
—Arrakis hormiguea de agentes de la Cofradía. Están comprando especia como si fuera lo más precioso del universo. ¿Por qué crees que nos hemos aventurado tan lejos en el…?
—Realmente es lo más precioso del universo —dijo Paul—. Para ellos —miró hacia Stilgar y Chani, que se estaban acercando a través de la caverna—. Y nosotros la controlamos, Gurney.
—¡Los Harkonnen la controlan! —protestó Gurney.
—La gente que puede destruir algo es quien realmente lo controla —dijo Paul.
«Dune» de Frank Herbert.
«La gente que puede destruir algo es quien realmente lo controla» – Paul Muad’dib.
¿Quién controla el Puerto de Montevideo? ¿Quién decide si un barco opera o no, si los camiones y contenedores pueden entrar o no? ¿El Directorio de la Administración Nacional de Puertos? ¿Su Gerencia? ¿Seguro?
¿Quién controla el Sistema Educativo en Uruguay? ¿Quién decide si los niños tienen clases o no, si aprenden o no y qué aprenden, si comen en la escuela o no? ¿ Las autoridades de la Educación? ¿Seguro?
¿Quién controla el suministro de combustibles en Uruguay? ¿Quién decide si se distribuye gasoil, nafta o supergas? ¿Quién decide si se paraliza el país y las personas no tienen con qué calentarse? ¿El Directorio de ANCAP? ¿El Poder Ejecutivo? ¿Seguro?
Estas preguntas podrían repetirse sobre casi todos las aspectos de la vida del Uruguay, y la respuesta será siempre igual de aterradora: quienes pueden y están dispuestos a destruir con tal de alcanzar sus objetivos.
Pero, ¿Acaso este poder no es un jaque permanente a la sociedad y la propia democracia? ¿De dónde surge? ¿No es acaso creado por el propio marco jurídico? ¿No es acaso el resultado de la complicidad de aquellos que, elegidos por el pueblo y con la legitimidad que el voto les da no se atreven a desmantelarlo?
Cualquier reforma que no resuelva este problema de fondo será incompleta y estará condenada al fracaso.
Las soluciones están a la mano:
El suministro de combustible puede ser secuestrado porque su producción e importación es un monopolio estatal y la distribución un oligopolio privado/estatal, porque quienes secuestran lo hacen con los «fueros» del empleado público. Deróguese el monopolio, desmantélese el oligopolio, libérese el mercado y sus precios, desestatícese la empresa, y nadie podrá poner de rodillas al país dejándolo sin combustibles.
La Educación puede ser secuestrada porque (aunque hay instituciones privadas) es un cuasi monopolio estatal, porque en gran medida, quienes secuestran lo hacen también desde los «fueros» del empleado público. Desestatícese completamente, desde las instituciones hasta los contenidos. Déjese a libre elección de las comunidades educativas (cumpliendo requisitos internacionales) la determinación de contenidos y métodos. Finánciese a los educandos y no a las instituciones.
El puerto puede ser secuestrado porque es un monopolio estatal, porque, aunque la norma establece que el derecho a huelga no es ilimitado, el actuar de autoridades, fiscales y jueces muestra que en la práctica sí lo es, que se pueden causar daños a la propiedad y al país en el orden de miles de millones y todo pecado quedará lavado si se invoca (incontestado) el constitucional (legítimo pero no ilimitado) derecho. Puede ser secuestrado porque también, quienes secuestran lo hacen desde los «fueros» del empleado público. Desestatícense los puertos, garantícese la libre circulación, sanciónense e indemnícese por los daños.
Aplíquese a cada aspecto de la realidad, preguntémonos quién realmente lo controla, quién puede destruirlo, a quién nuestros representantes no se atreven a enfrentar. Preguntémonos si no somos nosotros mismos los que, mediante el marco normativo, generamos esa oscura tutela y financiamos a quienes la ejercen.
Paul Atreides arrodilló a un Imperio con ese poder: la capacidad de destruir y el miedo de sus oponentes a perder.
No hace falta ser el «Kwisatz Haderach» ni intoxicarse con los efectos de la especia para descubrirlo. Está ahí, todos los sabemos.
Para identificarlo, y sobre todo cambiarlo, solo se necesita la sabiduría de Muad’dib y un poco del coraje (solo un poco) de sus Fedaykin.