Juan R. Rodríguez Puppo
Este pasado se realizaron las elecciones europeas. Se votó un nuevo parlamento con representación de cada país perteneciente a dicha comunidad continental. Nos cuesta a nosotros entender esta dimensión de democracia porque aquí las integraciones regionales son de pacotilla. Y para pasar de un país al otro y llevarte puesto unos bombones Garoto o alfajores Havanna hay que hacer colas en una frontera y te miran hasta debajo de los asientos del coche.
Europa es Europa. Una moneda única y la gente es y se siente ciudadanos de un TODO.
Durante un buen tiempo en ese Parlamento comunitario se ha ido gestando una cultura de Agenda 2030, de lo políticamente correcto y de una Europa sin políticas claras que pongan algún control efectivo a la inmigración.
Y no solo eso. Conforme quien tenga más fuerza en Europa se han generado políticas de impacto tributario o cargas que generan iniquidades en materia de proteccionismo productivo fabril o agrícola. Estas ambigüedades propias de los intereses de los Estados vs los intereses de la «Europa Comunitaria» ha generado disconformidad en las distintas realidades sociales. Agreguemos a este combo que durante estos últimos 15 años la izquierda ha logrado insertar en la agenda europea «reivindicaciones propias» que han ahondado una grieta entre la Cultura Europa y la Cultura Nación por Nación. Tal vez el Brexit fue un primer aviso hace un lustro pero en la jornada dominical se vuelve a confirmar que se consolida una versión «antieuropea» en las elecciones de Europa. Y esta se expresa en una clara victoria de «Las Derechas» en la mayoría de los países.
La gente se vuelca en favor de las naciones y en desmedro a una cultura «Europa progre» que empieza a perder pie.
Ejemplos del crecimiento de la derecha. Francia el más claro. Macron es obligado de inmediato a llamar a elecciones anticipadas. Meloni crece en Italia, Orban en Hungría, y la ultra derecha crece en Alemania, Holanda, Bélgica y Austria. La izquierda apenas ha tenido pequeño crecimiento puntual en Italia y Hungría y un poco más perceptible en Portugal.
Los uruguayos miramos siempre con atención estos fenómenos en la madre patria. Nuestra política cada tanto muestra algunos espejos con la realidad española.
La derecha moderada acaba de triunfar pero con un margen menor al esperado (4 puntos). La tendencia derechista en Europa no impregnó tanto en España. 34% a 30% versus el PSOE no parece una victoria que justifica un desmelenado festejo.
Los bloques de votos entre izquierda y derecha mantienen un cierto statu quo de paridad. Tanto así que hasta el propio Pedro Sanchez ha vendido un resultado perdidoso como una victoria.
Pero en líneas generales se puede decir que también en España triunfó «la derecha». La buena noticia es que creció algo la derecha moderada. La noticia-tal vez- inquietante es que la ultraderechista VOX que hoy suma casi un 10% de los votos, le ha salido un competidor. SALF o SE ACABÓ LA FIESTA.
¿Les suena conocido o familiar a algo nuestro?
La Ultra Derecha ya no juega sola. Apareció alguien o algo que se considera mucho más radical que la «ultraderecha». Una suerte de personaje influencer treintañero con discurso «fogata» tipo Milei y proponiendo extremismo que combinan una cultura Bukele con un desparpajo Donald Trump. Y en poquísimo tiempo esa neo ultraderecha le ha comido 5 puntos de electorado a VOX, a quien todos los demás partidos progres tildaban ya de racista y fascista etc.
Imagínate ¿como será la cañada si la tortuga pasa al trote?.
¿Quién lidera «SE ACABÓ LA FIESTA?
Un pibe. Un tal Luis Perez más conocido como «ALVISE».
Influencer. Ex integrante de un grupo político en extinción (Ciudadanos) y siendo famoso por su difusión de fake news, acusaciones falsas y verdaderas mezcladas, y que le promete a Pedro Sanchez (jefe de gobierno) que pronto lo pondrá entre rejas por corrupto.
Todo esto es un problemilla adicional para Nuñez Feijoo líder del PP. A pesar de ser triunfador en estas elecciones europeas menudo dolor de cabeza le genera tener que formar coaliciones futuras con VOX y ahora con estos nuevos socios incómodos de SE ACABÓ LA FIESTA.
(La pucha cuantas coincidencias. Aunque en Uruguay Domenech es Churchill al lado de Alvise). Ganó la derecha democrática y con algo de margen.
El PSOE queda herido sin dudas pero «vive y lucha».
España aún no está suficientemente preparada para abandonar un gobierno de izquierda que hoy mantiene su poder aliándose con ex terroristas y secesionistas. Yo siento que igualmente van camino a la derrota.
Los socialismos donde rige la democracia tarde o temprano caen porque asfixia el Estado al individuo y éste los termina castigando con el voto. En América del Sur suelen durar más. Algunos usan el recurso de los golpes de Estado.