo debilita en el futuro inmediato y lo hace frágil a estos embates.
También el hecho de que el gobierno haya presentado sistemáticamente como un éxito comparable a la misma reducción de la inflación la liberación de las calles movió a la rotura de este pacto virtual o acordado.
No hay duda de que el gobierno de Milei se ha ocupado de generar muchos flancos de ataque con su política de reivindicación de fracasados peronistas de dudosa moral a sus filas, en un alarde de ignorancia que se parece a la sumisión.
El gobierno se fue embretando sin necesidad
Inocentemente, se puso solo en las garras del tigre al crear la necesidad de obtener un préstamo adicional del FMI, que obliga a obtener alguna forma de aprobación legislativa de dicho endeudamiento, que terminó con la improvisación de tener que impulsar recién ayer la formación de la Comisión Bicameral para emitir opinión sobre el DNU y para hoy el tratamiento del decreto. Esto lo pone en manos del peronismo, porque de no contarse con el fallo de esa Comisión el tratamiento debe postergarse, lo que demorará un préstamo que – debido a otros errores económicos – se ha vuelto urgente.
(En la desesperación, ayer uno de los dos púgiles diputados por LLA que se trompearon en la Cámara recientemente, decidió votar por el otro púgil como presidente de la Comisión Bicameral, para poder obtener el dictamen previo)
Las tendencias en el valor del dólar paralelo y aún en el mercado financiero controlado y el riesgo país, que pueden ser consideradas como parte de un complot pero que es un fenómeno que siempre ocurre con el mecanismo de control de cambios y ancla cambiaria también fuerzan a LLA a negociar cada vez en peores condiciones.
Lijo, siempre Lijo
El decreto de designación de los miembros de la Corte, en jaque ante la posible decisión de un Juez Federal que puede pulverizarlo, es otra debilidad que juega en contra del oficialismo, y también de la estabilidad del país. Casi en simultáneo con la revuelta callejera se decidirá si el Senado tolera ese decreto o no.
Y por último, la estrategia de Karina Milei de acercarse al peronismo y tratar de desmembrar al PRO para crear un partido nacional pone a Milei en manos de su enemigo. O de su supuesto enemigo. En realidad cualquier medida de la secretaria presidencial tiene igual efecto. La reciente foto de la secretaria presidiendo una reunión con peronistas y macristas casi tránsfugas es fatal.
Más allá de la visión racional, es de esperar que estos temores sean infundados y que la marcha de hoy transcurra en paz y en orden. Mientras Milei se convence de la necesidad impostergable de liberar el mercado cambiario por completo, no solamente de salir del cepo, que es sólo una consecuencia extrema de intentar controlar el tipo de cambio. Aunque eso le cueste enojar a los grandes empresarios y sindicalistas prebendarios y vividores, que tanto lo han ayudado.