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Contraviento

Gabriela Fossati: «Jorge Díaz instauró y organizó un sistema que no funciona»»

5 septiembre, 2023
Dra. Gabriela Fossati

En una extensa entrevista concedida a CONTRAVIENTO, luego de hacer efectivo su retiro de la Fiscalía General de la Nación, la Dra. Gabriela Fossati analizó la implementación del nuevo Código del Proceso Penal, que entró en vigencia en el año 2017; formuló diversos señalamientos sobre aspectos a corregir; enjuició duramente la labor del ex Fiscal General Dr. Jorge Díaz, y reveló algunos detalles de la investigación llevada adelante en el llamado «caso Astesiano», particularmente sobre la escasa claridad en el archivo de la investigación sobre la participación del ex jerarca del Ministerio del Interior, Gustavo Leal, en el otorgamiento de los pasaportes irregulares gestionados desde el consulado uruguayo en Moscú.

La que sigue es una síntesis de la entrevista realizada por Graziano Pascale:

Luego de 30 años de permanencia en el sistema de justicia de Uruguay, seis años como juez y 24 años como fiscal, usted ha pasado a retiro en el día de ayer. En su carrera ha actuado como juez bajo el sistema inquisitivo, y como fiscal ha trabajado también en el sistema acusatorio contemplado en el Código del Proceso Penal aprobado en el 2017. ¿Cuáles son, en base a su experiencia, los pro y los contra de ambos sistemas?

– Si bien es cierto que yo estuve nada más que nueve años en el Poder Judicial y 24 en Fiscalía, mi formación real siento haberla recibido del Poder Judicial. Lo bueno del Poder Judicial es que
uno va trabajando por etapas. Yo era secretaria de juez con con un juez muy  experiente, como era el doctor Vázquez Cruz, y  tenía un actuario – porque después fui actuaria también-  el Escribano Cestau  que era también muy experiente. Ese mirar a los a los que ya están en el cierre de su carrera es para mí fundamental para la formación de cualquier  juez o fiscal. En el plano de la Fiscalía, si trabajé en los dos sistemas procesales penales. el modelo inquisitivo anterior en realidad era mixto, con algunas deficiencias.  Todos estábamos de acuerdo en que había que modificarlo. Las diferencias estaban en cómo modificarlo: si transformar el inquisitivo en más mixto, o de alguna manera irnos al al modelo que se estaba imponiendo en toda Latinoamérica, que es el modelo acusatorio.  En definitiva se optó por el modelo acusatorio. En un primer momento debo reconocer que me parecía que podía ser interesante la conversión, porque un juez absolutamente neutro y totalmente separado de de de la investigación parecía ser un marco de mayores garantías. La realidad es que hoy, con el diario del lunes, creo que que no fue una buena elección, Hubiera sido mucho más adecuado a las posibilidades y a los recursos del Uruguay, ajustar el modelo mixto. Los jueces trabajaban muy bien. El modelo inquisitivo era muy malo, pero los jueces trabajaban muy bien;  y el modelo acusatorio formalmente parece mejor, pero yo no creo que sea para nuestra idiosincrasia. Necesita muchos recursos. Entonces, si bien un modelo bien trabajado daba unos resultados importantes en otros países con otras culturas, en nuestro país.  siento que que no es así. La experiencia  nos tiene que llevar  a hacer un análisis objetivo y tratar  de reparar lo que lo que se hizo mal. Obviamente que todo eso lleva tiempo. La modificación implicó un proceso de 30 años. No se puede volver atrás en un día, pero sí se pueden hacer algunos ajustes que que que puedan mejorar las deficiencias más importantes, que para a mi juicio, son claramente perceptibles.

–  Una de las observaciones  que hemos leído es que en el en el pasaje de un sistema al otro, la figura del juez ahora casi que se ha desvanecido. De hecho, sólo un número mínimo de casos termina en juicio oral. ¿Ese es uno de los puntos que usted entiende que que debería modificarse?

