Silvio Moreira
Aclaro que soy recontra-fan. Compré las entradas en cuanto se pusieron en venta. Pero hace una semana, viajé a Buenos Aires para visitar a familiares.
Los paros en Aerolíneas Argentinas me impidieron volar de regreso a tiempo.
La maniobra de remolque del Eladia Isabel del puerto argentino para desguazarlo atrasó los horarios de Buquebús.
Desesperado, me tomé el Tren de los Pueblos Libres.
Tuve que viajar parado, ya que el tren salió solamente con dos vagones, y venían llenos con los 40 niños que adoptó Pepe Mujica al finalizar su gobierno, más sus tutores legales.
Entrando a Montevideo por el este, estaba todo cortado ya que en un importante hotel de la periferia estaban firmando la venta de gas de la regasificadora a Argentina, y había una ceremonia para abrir la llave de paso.
Ya en la rambla, atónito comprobé que la edición latinoamericana del Tour de France había sido obligada a circular únicamente por las ciclovías, y estaba todo lleno de chanchos para controlar.
Llegué al estadio de madrugada. Estaban desarmando el escenario.
Ví que habían unos encargados que parecían ingleses, y les pedí que me firmaran la entrada por lo menos.
Para acortar camino a casa, crucé por el Parque de los Aliados.
Pasó un auto y bajaron unas personas de traje que me parecieron políticos.
Me culiaron.
Suerte que fueron unos caballeros y me dejaron en emergencias del Clínicas.
Llegué a casa a mediodía, me duché y cuando revisé la billetera, ví que en la entrada de la Colombes habían escrito: “all you need is love”…