Especial para Contraviento
por Silvio Moreira desde Recife.
Suena un tanto pretencioso para el sureño que tiene como referente al carnaval carioca, pero es que en realidad es así: el carnaval más grande de Brasil es el de Recife, y por varios motivos.
Recife es la cuna del Frevo, una música y una danza que es patrimonio inmaterial de la humanidad, declarada por Unesco, una seña de identidad absoluta del nordeste brasileño.
El Frevo tiene su origen en la ciudad de Recife, a comienzos del Siglo XIX, de la curiosa mezcla entre la percusión y ritmo de las bandas militares, y de los grupos de esclavos liberados que también tenían su música con fuertes ritmos. No hay coincidencia absoluta sobre el nombre, pero parece haber un consenso alrededor de que Frevo es una corrupción de la palabra “ferver” (hervir) y sería por tanto “hiervo”, cosa que no está para nada mal atendiendo al ritmo absolutamente frenético que tiene esta música típica del carnaval.
Es tan frenético el Frevo, que no me explico por qué Brasil no lo exporta culturalmente como un ejercicio, como Pilates u otras formas divertidas de hacer ejercicio que van pasando de país en país.
Siguiendo el ritmo enloquecedor, el Frevo se baila de dos maneras: una de ellas simplemente con la total libertad de saltar siguiendo el ritmo, cosa sencilla pero agotadora a poco de comenzar. La otra, elaboradísima, incorpora una serie de figuras preestablecidas que se aprenden en las academias de Frevo que hay por doquier, incluso en las plazas públicas. Eso sí, en ambas formas es casi imprescindible bailar llevando en una mano como ayuda al equilibrio una pequeña sombrillita de colores, que es típica de aquí.
El Galo da Madrugada.
Aquí es donde se nota el verdadero fervor carnavalero de Recife. El núcleo central de la ciudad no llega a dos millones de personas, aunque sumado a toda su periferia que ha ido siendo absorbida con los años, ya se pueden contar más de 5 millones.
Y aquí, el 18 de Febrero, -sábado de Carnaval- a las 9 de la mañana, va a salir nuevamente a las calles, después de dos años de suspensión por la pandemia, El Galo da Madrugada.
Bueno, ¿pero qué es el galo da madrugada? Es un bloco de carnaval, una agrupación, un conjunto estable que desfilará por las calles de la ciudad siguiendo una estatua inmensa de un colorido gallo, símbolo solar si los hay. Para más datos: 30 metros de altura y 7 toneladas de peso, hecho siempre por relevantes artistas plásticos de la cultura pernambucana.
¿Y por qué tanta cháchara con el galo? Porque este bloque tiene DOS MILLONES DE PARTICIPANTES, con certificación Guiness. En 2015 llegó a 2,5 millones y no se sabe qué pasará este año después de dos años de prohibición. Dos millones de pasistas que siguen al gallo en su derrotero y que cuando la vanguardia llega a destino, el fondo todavía anda culebreando por la ciudad.
El primer sábado de carnaval de 1978 este bonito gallo salió a las calles de Recife, y desde entonces es la tradición más importante, lo más esperado, la verdadera apoteosis del carnaval. A lo largo de su recorrido se irán alternando los tríos eléctricos, gigantescos camiones convertidos en escenarios con camerinos y sistemas de audio para volarle la tapa de los sesos al descuidado que se arrime. En ellos van estrellas musicales de primer nivel, y en todo el recorrido se preparan los Camarotes, una especie de contenedores o boxes, mini clubes privados con servicio completo de bebida, comida, baños, duchas y hasta servicio médico (todo dependiendo del valor del ticket), donde usted puede ver el desfile mientras convierte su cuerpo entero en cerveza o cocteles.
Además del colorido, de los incontables litros de cerveza de la jornada, de la alegría de esta gente, está el contenido simbólico de todo esto: el gallo solar que anuncia con su canto que el sol vivificador trae de nuevo a la ciudad luz y calor en ese día tan especial. El gallo paseará hasta la madrugada del domingo, cuando una contrafigura también muy compleja simbólicamente saldrá a las calles, O Homem da Madrugada, un gigantesco muñeco de un hombre bastante serio con elegante chambergo en su cabeza.
Globo transmite esto desde la mañana, porque es realmente “el día”, del carnaval aquí en Recife y su casco histórico original: Olinda. La experiencia de seguir al Gallo por la ciudad no es para cualquiera: se necesitan piernas de acero, billetera bien escondida, celular atado y muchas, muchas ganas de vivir una experiencia inolvidable en el carnaval más grande del mundo.