– Bueno, en realidad no es tan así.  El fiscal no era una figura decorativa en el modelo inquisitivo, porque nuestro modelo inquisitivo ya se había empezado a cambiar. En los 30 años que yo estuve fue modificándose, y la realidad es que al final la participación del fiscal era desde el comienzo, cuando se constituían juez y fiscal en el lugar. El fiscal le pedía el juez las medidas, o sea,  no era una figura decorativa, se trabajaba de manera conjunta desde el principio. al final incluso se incorporó a la defensa desde el principio. Reitero;  no era un modelo inquisitivo puro sino que era un modelo inquisitivo mixto. Y tampoco es tan cierto de que hoy estén los jueces pintados, como se acostumbra decir. De hecho son los que controlan, los que dan las garantías, los que los que en definitiva nos permiten hacer el trabajo que que uno se programa para realizar. Fíjese usted que en estos casos tan famosos, que  se hicieron tan públicos y que me expusieron tan públicamente en estos últimos tiempos,  la realidad es que todo comenzó con una iniciativa mía de solicitar la detención del custodio del Presidente de la República.
Y  ese pedido mío fue controlado por un juez,  y la autorización me la dio un juez.  Nuestros jueces siguen apegados estrictamente a la legalidad. No le importó respecto de quién pedía yo la medida. Y si yo no lo hubiera pedido, no se hubiera comenzado esa investigación. Y si el juez no me hubiera dado la autorización, no me hubiera controlado. Los jueces tienen un rol fundamental. Sí es cierto que hay un abuso de los de los procesos abreviados y eso es parte del problema. El problema es que la implementación que diseñó el doctor Jorge Díaz junto a la doctora Patricia Marquisá, que era su mano derecha,  fue de muy mala calidad. La realidad es que los fiscales son gente nueva que han ingresado la gran mayoría a partir del 2013. Si los fiscales no pueden hacer juicios orales, entonces es porque nos hemos introducido en una falacia realista. El doctor Díaz instauró un sistema, lo organizó , y el sistema no funciona. Eso es claro y la gente lo entiende, nosotros lo entendemos.  Los funcionarios están muy desgastados.  No hay respeto hacia los funcionarios. Un día están en un lugar, otro día están en otro. Un día llegan y se enteran que tienen que estar a cargo de varias fiscalías. Los funcionarios cambian de
piso constantemente. No se logra formar equipo.  Se solicitan recursos para tratar de que eso que se hizo mal, funcione. Y es al revés. Primero, porque los recursos que se van a necesitar nunca se van a poder dar, porque el Uruguay es un país con recursos limitados. Yo creo que lo que hay que hacer es
desapegarse de una estructura mala, mal armada, con tiempo y con paciencia y con mucho estudio. Consultar a los Grados Cinco. De hecho, el nuevo código ha sido cuestionado por la casi todos los los grados cinco de de las facultades tanto de la Udelar como de las privadas, y sobre todo escuchar a los defensores penales, que ahora se han organizado muy bien y hacen planteos muy importantes. Me parece que lo que está pasando es que los fiscales, que son funcionarios administrativos del Poder Ejecutivo, son los que están seleccionando qué casos llegan a la justicia. Y entonces, al archivar el fiscal, los ciudadanos, cuando no están de acuerdo, se están quedando sin su día ante el tribunal, que es lo que nos indica la Convención Americana.  Entonces me parece que quedamos a medio camino. Y quizás una
buena solución para mejorar la situación sería modificar la situación de la víctima, y despojarla de ese lugar de tercero coadyuvante que le dio el código, y establecerlo como querellante.

«El problema es que la implementación que diseñó el Doctor Jorge Díaz  fue de muy mala calidad.»

– ¿Usted se ve asumiendo algún rol en el proceso de ajustes que está proponiendo ?

