Silvio Moreira
PORCENTAJE DE ELECTORES PARTICIPANTES.
Internas 1999 – 53,7 %
Internas 2004 – 45,7 %
Internas 2009 – 44,8 %
Internas 2014 – 37 %
Internas 2019 – 40 %
Internas 2024 – 35,3 %
La gente está podrida, cansada. Me causa risa que ya días antes, previendo estos resultados porcentuales de nivel de votación, muchos candidatos salieron a pedir elecciones internas obligatorias. Señores y señoras: el porcentaje mismo de votantes es ya un resultado electoral, y quizás más importante que el de las elecciones obligatorias. Mide con exactitud la tracción que ustedes, políticos profesionales, ejercen sobre sus audiencias. Y la respuesta es una sola: cada vez menos.
Unos por mucho, otros por poco, unos con invocaciones elípticas a la excelencia y a la necesidad de europeizar la política uruguaya, y otros pecando de comportarse como pollitos dormidos frente a temas quemantes. La gente quiere pocas cosas a esta altura: quiere muchísima más seguridad en las calles, quiere iluminación, quiere no caminar rezando para no morir, quiere tener un quiosco y no encomendarse a los santos antes de abrir. Quiere que sus hijos vayan a escuelas, liceos y trabajos en paz y seguridad, tanto de ida como de vuelta.
La gente quiere, simplemente, que aquel que se levanta con intenciones de delinquir sea el que tenga un pavoroso miedo de las consecuencias de su accionar, y no al revés. Y encaminarse a modificar las leyes y los jueces de un país al que se le torció la mano para volverlo ya no manso, sino servil ante la delincuencia. Después, todo lo demás se conversa y se va arreglando con buena voluntad política.
Las fórmulas finales están mostrando que mucho más allá de las matemáticas, están las verdaderas intenciones marketineras de cada sector, y es muy entendible: una fórmula es precisamente eso, una mixtura que pretende captar la mayor cantidad de adherencia posible.
Hoy ya hay principistas orejanos ofendidos, gente buena de todo pelo que se siente tocada porque la formula no le representa en un 100 %. Muchos dicen hoy mismo que no votarán esto o aquello. Yo los comprendo, y les invito a pensar qué tipo de país quieren para los próximos 5 años: si uno con marxistas llenando los cargos de gobierno, -marxistas que albergan en su corazón la intención de perpetuarse y luchar por un partido y un gobierno único, una vanguardia del pueblo-, u otro con republicanos más o menos demócratas, con todos los pro y los contras que le reconocemos a la perfectible democracia uruguaya. No me contesten ahora, consúltenlo con la almohada y mediten de aquí a fin de año. Hay que volver a votar coaliciones para seguir por este imperfecto pero saludable camino, el camino que diverge y se aleja del totalitarismo.