Escribe Juan R. Rodríguez Puppo
Dicen que el simpático ex fiscal Diaz, horas antes del desenlace que tuvo de protagonista a su defendida Ache, twitteó mostrando sus conocimientos sobre este juego.
En una suerte de «pizarreada babosa» anunció un jaque mate inminente. ¿A quién?
Supongo que sueña con destruir a Lacalle.
El 48% de aprobación de gestión desvela a mucha gente.
Pero vale aclarar que ese juego de ajedrez en donde él se coloca moviendo «las negras», Diaz debería aclarar que las «blancas» arrancaron el partido en bajada y con tres peones menos y sin los alfiles.
Es muy simple de entender mi razonamiento.
Diaz armó hace ocho años un esquema futuro que hoy refuerza «la impunidad» de los suyos. Y lo peor es que todos los partidos le votaron el cambio del código del Proceso Penal. El sistema judicial hoy concentra su poder en los fiscales. Justo el feudo que dejó armado el actual abogado defensor de Ache. ¿Los fiscales son todos subjetivos y parciales? No creo.
Pero no cabe dudas que la incidencia del padre de la criatura aún vive y lucha allí. Lo hemos experimentado. Hay causas que se archivan o no se mueven y otras en las que se investiga con celeridad. Hay causas que tienen reserva presumarial asegurada y otras en las que divulgan todas las pruebas audibles y documentales de forma ilegal.
No es opinión. Es mera constatación objetiva. La era Diaz como Fiscal General dejó una huella que va más allá del cambio de sistema inquisitivo al acusatorio.
Y por si fuera poco, durante su reinado fue en esa fiscalía donde quedó libre Marset de un presunto (casi comprobado) asesinato de su mejor amigo.
O sea: los que archivaron la causa a Marset y lo dejaron libre son los que hoy se escandalizan porque se extendió un pasaporte de manera legal. Y de postre se gana una fortuna en honorarios defendiendo a una persona que quiere hoy lavar su buen nombre pero que mintió en el Parlamento y estuvo un año sin denunciar delitos que ocurrieron a su alrededor.
Díaz hoy puede pensar en propiciar un astuto «jaque» al rey. Pero aún no es «mate». Esto recién empieza y en todo caso se debe aclarar que el tablero lo armó el ex fiscal y se encargó de dejar sin piezas suficentes para defender al «rey de las blancas».
No quiero ni siquiera imaginar cómo va a estar integrada la Cancillería en caso de un eventual triunfo del FA en 2024. Ni tampoco quién va a estar a la cabeza de un Ministerio de Justicia. En ese futuro posible las «negras» (si ganan) buscarán sostener el Poder a cualquier costo.
Sabemos bien que el Poder siempre lo tiene todo aquel Partido que logre asegurarle a sus propios corruptos LA IMPUNIDAD.
Es tan tangible esto, que ahora en causas complicadas algunas personas «de derecha» buscan ser patrocinados por abogados conocidos y «de izquierda».
El ajedrecista podrá estar hoy muy contento pizarreando con jaque al Rey y facturando como nunca antes. Pero jamás podrá sacarse de encima la apretada de esfínteres que le hizo el inolvidable Alberto Sonsol recogida en un video que lo perseguirá mientras viva.
Y como dice Don Julio María:
«En política no existen los muertos. Hay sólo gravemente heridos».
Mientras tanto me enoja que haya tantos desprolijos alrededor del Presidente y espero que actúe con severidad. Es importante que se respete la institucionalidad y que el sistema depure todo lo que no sirve. Acá no puede haber caravanas a Araminda ni indulgencia con nadie.
De lo contrario seremos más de lo mismo.
Hay Diaz que es mejor un enroque a tiempo y hasta sacrificar algún peón que dejar al rey expuesto frente a cualquier peón «pedorro» que te quiere comer con un simple movimiento de piezas.