Yo adelanté el tiempo que  tengo pensado para ser una  ciudadana activo y productiva. Mi tiempo laboral va a ser muy extenso.  Los fiscales que nos formamos en el Poder Judicial tenemos algunas características diferentes a aquellos que se formaron en la época de Díaz. Estos últimos han sido marcados especialmente por las Instrucciones Generales del Consejo Honorario, que en realidad
eran instrucciones generales que Díaz presentaba,  muchas de ellas más bien orientadas  por organismos internacionales, como el Centro de Estudios Judiciales de las Américas, creado por la OEA, que han sido implementados a lo largo de todo Latinoamérica. Mi mirada es que esas instrucciones generales deberían ser revisadas porque todas tienen un contenido claramente ideologizante. Entonces, claro que voy a seguir trabajando desde donde pueda. Yo dejo en Fiscalía mucha gente querida,  que no tiene las herramientas para defenderse. La estructura que armó el doctor Jorge Díaz es una estructura muy dura, muy de gente que trabaja en conjunto, que se protegen, que se se se organiza mancomunadamente, y no todo el mundo tiene las herramientas para para enfrentarlo.  A mí me han hostigado en forma sistemática, hasta que decidí irme, porque cuando violan mi independencia técnica,  me quitan el marco de legalidad que yo necesito para poder trabajar. Claramente mi intención es, desde el lugar que sea, trabajar para que  mis compañeros tengan mejores condiciones. Ellos están padeciendo esta estructura disfuncional organizada por Díaz, y que claramente sigue Juan Gómez. No es casualidad que Jorge Díaz haya dejado como su suplente a Juan Gómez. De hecho,  yo creo que estaba todo muy, muy pensado. Fíjese que cuando se jubile Gómez estamos hablando del próximo gobierno. Nada es inocente cuando estamos hablando de una estrategia organizada por Jorge Díaz. Muchos fiscales que están muy sobrecargados, salvo algunos que tienen un lugar privilegiado y que son beneficiados, la gran mayoría están muy sobrecargados.  Hay un problema de gestión que está afectando la parte humana de la institución.

Usted hizo referencia a que en determinado momento se vio afectada su independencia técnica en el ejercicio de su función. ¿Podría profundizar este aspecto?

– La independencia técnica es  absolutamente esencial para que los fiscales podamos trabajar con estricto apego a la legalidad. En el caso mío me ha pasado en una oportunidad en el 2020, cuando me negué a archivar una causa de un importante empresario. Me negué a aceptar el arresto domiciliario de otro importante empresario y fui trasladada.  A medida que yo avanzaba la investigación iba desvinculando algunas personas, se iba gestando una reacción de un sector político que iba dirigido a atacarme. Como yo creo que la política y y el rol de fiscal o juez no van de la mano, me pareció lo más
saludable, y se lo planteé al doctor Gómez que cumpliera su promesa de que me trasladaba.

¿A qué casos nos estamos refiriendo concretamente?

Todos los casos que se generaron a partir de la investigación de la extensión de documentación que ciudadanía y pasaporte, inicialmente en un consulado en el consulado ruso, y que luego se pudo
vincular al custodio del presidente, Alejandro Artesiano, con esa organización. Esa investigación
derivó en otra gran cantidad de de investigaciones, porque la información que había en
el teléfono era muy variada y realmente para nosotros fue una sorpresa. Luego terminó
también con otras vinculaciones porque se fueron abriendo las vertientes, y en un momento una persona afín a ese grupo que se había  colocado en una ubicación muy hostil hacia mi persona, algo que a mí me llamó mucho la atención, y me parece que que ni siquiera era útil e inteligente desde un punto de vista político atacar a un funcionario. Fue la investigación del caso Leal, vinculado también al caso Astesiano.

Usted inicia esa investigación a raíz de que trasciende que el señor Leal va a visitar a
los padres de del señor Artesiano en la frontera. 

