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Contraviento

Las mentiras de Olesker, que la Udelar encubre y Fiscalía no quiere investigar

14 febrero, 2024

Por Roque García 

Certificado Lovaina OlesKer

 

Olesker miente cuando afirma que la Universidad Católica de Lovaina le otorgó el título de Master en Ciencias Económicas, y miente cuando dice que el certificado de graduación, que consiguió de apuro, dice que tiene ese título. Querido lector, es todo mentira. Lamento profundamente decepcionarlo si usted pensaba lo contrario, porque para serle sincero yo mismo pensaba como usted, antes de ver la evidencia. 

Repasemos este caso brevemente.

El Señor Olesker se decía economista, firmaba como economista y publicaba artículos en el extranjero como economista. Incluso en algunos de estos artículos se afirmaba que  era egresado como Economista de la Udelar y que además tenía una maestría en la Universidad católica de Lovaina. Todo absolutamente mentira, triste decirlo. Veamos que es cierto: en la UDELAR aprobó dos años, aunque cursó unos 4 o 5, luego fue detenido y liberado. Posteriormente consiguió realizar estudios de post grado en la Universidad Católica de Lovaina  en donde estudió 18 meses. En esa universidad no le dieron el título de Máster ¿Por qué? No sabemos, pero lo más probable es que le hayan pedido terminar sus estudios de grado en Uruguay, algo que el no realizó nunca. Es contra toda lógica afirmar que le dieron un título de post-grado sin tener el grado previo.

Al volver a Uruguay decidió no terminar los años que le faltaban en su carrera , así que en los hechos no tiene ningún título terminado. Ni economista en la UDELAR ni Master en Lovaina.   Miente quien afirme lo contario.

La UDELAR  lo encubre y es fácil de ver. La Facultad de Ciencias Económicas y de Administración sostuvo que  el papel de la foto es una certificación de título. Ya sostenerlo es ilegal. Se trata de un documento de una universidad extranjera, por lo tanto no puede ni siquiera ser considerado sin antes haber sido apostillado y traducido. Hasta tanto ese documento NO EXISTE administrativamente en nuestro país. Decir algo sobre ese documento de por sí es violar el derecho administrativo nacional y que lo digan los profesionales del derecho administrativo es un escándalo. Pero aún más grave es decir que ese documento es prueba del título: no, no lo es. Es más dice: a texto expreso que la declaración es completa, es decir todo lo que Lovaina tiene para decir sobre el Sr. Olesker y su carrera académica  está en ese papel, donde no dice que sea Máster de nada.

Todas las tortas piden cerezas decía un amigo, así que en este caso que va camino al escándalo la fiscalía no quiere investigar y solicita el archivo empleando una técnica burda que se opone a la lógica. Veamos: la denuncia acusó a Olesker de mentiroso y a la UDELAR de cómplice, la fiscalía afirma que Olesker es inocente porque la UDELAR lo dice!

Estimado lector este caso se arregla con una simple llamada por teléfono de Fiscalia: no se requiere más. ¿Sr Olesker me manda el título apostillado y traducido? ¿No lo tiene,  se anima a conseguirlo? Gracias. Tá pronto.

En vez de eso tan fácil y lógico, en una defensa basada en la falacia del hombre de paja,  fiscalía se explaya en defenderse de cosas que no se lo acusa al Sr. Olesker. Nadie lo acusó ni de que este mal dar clases sin tener el título de economista ni que haya ejercido como economista. Mas allá de que soy de la opinión personal que una persona que miente sobre su título académico no tiene la solvencia moral para ser profesor universitario y mucho menos grados 5.

Todos estos universitarios, repito, los que lo encubren rompiendo el derecho administrativo al que se deben, los que no quieren investigar rompiendo la lógica y defraudando el más elemental sentido de justicia, los que miran al costado tan panchos, todos sin excepción accedieron a sus puestos en base a la ayuda del Estado a la educación. Son parte de una minoría privilegiada que gracias al esfuerzo propio y de su familia tienen una posición de prestigio, sin duda. Pero también gracias a los impuestos de cientos de miles de uruguayos que no fueron a la Universidad, así como no lo hicieron sus abuelos ni lo harán sus nietos.  Estos intelectuales en vez de ser conscientes del privilegio y de encarnan el deber moral de devolver a la gente la sabiduría y la verdad se la ocultan, le mienten, la marean. 

A esto yo le llamo la traición de los intelectuales, y está a la base de numerosas cosas que suceden en el Uruguay de hoy, un fenómeno que Dios mediante analizaremos más adelante.