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Contraviento

¡El fin de la lechería «a la uruguaya»?

22 julio, 2022
Crisis en la Lechería en Uruguay

Lechería en Uruguay, fin de una eraEscribe Ing. Agr. Arturo de León  

Uruguay,  de poco más de tres millones de habitantes, se destaca por ser el séptimo exportador mundial de leche, con una producción total para alimentar a 20 millones de personas (Para ponerlo en perspectiva producimos productos lácteos para 6 Uruguay enteros)

La lechería ocupa sólo el 5 % del territorio nacional, e involucra más de 20.000 personas que se dedican al trabajo en los tambos y las industrias lácteas

Pensemos que en el mundo hay aproximadamente 6.000 millones de personas que consumen productos lácteos. Para que cada uno de estos consumidores reciba en tiempo y forma su yogurt, leche, queso o manteca, 50 millones de hogares en todo el mundo se dedican a la producción de leche.

De esos 2200 millones de litros que se producen en el Uruguay cada año,  el 70 % se exporta a 60 mercados diferentes y solo un 30 % se vierte al mercado interno .

Pero no todo lo que reluce es oro, ya que año a año se produce una sangría constante de tambos, que se origina en factores multicausales

Evolución de Explotaciones Lecheras

 

 

 

 

 

 

 

Entre 2015 y 2021 han desaparecido 19 % de las explotaciones

Distribución de Explotaciones de acuerdo a su tamaño

El promedio de área de estos productores es de 197 hectáreas y un promedio de 90 Vacas en ordeño. A las claras, nuestro sector lechero es netamente familiar,  involucrando 5658 productores  integrantes de esas familias (hasta las 200 hás se concentra el 80 %)

Es de destacar dos aspectos relevantes al momento de valorar nuestro sector lechero, uno es que el 80 % de los productores reside en el predio y, segundo es la edad promedio la cual es de 53 años, con poca capacidad de relevo generacional ya que el 47 % afronta esta realidad.

Destino de la Producción

 

Tenencia de la Tierra

Respecto a este tema el cual es crucial para la supervivencia de muchos productores,es bueno acotar que el promedio de arriendan entre el 30 al 40 % del área que explotan. O sea que a precios agrícolas elevados el arrendamiento se constituye en un insumo crucial, ya que compite con el sector agrícola directamente.

 Situación Financiera

El stock de endeudamiento bancario continúa en una tendencia descendente a nivel de los tambos. A setiembre 2021, el endeudamiento vigente asignado por el Banco Central a los productores lecheros ascendía a 229 millones de dólares, lo que implica una deuda promedio de 72000/90000 U$S o sea unos 400/500 U$S/Há. Este endeudamiento se ha reducido en un 3 % respecto a 2020. Es de considerar que este endeudamiento corresponde al sistema bancario, el dato que falta es el endeudamiento con proveedores y prestamistas particulares. En 2018 un productor debía el equivalente a todo su rodeo lechero, lo cual no es un dato menor

La dolarización de la deuda de los tambos se ubica en 2021 en 96% del valor de la misma, al tiempo que la distribución de esta entre banca pública y privada es de 61% y 39% respectivamente 

Resultados Económicos (Datos en Dólares Constantes)

El Ingreso Neto es el que dispone el productor para vivir, mantener a su familia y reinvertir en el predio. Esta información es relevante ya que si ponemos en este contexto a un productor de 100 Hás en el promedio de los ejercicios tomados, captura una renta anual de 17800 U$S que llevados a $ por mes de 59.300 . En una palabra, no es nada atractivo para que el productor chico se quede en el predio. Menos alentador es para los hijos de esos productores porque si lo comparamos con un salario de 2021 de un empleado recién ingresado a Industria Láctea en régimen de prueba el cual es de $ 62.000.

Si llegué a este punto no puedo dejar de darle una mirada al valor neto generado por la industria, el cual surge después de pagar materia prima (pago de leche a productores), insumos, energía eléctrica, transporte y depreciaciones. Al momento de repartir este valor, los funcionarios se llevan el 65 % de la torta, y la industria para afrontar inversiones, créditos e impuestos solo se lleva el 35 %.