– No.  Esa es la idea que implantó el doctor Díaz en una entrevista, también el doctor Camaño, que es muy amigo del doctor Díaz y que contestó el doctor Gómez, sin preguntarme, porque en realidad había poco contacto. El doctor Gómez siempre tuvo distancia. Yo creo que él pensaba de que no se iba a encontrar nada, que no se iba a llegar a ningún lado, y tomó distancia de la investigación al principio. Luego yo creo que ya intervino, pero para hostigarme. Y eso es algo  que es parte de lo que yo llamo violación de la independencia técnica.  La investigación de Leal no comenzó por la visita que hizo. Eso
tuvo algo que ver a partir de esa visita, Astesiano denunció que Leal quería algo de él. Yo estaba investigando documentación extendida en un ministerio durante diez años, casi desde el 2013.  Leal fue parte de ese ministerio, era parte integrante e informó que un policía en actividad sería quien lo conectó con el padre, pero esa conexión se habría hecho en el país y nunca supimos qué es lo que le quería
pedir al padre, porque al final no se animó a pedírselo. Y también Leal informó de que alguien fue a su domicilio a pedirle esa intervención. Toda investigación penal se inicia a partir de hipótesis, porque al principio solo tenemos datos. En ese momento surgieron tres. Primero lo cito como como testigo, porque era sólo la palabra de Astesiano,  y como realmente es una persona que miente mucho, hay que verificar la información que él da. Cuando él vino a declarar realmente estaba muy nervioso y su explicación fue  muy poco entendible. No era razonable, no era racional. El me manejó de que como estaba de vacaciones en el este, decidió pasar por la casa de de Astesiano porque alguien había
ido a su casa a decirle  le había pedido que fuera. Cuando le pregunto dónde es que estaba, estaba en Cuchilla Alta, en Canelones. Estamos hablando de 200 kilómetros de Chuy. Luego dijo que que había ido a pasear al Chuy, pero después dijo que había ido con su familia. Después dijo de que en
realidad fue preguntando, fue preguntando que llegó a la casa Artesiano. Informó que
hay un funcionario de jerarquía con nombre y apellido que ese quien lo habría llevado y que ese funcionario de jerarquía estaría vinculado con con la administración anterior, en la que aparentemente extendieron esa documentación. Hay parte de la información de la que no puedo hablar, porque yo como ex funcionaria en todo lo que es reservado – lo que que está en etapa de investigación es reservado-  no lo proporciono.

«Cuando Leal vino a declarar realmente estaba muy nervioso y su explicación fue  muy poco entendible.»

Usted expresó públicamente hace algunos días una opinión contraria muy dura contra el archivo del caso Leal, dispuesto por la ex colega que recibió el caso.  ¿ En qué se basó para ese juicio negativo?

–  Yo había dejado en la carpeta varias vetas de investigación, varias teorías. El archivo fue casi inmediato. Es imposible que que mi colega, que yo la verdad como persona le tengo mucho aprecio, pero es imposible que en 20 días ella haya podido comprender la problemática . porque estamos hablando de más de dos teras de información, estamos hablando de una de las carpetas más grandes que
tiene la Fiscalía General, o sea que por lo menos le llevaría meses interiorizarse de la información. Fue una decisión que se tomó muy rápidamente. La argumentación jurídica no cierra, y  prácticamente va en la línea de lo que dijo el doctor Díaz  cuando le hicieron la entrevista vinculándolo exclusivamente a la visita de Leal al padre de Artesiano en Brasil. Y además porque mi colega es una persona cercana al doctor Díaz. O sea, en definitiva, eh dentro de la Fiscalía todos sabemos en qué lugar está cada uno. La única persona que quedaba de mi equipo era el doctor Bardino, que no tenía conocimiento profundo de de la investigación. La doctora Nicolini quedó muy poco tiempo. Y la doctora Giuliana Realini estaba de licencia maternal. O sea, es imposible haber comprendido la situación en  escasos 20 días. Claramente hubo una intencionalidad de archivar y se buscaron los argumentos. Esa es mi visión.
Tenemos miradas diferentes. Yo tengo 32 años de magistrada, no sé si la doctora Sabrina  Flores,  tiene seis, siete o llega a ocho años.

El caso Astesiano, o al menos la parte concreta de emisión de documentación irregular a ciudadanos rusos tramitada en el consulado uruguayo en Moscú, tiene implicancias internacionales de gran alcance, ya que involucra a ciudadanos de una potencia mundial en posesión de documentos uruguayos obtenidos en forma ilegal. ¿Este aspecto fue tenido en cuenta en la investigación?

