Es Winds of Change. Canción emblemática de la banda Skorpions luego de visitar Moscú en tiempos de la “Perestroika”. Que hermosa canción.
Las internas dejan enseñanzas para todos. Son parte de nuestra perestroika atadita con alambres. Muy nuestra sí pero estamos viviendo un tiempo de cambios que intentaré describir.
El primero es la nueva valoración ciudadana sobre criterios para elegir candidatos.
Me cuesta aceptarlo pero ya no importa el programa ni la idoneidad. O mejor dicho importa muy poco. Los tipos más capaces de cada partido (según mi pobre intelecto) ni “picaron” en las internas. Yo creo que los tres más capaces del FA, de los blancos y de los Colorados fueron un desastre electoral. Y sigo creyendo que son los más capacitados. A Bergara ni lo dejaron presentarse. Gandini tuvo un 5% en su interna y Gurméndez salió tercero y casi queda cuarto en los Colorados. La gente no vota idoneidad. Vota imagen. Mal que me pese.
Se vota según criterios de «un Concurso de popularidad». O como si fuera un concurso de popularidad. Prevalece el juego de imágenes y representaciones. Prima la fama por sobre el prestigio. Se viene un tiempo de plástico. Duele. Pero gente ..aceptémoslo.
En segundo lugar, el micro mundo de la política es el que se mueve, vota y participa. Un 20% de la gente (como mucho). Si no fuera por el acarreo en las internas hubiera votado solo eso. Coincide con el número de personas que están en más de un millar de listas y poco más. Podría hilar más fino. Aún so pena de ser acribillado a latigazos cruzados por “gente del sistema”. Me refiero a que podríamos hacer otro corte sociológico en ese 20% y me atrevo a decir que la mitad o más de esa gente de las listas tiene un interés personal directo en llegar o mantenerse en cargos públicos o acceder a compras del Estado o a estar cerca de sus “mandamaces” por alguna gauchada a solicitar. A no escandalizarse. Así es la política con sus blancos, negros y grises.
El país está en un momento envidiable en términos de consumo y calidad de vida (no desconozco que sigue habiendo gente que la pasa mal) pero queda claro que si hubiera crisis votaría más del 60%. Es simple:
Las crisis generarían preocupación por el cambio. Este 36 % fue una confesión que la gente está harta del “sistema” y también -tal vez la razón principal- que no hay motivación para cambiar.
En tercer lugar, vamos camino a un nuevo bipartidismo en un país donde no tiene expresión electoral importante «la derecha».
Hay dos bloques, dos coaliciones una de izquierda y otra de «centro». Esto podrá molestar a muchos pero es lo que veo. Y por lo visto Delgado también lo percató. Y antes que Delgado lo percató Lacalle Pou quien cada vez que se expresa lo hace casi como un batllista reivindicando el papel del Estado para proteger a los mas desposeídos. Se borraron algunas fronteras ideológicas que dividían a los partidos tradicionales. Al viejo herrerismo sólo le queda el nombre y algunos nostálgicos, y del viejo batllismo pasa algo parecido. El tiempo que corre exige aggiornarse y tomar de cada cosa lo que hoy conviene de cara aun mundo que impone nuevas exigencias.
La derecha dijimos tiene poco peso en Uruguay así como la ultra izquierda. Paga el centro. La derecha es un ghetto por ahora. No hay fenómeno Milei ni Bukele en Uruguay hoy.
Para que esto cambie se necesita que algún día nos gobierne una izquierda ultra que intente expropiar la propiedad privada Ahí sí tendremos una derecha fuerte. Mientras tanto seguirá como hasta ahora. Alguna vez gobernó una izquierda que cuando amagó profundizar su modelo perdieron las elecciones tras 15 años en los que fracasaron.
Cada vez más pensaremos en clave de Coalición..Todos. No es un tema de gustos. La realidad siempre le gana a la voluntad. Cada vez habrá menos voto cautivo por partido.
¿No te gusta Ripoll en la fórmula? No pasa nada (aunque yo no comparta contigo) Votas a cualquier otro. Pero de la Coalición. O lo que me podría pasar a mi y a otros. ¿No te gusta Ojeda? No pasa nada. Lo importante es el voto al bloque de Centro. Hoy importa más – y esa es otra verdad tacita de este tiempo- tener claro lo que NO VOTAS.
Ojeda se dio cuenta a tiempo de esta conducta electoral y en las últimas semanas apeló a arengar que lo suyo iba en la dirección de impedir que el FA gane las elecciones. Como discurso rindió y mucho. La gente de un lado y otro tiene más claro lo que NO vota y no tanto su opción positiva.
Por último. Al ser lógica de coaliciones en pugna las elecciones siempre serán de resultado incierto y a la postre ajustado.
La sociedad se divide entre los que distribuyen y los que contribuyen. Los que quieren combatir la pobreza y los que quieren combatir la riqueza. Los que consideran la propiedad ajena un robo y los que consideran la sobrecarga impositiva un “afane”.
Y podría seguir reseñando juego de opuestos hegelianos o marxistas pero no aburriré al lector.
Pobre Preve -pienso a veces- jugado a destruir la figura más emblemática de una de las dos coaliciones. Me da pena tanto trabajo estéril (además de ponzoñoso). Tanto laburo de destrucción “al cuete” soñando con bajar la popularidad de un presidente y usando resortes ilegales como la filtración de aquel viejo principio que nos enseñaban en las clases de derecho penal…la reserva de las actuaciones presumariales. Por más que haya dedicado tanto tiempo a eso.
Las aguas seguirán partiéndose al medio por más filtraciones impunes y trabajos de cloaca venga del bando que venga.