-El back insulta al delantero y éste lo saliva en respuesta. Se tiran un manotazo y antes que intervenga el juez otro jugador sale en defensa del delantero y le tira una patada voladora al back. El 80 % de los jugadores reacciona y se arma batalla campal. Hay quien pelea mano a mano pero existe el que aprovecha que otro mira hacia un contrincante para darle un “garronazo” de costado. El jugador cae groggy y estando en el suelo un rival aprovecha y lo golpea con los tapones del zapato de fútbol en la cabeza. Ese muchacho termina en coma en un hospital. Hay varios lastimados y se espera que Fiscalía analice el video para imputar responsabilidades. Narré un ejemplo en una sociedad violenta como la nuestra. Muy radical el mismo pero verídico.
-También lo puede ser un lío en el tránsito por un mal adelantamiento. Los conductores se insultan. Uno baja y agrede al otro pateándole la puerta. Este sale armado y le dispara al agresor primario. A las horas el hombre muere y el heridor va preso. Y todo por un supuesto mal adelantamiento. Ejemplos abundan y pueden ser menos graves algunos.
-Unos hinchas colombianos borrachos babosean en actitud físicamente hostil a la hinchada uruguaya donde están los familiares de nuestros jugadores.
Estos (que vienen de perder el partido) reaccionan y defienden a los suyos, pero alguno va más allá aún. Ya cuando los suyos están bajo resguardo salen a buscar a la masa agresora para devolver con violencia el injusto acoso recibido por sus familiares. Terminan algunos sancionados. La culpa es de la organización pero el castigo lo recibimos todos porque los jugadores no podrán representarnos.
-Un golero de equipo menor cuando su club va ganando hace tiempo y como su club es locatario los alcanza pelotas esconden los balones para retrasar el juego. Al rato el equipo grande visitante da vuelta el partido y su golero empieza a “hacer tiempo” devolviendo el mismo recurso que usó su rival un rato antes. Los jugadores del locatario van con actitud violenta a increpar al golero del visitante. Se arma escándalo y el juez termina expulsando 3 jugadores y sacándole amarilla al golero “provocador” (no violentó ninguna norma).
-A dos jóvenes reclutados por una narcomafia de un barrio les prometen 10 mil pesos por ir hasta la casa de otro narco dueño “de una boca” competidora y pegarle 5 tiros cuando el tipo está saliendo de la misma. El tipo queda tendido en el suelo muerto en el acto y los jóvenes salen disparados en moto de la escena del crimen.
-Dos chicas en un liceo tienen mala relación con un profesor que les puso baja calificación y que no lo toleran y deciden denunciarlo a la dirección porque aseguran que el “profe les mira el culo cada vez que pasan” frente a él y les insinúa cosas cuando les da la devolución de las notas de los escritos. Hablan con la dirección del instituto y preventivamente se suspende al docente y hay orden de restricción de 800 metros del mismo al instituto más retención de salarios por 6 meses.
Bien amigos. Uds me dirán que son ejemplos inconexos y que no tienen nada que ver. Capaz no… pero yo estoy seguro que SI. Tienen que ver y mucho. Son todos ejemplos reales de una sociedad que resuelve muy mal sus conflictos.
Una sociedad violenta y a veces hasta perversa que además desconfía de la existencia de un tercero neutral que pueda resolver una disputa con objetividad y criterios de justicia. Una sociedad que fue educada haciéndole creer a cada joven, a cada niño que cada uno es alguien con miles de derechos y con muy pocas o nulas obligaciones. De esa forma cualquiera y cuando se le ocurra hace justicia por la propia mano.
Ya sin importar códigos. Ya sin importar empatías ni siquiera reparar que aunque uno sienta que tiene mucha razón.. tal vez el otro también puede llegar a tener “parte de la razón”.
Me dirán que todo lo justifica esa sociedad violenta que vivimos. Es verdad pero las causas son mucho más profundas y permítanme adjudicarlas a lo “maleducados” que nos hemos convertido los uruguayos. Hemos olvidado educar a nuestros pibes las reglas de la resolución de los conflictos.
Los mismos se resuelven a través de los instrumentos de autocomposición como la negociación o la mediacion y hasta a veces el perdón o una disculpa aceptada si se quiere. O la heterocomposicion que no es otra cosa que derivar una disputa a un árbitro o juez para que dicte justicia. El salir a hacer justicia por mano propia es solo admitida en casos muy excepcionales como la legitima defensa. De lo contrario es una expresión pura de un hombre semi salvaje que se quedó anclado en los tiempos en que se admitía el ojo por ojo y diente por diente.
La civilización ha avanzado mucho desde entonces y una enorme cantidad de uruguayos parece no haberse dado cuenta de dicho avance. A ellos les enseñaron solo que tienen derechos y que si entienden que se los están quitando es de “hombres” o es parte de su “honor” o de su nueva condición de “género acosado” el salir a tomar justicia por mano propia o aprovechando “cachones” que hoy da nuestra legislación. Porque alguien decidió que el sexo que te percibís te da mayores garantías hoy de justicia para administrarla como se te ocurra y ante quien se te ocurra con denuncias que pueden ser verdaderas o también FALSAS (si cuaja).
Horror nos causa esta degradación de valores. El abuso de la autotutela de derechos en manos de “semianeuronados” que viven en nuestra sociedad es un estadio que espero algún día podamos superar.
Créanme. Es EDUCACIÓN el camino. Y no buscar atajos en titulares de prensa que nos indican cuán violentos somos. En todo caso tratando de inculpar a un gobierno tal o cuál una cualidad que venimos cosechándola durante décadas.
En todo caso…cuán brutos y bizarramente incultos nos hemos vuelto.