Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y de Estados Unidos, Joe Biden, se en Washington para adelantar temas de la agenda común y abrir un nuevo momento en las relaciones bilaterales, un encuentro en el que ambos líderes se comprometieron a «mantenerse unidos» para proteger la democracia.
La porción de la reunión que estuvo abierta a la prensa transcurrió en un ambiente distendido, en el que ambos líderes se mostraron cómodos, gastaron bromas y mantuvieron la conversación centrada en causas comunes como la paz, la democracia y el medio ambiente, alejada de temas sensibles como la política exterior y sus posiciones acerca de China y Rusia.
«Las fuertes democracias de nuestras dos naciones han sido puestas a prueba recientemente, han sido realmente puestas a prueba, y nuestras instituciones también fueron puestas en peligro», dijo Biden al darle la bienvenida a Lula da Silva al Despacho Oval.
El mandatario estadounidense aludió al ataque de los seguidores del expresidente brasileño Jair Bolsonaro a instituciones públicas en Brasilia, el 8 de enero pasado, y reafirmó el compromiso de su país con Brasil y con mantener el buen estado de la relación entre ambas naciones.
«Estados Unidos y Brasil son las dos democracias más grandes del hemisferio», dijo Biden a Lula, al tiempo que insistió en que las dos naciones “rechazan la violencia política” y sostienen el firme compromiso de “mantenerse unidos” para defender los valores democráticos en todo el mundo.
Lula, por su parte, agradeció a Biden por el apoyo mostrado casi inmediatamente después de que este ganara las elecciones, su «postura en defensa de la democracia en Brasil» y lo felicitó por su discurso del Estado de la Nación unos días atrás.
El veterano gobernante, que el 1 de enero pasado comenzó su tercer mandato como jefe de Estado en Brasil, criticó -sin mencionar a su antecesor, Jair Bolsonaro- el estado en el que su país se mantuvo aislado en la arena internacional durante los últimos cuatro años.
«Brasil es un país que no busca litigios con nadie, es un país que ama la paz», aseveró.
Esta es la séptima visita de Lula a Washington en calidad de mandatario de Brasil. Ambos gobernantes ya se conocían y habían hablado en varias ocasiones por vía telefónica desde que el brasileño ganó las elecciones en octubre, pero es la primera vez que se reúnen cara a cara desde que asumieron las presidencias de sus respectivos países.
Tras el ataque de seguidores de Bolsonaro a instituciones públicas en la capital sudamericana, en sucesos que recordaron al asalto al Capitolio estadounidense, Biden se apresuró a expresar su apoyo «irresoluto» a Lula y calificó como «inaceptable» la situación en Brasil.
Ahora en Washington, el mandatario demócrata reafirmó su voluntad de trabajar juntos debido a «los valores compartidos y fuertes lazos entre Brasil y los Estados Unidos». De acuerdo con Biden, «los grandes desafíos globales nos ponen en la misma sintonía», particularmente en temas de crisis climática y desarrollo sostenible.
Lula aprovechó el momento para mencionar la grave situación en el Amazonas y la necesidad de que haya un esfuerzo internacional para proteger su frágil ecosistema.
En la reunión entre Lula y Biden no se mencionó explícitamente la presencia en la Florida de Jair Bolsonaro, quien no estuvo en la toma de posesión de Lula y ha pedido una visa de visitante por seis meses en los EEUU.
Bolsonaro enfrenta investigaciones en el país sudamericano debido a su presunta relación con el ataque en Brasilia y su implicación en lo que ya está considerado como «genocidio» contra la comunidad indígena Yanomami, diezmada por enfermedades curables y desnutrición relacionada con la minería ilegal de oro.
Antes de verse con Biden, Lula aseguró a la televisora CNN que Bolsonaro es una «copia fiel» del expresidente estadounidense Donald Trump y los criticó duramente calificándolo de «inhumano» y «mentiroso». Sin embargo, afirmó que no pedirá la extradición del exmandatario desde EEUU, si bien matizó que una eventual solicitud en ese sentido correspondería al poder judicial.