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Contraviento

Desafíos sin precedentes para el sector lechero ante la persistente sequía

2 febrero, 2023

Escribe Arturo De León

La falta de reservas forrajeras, ruptura de la cadena forrajera y encarecimiento de raciones serán los desafíos a enfrentar por parte del sector


  1. La incertidumbre climática, especialmente en la época crítica de producción de reservas y leche, afecta negativamente a la lechería

Cada año, desde mediados de agosto en adelante, la lechería se enfrenta a la incertidumbre climática, que se extiende hasta enero y febrero. Esto sucede justo en la época crítica de producción de reservas y producción de leche a bajo costo por el aporte forrajero de calidad en la época estival. Se trata de un momento clave para “hacer caja” y recuperar toda la inversión realizada en otoño e invierno.
A menudo, se hace referencia a los daños ya causados, y también se mencionan los posibles daños adicionales si el clima no «mejora». Estos efectos tienen una duración más larga en el tiempo en el rubro lechero.
En la agricultura, siempre hay la posibilidad de «revancha» cada año. Por ejemplo, después de una mala zafra debido a la falta de lluvias en 2017/2018, la siguiente zafra en 2018/2019 tuvo buenas precipitaciones, lo que permitió una inmediata recuperación con buenos rendimientos (no dejando de reconocer el impacto económico que ocasionó en los agricultores) , algo que no ocurre en la producción de leche ya que los efectos de una sequía de esta magnitud tienen un impacto más extendido.
Según las estadísticas, en los últimos diez años, la mayoría de ellos han sido con falta de lluvias o con mala distribución, y ha habido un factor común de altas temperaturas en la primavera/verano, lo que empeora toda la situación.

       2. El efecto inercia de una sequía, como la sufrida en 2022, afecta a largo plazo la calidad y volumen de las reservas forrajeras y encarece la dieta animal. 

En el tambo las cosas no son de barajar y dar de nuevo, como es el caso de la agricultura, ya que aparece la llamada “INERCIA” que tanto para bien o para mal, hace que ciertas consecuencias sigan operando en sucesivos ejercicios. Efecto inercia, efecto arrastre, como quiera llamarse. El asunto es que se seguirá sintiendo en un largo tiempo.
El punto más afectado son las reservas forrajeras, especialmente las de maíz, sorgo, cebada, avena, raigrás y otros, que son la base de la alimentación en los tambos. En este sentido, especialmente en 2022, las reservas de invierno y primavera se vieron muy afectadas es su volumen y calidad debido a la sequía. En cuanto a las de verano también se enfrentarán al mismo problema. Considerando la parte económica, se trata de silos caros, medidos en su valor /toneladas de materia verde o seca, como se los suele medir, básicamente por mayores costos de implantación y confección y bajos rendimientos. Y ese efecto, a los fines de calcular los costos y los resultados de la actividad, se mantendrán en el tiempo mientras se siga consumiendo dichos silos, en algunos casos hasta probablemente fines de 2023 y primer semestre de 2024.

 

      3)Para 2023, los productores lecheros enfrentan desafíos importantes


Este año 2023 los productores lecheros a nivel nacional enfrentan 5 problemas serios:
1) Se están agotando las reservas que se tienen.
2) Muy pocas perspectivas de obtener reservas de calidad y volumen de los cultivos de Sorgo y Maíz.
Estos 2 factores (calidad y volumen), terminan encareciendo la dieta animal debido a que hay que compensar la calidad con el agregado de componentes energéticos y proteicos.
3) Cuando ocurre una sequía muy intensa, como es el caso, la mayoría de los sistemas pastoriles pierden una importante área de pasturas (INIA 2008). La pérdida de las pasturas se considera una pérdida de capital, y el productor va a tener que sembrar nuevamente buena parte del área de pastoreo para reponer lo perdido.
4) Se está recurriendo a compra de fardos, caros y de mala calidad para sostener las categorías que no están en ordeño.
5) Empalmar una zafra de silos con la siguiente
En un año como este, se enfrentan costos muy elevados, no solo para la implantación y producción de reservas, sino también para la implantación de pasturas y suplementación de ganado. Otro riesgo en el horizonte es el desabastecimiento de concentrados debido a la alta dependencia de Argentina y Paraguay, que están atravesando serios problemas climáticos

El impacto negativo en la producción se sentirá durante más de un año. La producción individual también está siendo afectada por las altas temperaturas. El lector debe recordar que, junto con la carga animal por hectárea, la producción individual es el otro componente fundamental de la producción.

“La leche baja por el ascensor… sube por la escalera”.


Solo quedará en el recuerdo como consuelo el hecho de tener menos problemas de barro y los problemas que este ocasiona.