Por Denise Aín
A cuatro días de lo que fuera el mayor atentado terrorista de la historia perpetrado por Hamas sobre Israel, varios miles de personas se hicieron presentes en la rambla de Kibón, bajo la consigna “Todos juntos por Israel”.
En la noche helada, el periodista Pablo Londinsky, encargado de dirigir el acto, dio apertura al mismo convocando a entonar el himno uruguayo, en un clima de absoluta comunión que cristalizó el que ya se venía gestando desde el fatídico 7 de octubre.
Gente de todas las edades, desde familias con niños pequeños hasta personas muy mayores, representaron de manera fiel y rindieron homenaje a los muchos muertos que este atentado provocó, y que tal como refiriera la Embajadora de Israel en Uruguay, Michal Hershkovitz, significó la mayor matanza que sufrió el pueblo judío en un solo día desde el Holocausto a la fecha.
Quizá lo más significativo su discurso, fue su emocionado equilibrio entre la crónica de la masacre (“…familias enteras asesinadas en sus casas, padres protegiendo a sus hijos con sus cuerpos, 40 bebés y niños fueron asesinados…260 jóvenes fueron masacrados en esta fiesta de la muerte…”, y el agradecimiento hacia el Presidente de la República Luis Lacalle Pou por la claridad con la que se expidió, con la que también el senado celebró una moción en la que condena a Hamas y apoya el derecho de Israel a defenderse, así como el reconocimiento a los muchos países que han hecho explícito su apoyo.
Michal Hershkovitz respondió, asimismo, de manera categórica a la pregunta que nadie formuló pero que el mundo entero se hace respecto de qué sucederá en el futuro inmediato: “Hamas es responsable de las acciones que debe tomar Israel. Israel trabajará para proteger a los ciudadanos, repeler a los terroristas, devolver a nuestros rehenes y garantizar que ninguna organización terrorista pueda volver a cometer tales atrocidades.”
Por su parte, los Rabinos Max Godet, Yehuda Ribco y Daniel Dolinsky, en representación de la C.I.U, a Comunidad Sefaradí y la N.C.I respectivamente, tuvieron significativa presencia en el acto, con el toque del tradicional shofar, la lectura de una oración por la paz en el Estado de Israel, y una plegaria de recordación que el público presente espontáneamente acompañó a recitar.
La multitudinaria manifestación se llevó a cabo en dolorosa calma y con especial receptividad del público. No obstante, el enojo contenido se hizo escuchar con un fuerte aplauso de aprobación, en el instante en el que Gabriel Katz, integrante del Comité Central Israelita del Uruguay, repudiara las declaraciones de ciertos sectores (aludiendo al Partido Comunista, Pit-Cnt y la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay) que “se ha expresado sin condenar de forma clara e inequívoca lo sucedido en Israel”, equiparando a las víctimas del terrorismo fundamentalista, con las del único estado democrático de Medio Oriente
El acto se cerró entonando el himno de Israel, cuya letra cobró desde el día del atentado más vigencia y fuerza que nunca.
“Mientras en lo profundo del corazón
Palpite un alma judía,
y dirigiéndose hacia el Oriente
un ojo aviste a Sion,
no se habrá perdido nuestra esperanza;
La esperanza de dos mil años,
de ser un pueblo libre en nuestra tierra:
La tierra de Sion y Jerusalén.”