La última semana previa a la segunda vuelta electoral comienza con elevada temperatura política en el Brasil. Un ex candidato presidencial resiste a balazos una orden de detención emitida por la justicia electoral, mientras las encuestas de intenbción de voto comienzan a mostrar signos de un fuerte crecimiento en la intención de voto en favor de Bolsonaro, que establecen un escenario de «empate técnico».
Los cinco puntos de ventaja que había obtenido Lula en la primera vuelta sobre el actual presidente Bolsonaro se han esfumado en casi todas las encuestas, incluso en algunas que históricamente han favorecido siempre a los candidtos del PT, y en varios estados clave, como San Pablo y Minas Gerias, la tendencia es favorable a Bolsonaro, incluso revirtiendo el resultado de la primera vuelta, como es el caso de Minas Gerais.
El aporte de los votos de Simone Tebet y Ciro Gomes, que quedaron en tercero y cuarto lugar el pasado domingo 2 de octubre, y que anunciaron su apoyo a Lula, no fueron suficientes para mantener o incluso aumentar la diferencia en favor de Lula.
Una mejora en los principales indicadores de la economía, y una mayor distribución de apoyo financiero a familias en dificultades en las zonas más pobres del país, han contribuido a mejorar la intención de voto de Bolsonaro, según los analistas.
En este ambiente de cerrada disputa, el próximo viernes se desarrollará el último debate televisivo entre ambos candidatos, en la red Globo, que puede terminar de inclinar el voto de quienes aún están indecisos.