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Contraviento

El día que cambió la historia

7 octubre, 2024

Graziano Pascale

El 7 de octubre del 2023 entrará en los libros de historia como el día en el que, 75 años después de la creación del Estado de Israel, el mundo asumió definitivamente que el país nacido del genocidio practicado por el nazismo contra el pueblo judío no iba a renunciar a su derecho a existir.

En sus miles de años de historia -una parte de los cuales incluso están relatados en las Sagradas Escrituras- el pueblo judío ha vivido muchas páginas de horror. A las actuales generaciones les toca ser testigos de un capítulo más de esa larga historia. Pero esta vez, como nunca antes, la suerte de Israel es también la suerte de la civilización occidental tal como hoy la conocemos. Una civilización que tiene como columna vertebral la igualdad de derechos de hombres y mujeres, las libertades individuales en toda su extensión imaginable, el derecho de los adultos a vivir la sexualidad sin interferencias del Estado y el sistema democrático de gobierno, que asegura el respeto a la voluntad popular libremente expresada.

Los campos de concentración, las cámaras de gas y los hornos crematorios de los nazis abrieron las puertas a la creación del Estado de Israel. Las sucesivas guerras luego de 1948 pusieron a prueba la voluntad del pueblo judío de tener su propio hogar nacional. Pero la matanza del 7-0  es algo diferente a todo lo anterior, porque hoy las fuerzas del terror manejan recursos como nunca antes tuvieron los enemigos del pueblo judío.

La matanza perpetrada aquel día por la organización terrorista Hamás, apoyada por el régimen iraní, sólo puede entenderse como parte de un plan largamente anunciado de destruir el Estado de Israel, y, por tanto, aniquilar a su población. Es el sueño nazi resucitado 80 años después de su derrota, que supuso el fin de la Segunda Guerra Mundial.

El arsenal que hoy poseen los enemigos de Israel, los recursos estratégicos que dominan y el control que ejercen sobre algunos enclaves cruciales del transporte marítimo internacional, determinan que hoy el conflicto del Medio Oriente sea un asunto de interés de todo el planeta.

El peor escenario

Sobre todas las hipótesis que hay encima de la mesa, planea una certeza que torna dramático el peor escenario que se pueda imaginar: Israel no quedará de brazos cruzados ante cualquier intento verosímil de hacer realidad su aniquilación como Estado.

Todos quienes hoy reclaman «moderación»,  «sensatez» y «proporcionalidad» a Israel en su obligación de defenderse y evitar su propia destrucción, serán los próximos objetivos de los enemigos de Israel si finalmente éstos lograran alcanzar el propósito que hoy los anima.

Una guerra abierta entre Israel e Irán, por todo lo que ella implica como amenaza para el resto de la comunidad internacional, es un escenario apocalíptico. Nada puede descartarse. Pero una cosa es segura: si las fuerzas de la oscuridad y el terror van a fondo en su objetivo de «borrar a Israel del mapa», el mundo conocerá el horror como nunca antes se vió.

Estas líneas se escriben pocas horas antes de cumplirse el primer aniversario de los dramáticos hechos del 7 de octubre. Los avances logrados por Israel hacen que hoy sólo la liberación sin condiciones de los rehenes aún en manos de Hamás sería capaz de lograr un alto el fuego. Y, por consiguiente, salvar la paz mundial.