– Durante los cuatro meses efectivos – porque uno fue de feria judicial- que yo trabajé, ese fue el el gran tema. Pero debo destacar que el director de de la Dirección Nacional de Identificación Civil de la sección Pasaportes y Cédula de Identidad, Comisario Mayor Juan Martínez,  fue muy importante porque fue él es muy conocedor del tema y fue quien de alguna manera me introdujo en la problemática. Lo que es importante aclarar es que  no era un problema que aparentemente se concentró solamente en el consulado de Rusia.  Nosotros ya habíamos comenzado a investigar varios países por acciones similares y yo creo que sí, que es un tema que que hay que tener mucho cuidado, que hay que analizarlo porque se le ha dado documentación a personas que quizás no tienen derecho a tenerlas. De hecho yo tengo la certeza que hay muchas personas que no tenían derecho a tenerlas,  y por algún motivo precisaban esa documentación uruguaya. Sus actos luego claramente pueden dañar la imagen del país.  Yo me siento muy gratificada por el hecho de haber llevado adelante la investigación, porque a nivel de la Dirección de Identificación Civil el Comisario Mayor Martínez se sentía muy frustrado, porque hacía mucho tiempo que venía presentando denuncias y no era escuchado.  Luego de haber trabajado juntos todo un fin de semana, es que detuvimos a las personas que trabajaban con Astesiano y se pidió su orden de detención.  Yo en realidad tomé contacto con  la investigación que venía desde enero, el 23 de de septiembre. y el  26 ya estaba detenido Astesiano.  Lo que me reconforta es que se han hecho muchas investigaciones internas a nivel del Ministerio del Interior, a nivel del Ministerio de Relaciones Exteriores, a nivel de Presidencia. Era un tema que no se conocía y no se comprendía. Hay quizás otros ámbitos donde se está solucionando. Yo no descarto que se esté solucionando por la vía administrativa y política, que es otra vía totalmente separada a la que nos correspondía a nosotros.

Usted se ha referido a aspectos ideológicos, como los ha llamado, que rodearon a su juicio la gestión del doctor Díaz. ¿Cree que eso también influyó en la escasa investigación que tuvo el tema de los pasaportes en el gobierno anterior, hasta que el caso llegó a sus manos?

– No lo descarto. Es algo que se está investigando.  No llegué a reunir la evidencia porque me apartaron del caso. Pero no, no lo descarto. El caso no está archivado. Lo que se archivó es la investigación sobre Leal. No así el caso Astesiano. Si se detectan otros delitos será sometido a otro nuevo proceso.  La investigación sobre el tema pasaportes por lo que yo tengo entendido se está, se continúa investigando. Yo quiero aclarar que esto no es un tema de una administración, ni de la
anterior ni de esta, quizás también de las anteriores. Quizás era un marco de desprolijidad que no se había detectado y no llega a ser un ilícito penal y sí una irregularidad administrativa importante.

A su juicio, la motivación más importante para estas irregularidades era el provecho económico de quienes intervenían, o puede haber otras motivaciones?

– Las personas que buscaban contar con documentación uruguaya seguramente tenían otra intención porque eran los que pagaban. Quienes intervenían y quienes gestionaron seguramente tenían una motivación económica. Tampoco hay certeza que fuera a partir del 2013, eh? La fecha que yo tomé
para la investigación es el 2013, porque fue el año en que se informatizó toda gestión de los pasaportes. Antes hay que ir expediente por expediente, y eso es una tarea que va a llevar llevaría meses o años

Ha trascendido que está escribiendo un libro sobre estas experiencias. ¿Ya tiene fecha de salida?

– De hecho ya lo escribí,  y  se encuentra en la etapa de corrección. Tomé la decisión de escribirlo allá por el mes de marzo.  Fueron muchos meses de frustración. Es muy difícil desde el lugar del fiscal que no puede hablar, escuchar tanta mentira de tantos lados y tanto hostigamiento. Y en realidad yo defendía mi equipo. Yo siempre les decía que  yo era la única responsable, pero quien me debía amparar a mí en realidad no solo no me protegió sino que se sumó al hostigamiento. Y entonces cuando cuando decidí irme, que fue en la última entrevista que tuve con el Fiscal General subrogante, dije bueno, vamos a escribir y la verdad es que fue todo un desafío. Es muy interesante porque primero comencé a escribir como un poco molesta, y con el paso de los días el libro terminó para mí siendo algo mucho más, más interesante, porque no solamente hago referencia a todo esto que pasó, sino que trato de de transmitir a los a los nuevos futuros fiscales y jueces, la experiencia de una juez y fiscal a lo largo de su vida.