Por Silvio Moreira
Cuando yo estudiaba Periodismo hace cuatro décadas, los profesores insistían mucho en las prácticas de redacción, lógicamente. Previo a esto, habíamos teorizado sobre los modelos clásicos de redacción, utilizando un esquema gráfico que se conocía como “la copa”.
La copa era una suerte de gráfica 2d de una copa de vino, que tenía tres sectores diferenciados: un comienzo llamado Copete, un medio denominado Desarrollo, y un pie conocido como Remate.
De todos ellos, el más importante era –es, digo yo- el Copete, porque el Copete de la noticia era lo primero que la persona leía y debía tener entonces toda la información necesaria para hacerse una idea global de la noticia: qué pasó, dónde pasó, cómo pasó, a quién le pasó y por qué le pasó lo que pasó. Es decir que una noticia de un robo a un ciudadano debía tener en el primer párrafo todo lo necesario para saciar la curiosidad. Luego podría desarrollarse y al final aportar un remate; ahí estaban las tres partes de la estructura de la Copa.
Voy a escribir un texto al modo setentoso como ejemplo:
COPETE
En la madrugada de hoy (el cuándo pasó) se produjo un violento choque de dos automóviles (el qué pasó), en la intersección de Av. 18 de Julio y Martín C. Martínez (el dónde pasó). Identificados los choferes, resultaron ser el Dr. Hermenegildo Gurméndez y la Sra. Estela Deambrosio (a quién le pasó). Las primeras investigaciones de la Policía Técnica indican que el Dr. Gurméndez se habría dormido al volante, cruzándose de senda (el por qué).
DESARROLLO
La madrugada de anoche presentó, además, un cierto nivel de humedad en la calle ya que más temprano llovió copiosamente. La Técnica especula que esta situación del piso, sumado al momentáneo sopor que sufrió el Dr. Gurméndez, coadyuvaron a que se produjera el impacto, que afortunadamente dejó a los protagonistas con heridas muy leves, debido a que ambos vehículos iban a velocidad moderada por nuestra principal avenida. Derivados a sus respectivos centros de salud, fueron dados de alta horas más tarde.
REMATE
El aumento constante del parque automotor en nuestra ciudad capital, nos obliga a una reflexión sobre la responsabilidad que implica conducir un vehículo, que es símbolo de progreso y confort, pero también es, en manos inapropiadas, un arma letal. No fue así en este caso, y debemos celebrarlo.
Pero los tiempos cambiaron y los periodistas viraron, forzosamente, en gente presionadísima porque sus textos generen clicks, una aberración de la comunicación que los obliga a invertir el asunto y escribir dejando preguntas, en lugar de dar respuestas lo más rápido posible.
Es paradójico: en el momento en que todo el mundo se preocupa por los tiempos de lectura y de visualización brevísimos, en las páginas informativas se trabaja al revés, para darte la píldora informativa después de 18 páginas de scroll.
Incluso apelan a la mentira lisa y llana, para generar esa curiosidad que lleve a poner el dedito en el botoncito.
Esta misma noticia hoy hay que escribirla así:
MUERTE EN 18 DE JULIO.
Una tragedia estuvo a punto de enlutar a dos familias. Enterate aquí (click).
Gurméndez y Deambrosio ¿llegaron a frenar a tiempo? No te lo pierdas, aquí (click).
Ya esto lo tenemos más que visto y probado, y no hay portal que se salve de este estilo podrido de tratar de pescarte para que te comas 800 banners publicitarios antes de enterarte que, efectivamente, no pasó absolutamente nada.
Estos mismos “periodistos” de hoy, viajados al pasado y puestos ante las grandes noticias de la historia, con toda seguridad hubieran titulado para sus blogs:
*Jesús de Nazaret será ajusticiado. ¿Crucifixión o lapidación? Enterate aqui!
*Nerón le hizo algo tremendo a Roma! ¿Qué fue? No te lo vayas a perder!
*El Ing. Eiffel va a construir la torre más alta del mundo! ¿Dónde será? ¡Enterate primero!
*Estados Unidos acaba de tirar dos bombas nucleares? ¡No te pierdas donde cayeron!
*Por fin la guerra terminó! ¿Quién ganó? Enterate aquí!
Esta reflexión no tiene remate. Si lo tuviera, sería como en el teatro, con un telón lento, lentísmo.