Con esto no estoy haciendo un juicio de valor de los empleados de la industria, pero es bueno decir que bajo estas circunstancias y frente a la evidencia que enfrentan los productores no puedo justificar un paro de esta magnitud.

Desafíos y Futuro

La inversión pública en innovación es poca, y a su vez distribuida en diferentes instituciones, las cuales persiguen sus propios objetivos no prestando atención a este tema. El sistema de producción es competitivo, resiliente, pero todo tiene un límite.  La industria se ha modernizado mucho en pocos años, tratando de automatizar procesos y estar un paso adelante al crecimiento de la producción lechera y poder transferir el mejor precio al productor.

Impensable es que la cadena láctea uruguaya pase a manos privadas en su totalidad. Ese camino ya lo transitaron Argentina y Chile. Si sucediera eso probablemente asistamos a la desaparición de los pequeños productores. Tal vez eso suceda por un hecho natural de transferencia generacional o por lo tentador de una renta agrícola.

La Lechería es un rubro que aporta mucho a la economía (es el que más derrama y el de mayor ingreso bruto por hectárea de todos los rubros del sector agropecuario), tiene margen para crecer, pero a pesar de los buenos precios internacionales las cuencas no crecen (en número), las industrias tienen problemas y se siguen perdiendo pequeños productores.

Este rubro en Uruguay puede crecer muchísimo y hoy va a un ritmo de 6 % por año de crecimiento. O sea que la apertura comercial a través de un TLC con China es una buena noticia y un desafío, pero hay que luchar para que todas las industrias puedan ingresar. Hoy Conaprole mantiene el 80 % de la remisión a planta y es de estudiar una mejor redistribución. Para ello hay que implementar políticas públicas que rápidamente lleven al desarrollo de esas plantas que están en franca desventaja por carecer de una cuenca estable y en crecimiento

En el sector productivo se necesita que varios factores confluyan a la vez para un real desarrollo del mismo: créditos a largo plazo, investigación y su extensión (la primera está, pero por diferentes motivos a los productores se les hace difícil adoptarlas), desarrollo y fomento de nuevas tecnologías en la producción para elevar la productividad por hectárea. Que van desde una mejor utilización del pasto, aumento de carga animal, mejorar confort del ganado lechero hasta su estabulación

 Hoy varios productores están incursionando en la estabulación de vacas buscando alto control del ambiente, alimentación uniforme, sombra y agua disponible permanentemente, en una palabra, brindando confort a la vaca lo que conduce a una mayor productividad por vaca. Este sistema se desarrolla en galpones de cama caliente o cama de compost, con alimentación de dos veces al día evitando caminatas en busca del forraje, el cual se puede hacer en buenas condiciones y en otras circunstancias largas caminatas en callejones con barro. Pero para poder llevar esta tecnología falta mucha apuesta gubernamental ya sea a través de nuevas líneas de crédito a largo plazo tratando de hacer atractivo el rubro para futuras generaciones.

Si bien este sistema se está mirando de reojo ya que hay opiniones que los productores pueden perder el diferencial de producir leche a pasto. Este paquete tecnológico merece un debate más profundo que quedarse en una discusión de blanco o negro. Senderos tecnológicos de intensificación hay varios, pero cada uno está determinado por el recurso suelo, acceso a insumos. No es lo mismo un tambo inserto en una zona ganadera a que el mismo tambo se encuentre en zonas agrícolas, donde servicios de maquinaria son más fáciles de obtener como también la compra de concentrados. El otro factor no menor es la tenencia de la tierra, % de arrendamiento, estabilidad y valor del mismo. Muchas veces la ruta de intensificación es elegida por el productor de acuerdo a su capacidad de gestionar los procesos.

La mesa está servida, es hora del debate

Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y hay que empezar de nuevo.