
Ayer la aldea estuvo alborotada. Aldeas más bien. La real conmovida por el retorno del goleador Luis Suárez por unos meses a Nacional. Gritos de gozo, esperanza de triunfos y orgullo de hinchada, mezclados con negro humor y chirrido de dientes, incluso allende el Plata.
La aldea virtual, nuestro barrio de Twitter, conmovida y alborotada por una publicación de un tuitero famoso entre los conocedores. Cumpliendo las órdenes recibidas (nunca lo reconocerá, pero todos sabemos cómo se las gasta su media naranja) nuestro tuitero, inteligente y muy estimado, allá fue a comprar torta pascualina.
E irreflexivamente, cómo muchas de esas cosas que nos sorprenden a veces y las compartimos con los amigos, publicó un tuit que en pocas horas se microviralizó.
La publicación muestra en tuits subsiguientes que se trata del mismo producto. Mismos componentes, misma fecha de envasado, misma fecha de vencimiento. Comprados, además, en el mismo sitio y simultáneamente.
La variedad de respuestas a ese tuit desnudó todas nuestras miserias.
- ¡Pesan diferentes! (si, pibe, pero el precio diferente es por quilo).
- ¡Es sin sal! (no, piba, la etiqueta muestra exactamente los mismos ingredientes).
- ¡Distintas sucursales tienen precios diferentes! (no, nene, compradas en el mismo sitio).
- ¿La culpa es de Arbeleche o de Olesker o de quién? (no señor, es del supermercado).
- ¡No muestres imágenes parciales! (señora, las imágenes están completas en el hilo).
- ¡El código de barras es diferente! (no, estimado, difieren en el último número, porque ese es el precio).
- ¡Precio de fin de mes / Precio de inicio! (no, estimada, empacados el mismo día).
- ¡Error de balanza, mal el código! (no, no, el código es el mismo salvo el precio).
- …
Y así muchos otros, incluyendo un inefable tuit de Asti llevando agua para su molino político. Y, por supuesto, algún otro desubicado que nunca falta.
Finalmente, nuestro equipo de investigación en Contraviento.uy pudo encontrar la explicación superficial del fenómeno. Hurgando en el sitio web, aparecen ambas pascualinas, con sal y sin sal, reducidas al mismo precio desde, obviamente, precios originales diferentes. Uno de los cuales se parece sospechosamente al precio de la publicación de Danny.
Así que, al fin, la explicación superficial estaba ahí. Pero ¡siempre hay más de lo que aparece a simple vista!
Y hurgando, hurgando, encontramos la explicación real del episodio: ¡Danny es manya rabioso!
Y como él mismo dijo.
Porque, al final del día, ¡todo se sabe!