Por Juan R. Rodríguez Puppo
Los hijos de…no son novedad en la farándula uruguaya. No son la excepción. Podría decirse que son la regla. Es normal que muchos muchachos mamen de sus padres o tíos o hermanos mayores el gustito por la cosa pública. Mires por donde mires aparecen ejemplos. Y como todo lo humano los hay buenos, malos y regulares.
Pero hay hijos de…que hacen triste honor al término.
Uno de ellos es el simpático Ing. Kreimerman. Dirigente sindical de OSE. Hijo de un ex ministro de Industria del gobierno del FA.
Un muchacho que no sólo opina como si fuera director de OSE. También opina de inversiones, del déficit fiscal y sabe más que Montero, Alfie, Arbeleche y Lacalle juntos. Y en su lógica mesiánica se siente con derecho de colocar bombas de humo en el edificio del Ente, poniendo en riesgo la salud respiratoria de algunos funcionarios, entre otros terrores causados.
La idea era generar cierto grado de «terror» a autoridades y en medio de una tremenda crisis climática. En el mundo civilizado es cuando las sociedades se unen para soportar calamidades. En Uruguay -en cambio- se aprovecha la desgracia para el deporte nacional llamado «carancheo».
Este señor fue filmado colocando las bombas de humo, y ante la evidencia no tuvo mejor idea que comprometer a todo su sindicato indicando que se trataba de una medida gremial más.
Por tanto este hijo de..no sólo no asume su liderazgo en el tema y se adjudica responsabilidad, sino que nos quiere hacer creer que un acto terrorista como el suyo es de naturaleza colectiva y de origen gremial. Esto -seguro- no pasa el filtro de un análisis serio de OIT sobre medidas gremiales.
Nos va la vida como sociedad si no logramos que este señor sea destituido como funcionario público. Acá (sepan disculparme) es «plata o mierda». No hay grises en este dilema.
Ojalá el directorio de OSE asuma su responsabilidad jerárquica y disciplinaria. Me animaría a decir que es hasta más importante que un par de días de lluvia, el no permitir que prospere el terrorismo en el ámbito sindical.
La patria sindical uruguaya hasta se puede tolerar con algo de resignación, que sea el palo en la rueda. Pero el terror y el sabotaje como recurso de lucha debe ser severamente castigado. Ya hay demasiados hijos de..en este país como para aceptar hijos de..que además sean terroristas. El caso pasará a Fiscalía y allí se indagará y morirá cuando se atenue las responsabilidades derivando el tema hacia el el mundo laboral sindical. Sin delito ni formalización no habrá sumario con destitucion. Y si todo eso pasa, y no pasa nada en materia penal, me animo a profetizar que pronto ya no habrá país.
Seremos una colonia más de los hijos de..El Foro de Sao Paulo, Caracas y La Habana.
¿Vos decis que exagero?
Naaaaaaaaa.. tu incredulidad ya es tardía e insuficiente.