
Beatriz López López
La democracia, lejos de ser simplemente un sistema de gobierno, es fundamentalmente un modo de convivencia. La pregunta esencial que debemos hacernos es: ¿Cómo estamos conviviendo? ¿Elegimos convivir? ¿Qué formas toma nuestra convivencia? Es en la convivencia donde se experimenta y se expresa la democracia.
Esta interrogante, aparentemente simple, revela la complejidad de nuestra poco cultivada democracia en la convivencia cuando mundialmente nos reconocen como democracia plena. Existe un gap entre el reconocimiento y
la realidad diaria.
Somos seres biológico-culturales que nacemos en una confianza implícita de ser acogidos. Desde el útero hasta nuestros primeros años, nos transformamos en la convivencia con otros seres humanos. Esta transformación es
fundamental para entender por qué la democracia necesita más que instituciones: requiere un tejido social basado en el mutuo respeto, la honestidad y la equidad.
“Nunca creímos que nos sucedería” es el mantra de – 8 millones de venezolanos que huyeron de su país.
– Miles de cubanos que siguen escapando en balsas.
– argentinos que ven evaporarse sus ahorros hasta el año 2022… ¿otra vez?
¿Te suena lejano? También ellos lo creían.
La gota a gota de cada día:
1) Tres gotas de miedo & mentiras para perder la confianza.
“Con la LUC no habrá más carnaval ni educación pública”. No sucedió.
“Lucía Topolansky dijo que hubo mentiras de testigos en delitos de lesa humanidad. Según su testimonio, se ha presionado a militantes para que alteren los dichos con el objetivo de obtener condenas, algo que ella y otros tupamaros se negaron a hacer.” Sin consecuencias.
2) Dos gotas de cinismo para ocultar intenciones sin consecuencias.
Ex alcade de Floresta del FA que se robó 38 toneladas de alimentos de ollas populares quedó libre.
Pérdidas comunitarias:
Pluna: U$ 586.500.000
Portland: U$ 760.000.000
ANCAP: U$ 1.400.000.000
Regasificadora: U$ 261.000.000
Diferencia Antel Arena: U$ 120.000.000
Envidrio por el salario bueno (Placeres): U$ 11.000.000
Nadie tuvo consecuencias por estas pérdidas, sólo Uruguay las tuvo. ¿Quién es Uruguay? Somos todos los habitantes del país. Todos perdimos, pero perder en Uruguay es importante, se fomenta y se aplaude a través de la voz del cinismo y la mentira.
3) Una gota de la adicción al placer que el poder da: la oposición se opone al proyecto Neptuno … ¿será porque no sucede en su gobierno?
¿La velocidad de los cajones en fiscalía según el poder que lo controla?
4) Y la gota letal: obsesión por las certezas: el gobierno te soluciona todo.
Servir en copa de indiferencia con consecuencias cero y hielo bien frío ese que conduce a lo estático de la muerte.
Los datos no capturan el camino hacia el colapso.
15.000 denuncias por estafas en Uruguay. Solo en 2024.
Un abuelo viola a su nieta: 7 años de prisión.
Estafadores: 6 meses a 4 años.
Costo económico de la delincuencia y violencia en Uruguay 3% del PIB (Datos Búsqueda diciembre 2024)
La responsabilidad reflexiva es fundamental para una democracia plena y la mentira es una deuda con la verdad que tarde o temprano hay que pagarla. “Sólo me importa mi período de gobierno” responden algunos…
La transparencia tiene que ver con la honestidad: cuando ocultamos, sabemos que violamos principios éticos fundamentales..
1. Equidad.
2. Colaboración.
3. Respeto.
4. Honestidad (al decir esta palabra la gente me dice: “qué inocente eres” frase que deja en evidencia en lo que
no se cree).
5. Ética.
Si falta uno, fallan todos. Están fallando todos. El Uruguay que se vacía no solo de gente. De sentido. De propósito.
De futuro. Los suicidios hablan. La demografía grita. La depresión surge cuando no se sabe resolver lo que a uno le
sucede
¿Qué elegimos cultivar?
La queja permanente asegurada genera el contexto de: “no queremos cambiar nada”.
Cuando no sabes qué hacer con lo que te pasa, te deprimes. Cuando un país no sabe qué hacer con sus problemas, se extingue tal como lo indican los datos hoy demográficamente. ¿Habrá país en el futuro?
El espejo que evitamos
La democracia no necesita más datos.
Necesita coraje.
Ese que la tecnología no da.
Ese que perdimos en algún cajón de fiscalía.
Ese que vendimos por un cargo.
Ese que cambiamos por seguridad, somos seres vivos en movimiento permanente. Molecularmente no somos los
mismos cada 2 semanas, claro pero no se ve…
La pregunta que quema: ¿Cómo elegimos convivir?
Hagamos referencia a Sun Tzu, pero actualizado:
Un gobernante adicto al placer que el poder le otorga quemará su propia nación para seguir gobernando sobre las cenizas.
¿Tendremos el coraje de mirarnos al espejo? La elección es nuestra. Siempre lo ha sido. El tiempo dirá si reconocimos u ocultamos las señales. O si preferimos el confort del cinismo y “así la voy llevando” pero luego quieren lo que tiene al que le va bien. La comodidad del miedo. El placer efímero del poder.
¿Lo que marcará la diferencia de prosperidad en el siglo XXI? Tomar consciencia. Es en lo que no vemos y si percibimos donde se encuentra el futuro.
Porque cuando una nación elige bailar sobre sus propias cenizas, no son los datos los que fallan. Es el espejo que decidimos romper, para no ver nuestro reflejo entre los escombros de lo que pudimos ser.